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Los alumnos de FP, directos a la Universidad

A falta de un mes para la presentación de la Ley que regulará el Sistema Nacional de Formación Profesional y Cualificaciones, el equipo de Isabel Couso comienza a revelar los detalles.
Miércoles, 14 de febrero de 2001
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Autor: Marta SERRANO

El lema No se pueden cerrar caminos podría ser uno de los escogidos para presentar la Ley de FP y las Cualificaciones a finales del próximo mes de marzo. Con este espíritu, los miembros del gobierno encargados de elaborar este proyecto de Ley tratarán sobre todo de flexibilizar el sistema de Formación Profesional y adaptarlo a las demandas del mercado laboral. Ésta idea, junto con la de desarrollar el sistema de pasarelas que permitirán incluso acceder a la Universidad sin necesidad de cursar estudios de Bachillerato, serán la clave de la nueva Formación Profesional.

Las pasarelas

Aunque la Ley Orgánica del Sistema Nacional de Formación Profesional y de las Cualificaciones no dirá nada en cuanto al tema de las pasalelas, éste aspecto ya está resuelto desde el punto de vista legislativo, porque las pasarelas están vigentes gracias a la Ley de Acompañamiento del año 1999 y, por tanto, no hace falta una norma con rango de ley para poder desarrollarlas. En este sentido, son las CC.AA. las que, de momento, no se han decidido a aplicarlas en el territorio de sus competencias, aunque son las que tienen la facultad para hacerlo una vez desarrollados los contenidos de la Ley.

Además, los alumnos que superen los ciclos superiores de Formación Profesional, pueden ya acceder a los estudios universitarios relacionados con su especialidad de acuerdo con un decreto aprobado en 1998. De hecho, existe una tabla de equivalencias por la cual se puede acceder a la Universidad sin tener que pasar obligatoriamente por los estudios del Bachillerato. Esta posibilidad se ve reforzada por el cupo de plazas reservadas a estos alumnos que ya es aprovechada por muchos estudiantes. La medida no es compartida por el grupo socialista. En este sentido, la portavoz del PSOE de Educación en el Congreso, Amparo Valcarce, aseguró a éste periódico que “acceder a la Universidad sin haber cursado el Bachillerato no es justo y es un error garrafal. Algo inimaginable”. Sin embargo, fuentes ministeriales han declarado a MAGISTERIO que “se trata de potenciar los ciclos formativos de Grado Medio, que son los únicos estudios con carácter terminal en nuestro país.

Tres salidas

Este carácter de callejón desanimaba a los alumnos y a sus familias”. Sin embargo, “a través de las pasarelas dejará de ser así porque un curso puente aportará a los alumnos que superen un Ciclo Medio los conocimientos teóricos necesarios para acceder a un Ciclo Superior”. En cualquier caso “lo importante es no crear callejones sin salida en la Formación Profesional. Al contrario; es necesario crear un sistema muy flexible y con muchas pasarelas”. Ahora, según las mismas fuentes, “un joven que ha hecho un ciclo formativo de Grado Medio tiene tres posibilidades: la de acceder al mercado laboral, ya que se necesitan muchos técnicos de Grado Medio, la de pasar a los ciclos de Grado Superior, o la de optar por los estudios de Bachillerato”.
Otra de las novedades que prevé la ley de Formación Profesional y de las Cualificaciones es la necesidad de que cada cinco años, debido a una sociedad y a unas necesidades productivas cambiantes, se revisen y actualicen los títulos en aquellas materias en las que sea necesario por avances científicos o técnicos.

Observatorios

Así, La Ley de Formación Profesional y de las Cualificaciones nace con el objetivo primordial de flexibilizar el sistema para que responda en cada momento a las necesidades productivas. Para ello se crearán unos observatorios con la misión de recoger de la sociedad toda la información sobre la demanda del mercado laboral y trasladarlo a los organismos correspondientes para que preparen la oferta formativa que sea capaz de responder a dicha demanda social.
En este sentido MAGISTERIO ha podido saber que habrá un Observatorio Central, otros a nivel autonómicos, así como observatorios por sectores empresariales.
Además de los observatorios el MECD contará con el Instituto Nacional de las Cualificaciones, que se encargará en última instancia de de la revisión y actualización de los 136 títulos de FP actuales.

Las Cualificaciones

El Instituto Nacional de las Cualificaciones será el encargado además de elaborar un Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales, que ordenará las acreditaciones existentes en el mercado de trabajo en función de las competencias requeridas para el ejercicio profesional susceptible de reconocimiento y titulación. Dicho catálogo, que será de aplicación en todo el territorio nacional, contribuirá a facilitar la colocación y movilidad laboral, así como la orientación en materia de formación profesional.
Además, asociado a este Catálogo de Cualificaciones se elaborará un Catálogo Nacional Modular de Formación Profesional, al que corresponderá la coordinación de la oferta normativa en sus diferentes modalidades y la integración de los procedimientos de adquisición de las competencias profesionales.

En concreto, éste Catálogo incluirá la denominación oficial de cada módulo, el nivel de cualificación y las capacidades que comprende, los criterios para su evaluación y la duración mínima prevista para la formación que, según se prevé, no será inferior a dos cursos académicos.

Los “principios” y “fines” de la Ley

Cualquier norma legislativa nace inspirada en una serie de principios. En este sentido, la Ley de Formación Profesional y Cualificaciones se rige por dar la posibilidad de una formación permanente a todos los ciudadanos como instrumento para hacer efectivo el derecho al trabajo y a la libre elección de profesión.

Además, entre los principios que sirven de base a esta Ley Orgánica destacan: el derecho a acceder en condiciones de igualdad a la Formación Profesional y a obtener la acreditación de las cualificaciones obtenidas. Este principio incluiría el reconocimiento de la preparación adquirida a través de la experiencia laboral, lo que permitirá a muchos ciudadanos obtener un título que facilite su acceso al empleo y la movilidad laboral.

El acceso a la formación y al trabajo de los grupos con especiales dificultades de integración en el mercado laboral será también facilitado a través de esta Ley, así como el aumento de la participación y cooperación de los poderes públicos y los agentes sociales en las políticas formativas.

Por otro lado, la adecuación de los criterios comunitarios europeos a la formación y las cualificaciones de acuerdo con las directivas comunitarias vigentes, rigen en la preparación de ésta nueva Ley Orgánica.

En cuanto a los fines, de la Ley, como marco ordenador de la Formación Profesional y las Cualificaciones, constituye un sistema integrado al que corresponde promover y desarrollar la integración de las cualificaciones profesionales, las formas de evaluar y acreditar las correspondientes competencias, y la oferta educativa de la Formación Profesional.

Además, la mejora de la oferta formativa, la motivación tanto de alumnos, padres y profesores como de los empresarios para lograr una mejor valoración social de la FP son otros de los fines que pretende la nueva regulación del Sistema Nacional de Formación Profesional y las Cualificaciones.

Aunque sin duda el fin último de la Ley será el de satisfacer las necesidades tanto individuales como de los sistemas productivo y de empleo, de tal manera que se logre la capacitación para el ejercicio de actividades profesionales con la debida competencia. Se trata de llegar al pleno empleo a través del ajuste de la oferta y la demanda en el mercado laboral.

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