fbpx

Combatir la desinformación: una tarea que empieza en las aulas

Cada vez es más común que centros escolares hagan una jornada para enseñar a los alumnos a cómo detectar un bulo y cómo actuar contra él.
Aitor Caballero CortésJueves, 10 de agosto de 2023
0

Unos alumnos en el taller ¡No me los toques! © UNICEF

La sociedad vive actualmente en la era dorada de la información, gracias a la enorme posibilidad que nos da internet de permanecer conectados a la actualidad. Pero también esto tiene un efecto contrario: y es que a más información, también está una mayor probabilidad de que sean bulos, sobre todo debido a las facilidades que existen hoy en día para transmitir un mensaje que sea falso entre la población, con herramientas como Twitter o Whatsapp.

Lo bueno es que, al igual que existe la posibilidad de que nos encontremos con un bulo debido al aumento incesante de noticias por la conectividad que tenemos hoy en día, también tenemos la virtud de poder desmentirlo más rápido que nunca precisamente por ese factor. Es la parte buena y la mala de internet, y en nosotros está en tratar de darle un buen uso a estas posibilidades.

Pero primero, para darle ese buen uso, hay que aprender a hacerlo, y no es una tarea necesariamente fácil. No lo es para los mayores, a los que la sobreinformación y las redes sociales les ha tocado ya como «inmigrantes digitales», pero los jóvenes tampoco tienen esta cuestión del todo asumida, a pesar de que sean la generación que ha nacido casi con un móvil bajo el brazo.

Una conciencia crítica

Saber manejar a la perfección un dispositivo móvil y moverse en las redes sociales como pez en el agua no hace que los jóvenes estén exentos de exponerse a la desinformación. Es por ello que desde los centros educativos se han puesto manos a la obra, y luchar contra los bulos ya se ha vuelto prácticamente una asignatura más en el itinerario formativo.

El proyecto ¡No me los toques!, impulsado por UNICEF España y la asociación educativa Learn to Check, llevaron a cabo en el pasado curso  2022-23 estos talleres en varios colegios de Galicia, Castilla y León, Extremadura y Castilla La-Mancha para trabajar por los derechos de la infancia y luchar contra la desinformación mediática.

Esta iniciativa ha consistido en una formación a los alumnos entre 2º de Primaria y 4º de la ESO y a su personal docente. Han jugado a juegos típicos de la infancia, como «el teléfono escacharrado» para comprobar la distorsión de la información cada vez que pasa por una persona, o les han expuesto a imágenes falsas para tratar de identificarlas y enseñarles una serie de trucos. Todo ello con el objetivo no solo de que la desinformación no les afecte a ellos, sino también para ayudar en casa: «Mi padre trae muchas noticias del trabajo que dicen sus compañeros y, a veces, me pide ayuda y no sé qué responder. Pero ahora creo que estoy preparada para decirle qué tal son esas cosas o si debería creérselas», dice una alumna.

Después, han desarrollado un podcast, una campaña de sensibilización para redes sociales o un juego en línea con el objetivo de luchar contra la desinformación y los bulos desde la óptica de la educación en derechos de infancia.

La información y el poder de tomar decisiones

Además de fundaciones, organizaciones dedicadas al fact-checking cada vez están más implicadas en que los jóvenes son un público necesario de educar para que «no se la cuelen» como a sus padres. Este es su lema, y es que Maldita.es lleva desde 2018 promoviendo este tipo de cursos, además de para personas mayores, en los centros educativos, con el objetivo de promover la alfabetización mediática y «crear una comunidad consciente, que pueda defenderse de la desinformación, proteger su privacidad, y tomar decisiones informadas, sean cuales sean sus creencias».

No solo hay talleres para combatir la desinformación, sino que este ámbito se ha expandido a las visitas. En la tercera planta del espacio de Fundación Telefónica, en Madrid, está disponible hasta el 19 de noviembre la exposición Fake News. La fábrica de mentiras, que recoge piezas históricas, obras de artistas contemporáneos y casos de estudio reales para analizar este fenómeno y ofrecer recursos para combatir su difusión. Actualmente está cerrado por obras, pero a partir del próximo 15 de agosto, se podrá volver a acceder al recinto.

Para los docentes, este tipo de experiencias son muy bien valoradas, y creen que este tipo de iniciativas preparan a los alumnos a «algo que se van a encontrar a lo largo de su vida», asegura Verónica Terrazas, una docente que ha trabajado en la iniciativa de UNICEF. Susana Fontán, otra profesora que también estuvo en la formación de ¡No me los toques! advierte de que «las redes sociales son ahora mismo su principal herramienta de comunicación y de información. Es muy importante que aprendan a distinguir lo que es real y lo que no».

0
Comentarios