Rocío Lucas repite después de una gestión firme y resolutiva ante la pandemia

Con mano firme, afrontó las necesidades académicas obligadas tras la declaración oficial de la pandemia durante el último trimestre del curso 2019-20, al habilitar de forma urgente una docencia a distancia mediante los medios técnicos necesarios y con el ingente esfuerzo y dedicación de profesores y personal administrativo.

Inversiones para material higiénico y sanitario, infraestructuras digitales (ordenadores, tarjetas e internet de alta velocidad), refuerzo del número de docentes y confinamiento de aulas con alumnado contagiado o contactos estrechos de afectados, han caracterizado una legislatura accidentada que no ha desatendido otros frentes. De todo ello ha cuidado un equipo coordinado por Rocío Lucas (Soria, 1970), casada, madre de dos hijos, conocedora del medio rural en una de las provincias más despobladas de España y de amplia experiencia en la gestión a través de una trayectoria que inició en 1997 como funcionaria del Cuerpo Superior de la Administración de Castilla y León.

Tras una etapa en la Oficina de Trabajo de Soria (1997-2000), Lucas accedió a la jefatura del Servicio de Profesorado de Educación Pública de Secundaria, Formación Profesional y Adultos (2000-2003) de la consejería en la que continuará como máxima responsable, y que conoce también por haber sido directora general de Recursos Humanos (2003-2011). Se alejó de ella durante ocho años para ocupar la viceconsejería de Función Pública y Modernización de la Consejería de Hacienda (2011-2015) y desempeñar la gerencia del Servicio Público de Empleo de Castilla y León (2015-2019).

Durante su primera legislatura al frente de la Consejería de Educación (2019-2022), además de gestionar la pandemia, convocó las oposiciones a profesorado con el mayor número de plazas de la historia autonómica: 1.401 en 36 especialidades de Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Perseveró en la configuración de un sistema educativo basado en la libertad, calidad y de equidad que impulsó su antecesor, Fernando Rey, y que ella mejoró en la faceta de orientación al empleo desde la Formación Profesional, siempre de la mano del Diálogo Social.

Sin caer en la segregación escolar, modificó la normativa en materia de admisión, profundizó en la progresiva gratuidad de los libros de texto, avanzó en la gratuidad de la Educación Infantil de cero a tres años, mantuvo la apertura de centros escolares del medio rural con baja tasa de matriculación, dotó de infraestructuras, remodeló y promovió la construcción de nuevos colegios e institutos.

Con los sindicatos, y desigual resultado según estos últimos, ha negociado la reducción de la carga lectiva e impulsado el Estatuto Básico Docente para adaptar esta profesión al funcionario pero con los matices y especificidades de su desempeño.

En materia universitaria, abrió el itinerario para la reducción de las tasas durante un periodo de cinco años, hasta ajustarlas a la media nacional; defendió la implantación de una prueba única y simultánea en toda España para el acceso a la Universidad (EvAU); y sentado las bases para un modelo específico de financiación de las universidades públicas que permitirá la llegada de más presupuesto.

Experiencia, rentabilidad y eficacia en la disposición y aprovechamiento de medios han distinguido la gestión de Rocío Lucas al frente de la Consejería de Educación, defensora también de la exigencia académica ante las reformas propugnadas desde el Gobierno de España con el fin de garantizar una calidad y resultados que desde hace varios años caracteriza a Castilla y León de acuerdo con los informes y diagnósticos nacionales e internacionales de referencia.