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Expertos en Educación valoran los pros y los contras de la LOGSE

Los diez años de la LOGSE han servido como excusa a FUHEM para reunir en una misma mesa y en un mismo libro a muchos de los expertos en Educación de España
Miércoles, 20 de diciembre de 2000
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Autor: José Manuel LACASA

Con motivo de la presentación del libro Informe educativo 2000. Evaluación de la LOGSE, conmemorando los 10 años de la Ley, la Fundación Hogar del Empleado (FUHEM) reunió en una misma mesa a muchas de las personalidades que de una manera u otra han tenido que ver con el desarrollo y aplicación de esta ley, todos ellos colaboradores del libro: José Luis García Garrido, catedrático de Educación Comparada de la UNED, Ángel Astorgano, Secretario General de FERE, Álvaro Marchesi, ex Secretario de Estado de Educación y catedrático de Psicología de la UCM, Ángel Unceta, Viceconsejero de Educación del Gobierno Vasco, y Alfredo Pérez Rubalcaba, diputado y ex ministro de Educación.

Antes de que interviniera la mesa, el director general de Cooperación Territorial y Alta Inspección, Juan Ángel España, leyó una ponencia sobre los futuros planes del MECD, mencionando varios de los temas que más polémica levantarán en los próximos meses.

España se refirió a la Ley de Calidad, destacando que su objetivo será una formación integral del alumno, una preparación de éste para preparar su inserción en el mundo laboral, y una homogeneidad entre lo que se enseña en las distintas comunidades. También peroró sobre las reformas que su Departamento prepara en la Alta Inspección. Y expresó su deseo de que todos estos cambios cuenten con el mayor consenso político posible.

Tras la intervención oficial le tocó el turno a los expertos. Así, García Garrido se refirió a la LOGSE como una ley cara, concebida en un momento muy optimista económicamente, por lo que ante la crisis se quedó sin fondos para sostenerse. Pero sí defendió su flexibilidad, señalando que, por ejemplo, la comprensividad no debe ser defendida a ultranza.

Por su parte, Astorgano hizo hincapié en que “lo importante en la escuela son las personas, educador y educando. Las leyes no son tan importantes, y la conflictividad política menos”. Por eso no se debe alterar a la comunidad educativa con polémicas estériles. Hay que reducir los que a su juicio son los grandes desencuentros en la Educación: políticos y profesores, sector público frente a sector privado, y el más grave, el de la escuela y la familia.

Una apuesta de futuro fue la de Marchesi al tratar el tema de las reformas que en el futuro necesitará la Educación, a partir de las tres carencias que, actualmente, aprecia en la LOGSE.

Frente a los escasos recursos con que se cuenta, a la excesiva rigidez en su estructura y a la esclerosis en la organización docente –que los deja sin apenas incentivos profesionales–, Marchesi apostó por una mayor dotación de recursos económicos. Según el exsecretario de Estado para la Educación, los cambios deberían inclinarse hacia una reforma curricular que permita enseñar menos conocimientos y más a pensar, a trabajar en equipo, a innovar; hacia una búsqueda de ofertas complementarias fuera de la escuela, pues muchos de los problemas que se reflejan en esta tienen origen social o familiar; y hacia la definición de mecanismos de promoción profesional y personal a los desincentivados profesores.

Alfonso Unceta hizo un repaso a las diversas formas de aplicar la LOGSE en cada una de las comunidades que han ido obteniendo las competencias, pues se tuvieron que enfrentar a problemas distintos. Con esta argumentación defendió el que no exista un sistema global, sino una variedad de sistemas educativos en España. Sí reconoció tres problemas comunes, el binomio diversidad-comprensividad, las resistencias a la Reforma por parte de algunos profesores y alumnos y la indisciplina. Terminó defendiendo la tesis de que la Educación debe ser un instrumento político.

Pérez Rubalcaba remató la serie de charlas con un repaso a las dificultades que la LOGSE se encontró en su camino: la crisis económica del 92-93, el problema de las transferencias, para las que no estaba preparada, y el cambio de gobierno, con un equipo que la aplicó sin creer en ella ni apoyarla. Se refirió por fin a las futuras reformas del MECD como “inventar hacia atrás”.

Mejor ‘no menealla’

Si hay algo en lo que todos los ponentes de la mesa estuvieron de acuerdo fue en que era mejor no tocar mucho la LOGSE, sino mejorar algunos de los aspectos más negativos.
García Garrido dijo que era mejor espaciar las reformas, porque “las leyes influyen en la escuela mucho menos de lo que los políticos creen. Astorgano se refirió a que los cambios se han de hacer con mucho respeto y Marchesi apostó por que los vayan aplicando los profesores en clase. Unceta dijo que “había que dejarse de nuevas leyes y aplicar las que hay, dotarlas de estabilidad”. Rubalcaba defendió que la LOGSE se concibió para preparar a España para la “sociedad del conocimiento”, y que los cambios previstos supondrán un retroceso.

Por tanto, la apuesta general iba en la dirección de las pequeñas mejoras, quizás en la línea que apunta Marchesi: “Hay que recuperar el sentido de la Educación en los actuales tiempos de cambio. El individualismo, la competitividad, la exigencia siempre creciente de mayor rendimiento, las presiones del mercado de trabajo y la pérdida de valores conducen a que la sociedad, los padres e incluso los profesores pierdan en ocasiones el significado de la acción educativa”.
 

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