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La segregación social no influye por sí misma en los resultados académicos

Según un nuevo informe de la Fundación Europea Sociedad y Educación, contra lo que a veces parece suponerse, la segregación social no influye por sí misma en los resultados académicos; tener compañeros pobres, inmigrantes o de hogares en general desfavorecidos no empeora de por sí el aprendizaje escolar; tampoco tener compañeros de hogares favorecidos lo mejora sin más.
Diego FranceschMiércoles, 22 de febrero de 2023
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El autor del informe es el sociólogo de la Educación Julio Carabaña, en la imagen en un momento de la presentación.

Según el estiudo La segregación social en las escuelas, un dudoso problema del sistema escolar del que es autor el sociólogo de la Educación Julio Carabaña, «la segregación social no influye por sí misma en los resultados académicos; tener compañeros pobres, inmigrantes o de hogares en general ‘desfavorecidos’ no empeora de por sí el aprendizaje escolar; tampoco tener compañeros de hogares ‘favorecidos’ lo mejora sin más». Lo que puede influir, en cambio, son los resultados académicos de los compañeros.

«Los alumnos de nivel académico alto ayudan, mientras los de nivel académico bajo perjudican», señala Carabaña. La segregación académica produciría un ‘efecto pares’ que, a su vez, reforzaría la segregación académica. El sociólogo añade, en su estudio, que las consecuencias de «incrementar la segregación académica son inciertas en términos de nivel medio, dependiendo de si el efecto reforzante de la concentración de alumnos buenos es mayor que el debilitante de la concentración de alumnos malos o a la inversa». Parece seguro, en cambio, que «la segregación académica aumenta la desigualdad».

El autor del informe, tras recordar lo que debe entenderse por segregación social (socioeconómica, por tipo de gestión, por el origen cultural o étnico y académica), ha insistido en que «la segregación social no es un problema de los sistemas educativos sino, a lo sumo, un agregado de problemas a nivel local, y sus causas son variadas y complejas».

Carabaña lleva más de cuarenta años trabajando el el fenómeno social de la segregación, y ha justificado la fuerte presencia de esta cuestión en el debate público, entre otras razones, por la gran abundancia de estudios sobre el tema, a la influencia de las organizaciones internacionales (Unesco, OCDE, Banco Mundial, etc.) y, por supuesto, a la preocupación de los responsables de los sistemas educativos (a nivel nacional y autonómico) por un diseño eficaz de las políticas de equidad educativa. «La segregación social entre escuelas y dentro de las escuelas no es un problema en sí misma, sino solo por sus consecuencias», concluye el sociólogo.

Algunas conclusiones del informe

  • Según PISA 2012, la magnitud de la segregación socioeconómica (ESCS) en España y entre centros es de tipo medio, comparable a la de OCDE. En torno al 25% de la desigualdad social de los alumnos se da entre los centros, el restante 75% se encuentra dentro de ellos.
  • La segregación social no es un rasgo particularmente llamativo de la ESO en España, ni en su aspecto socioeconómico ni en lo relacionado con la inmigración.
  • El efecto de la segregación social sobre los resultados académicos está en torno al 2,5%.
  • La concentración de alumnos inmigrantes y el tipo de gestión del centro añadían un poco más de desigualdad en PISA 2003 y 2012, pero nada en 2018.
  • En cuanto al efecto «clasismo escolar» sobre el aprendizaje en las comunidades autónomas, solo en seis (Madrid, Cataluña, País Vasco, Navarra, Canarias y Murcia) se dan cifras cercanas al 2% del conjunto del país; en el resto, las cifras están entre el 0 y el 1%.
  • Las causas principales de segregación entre centros son variadas: centros privados no concertados (13,5%); tamaño de las poblaciones (11,2%); el porcentaje de inmigrantes (5,8%) y los centros concertados (3,5%).
  • Si las medidas contra el clasismo fueran totalmente eficaces solo se podría reducir la desigualdad de resultados académicos un 1,4%.
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