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El 80% no cree que se alcance un pacto en los próximos cinco años

La “desesperanza” es la conclusión principal de una mayoría de expertos y docentes sobre la Educación española hasta 2020 debido a unos presupuestos “insuficientes, la falta de estímulos y reconocimiento profesional y porque no será posible un pacto educativo de Estado”, según creen.
RedacciónMartes, 7 de junio de 2016
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Las expectativas de 200 encuestados han sido recogidas en el informe La Educación en España: el horizonte 2020, realizado por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), BBVA y la Comisión Española de Cooperación con la Unesco.

Ocho de cada diez encuestados creen que no se logrará un acuerdo educativo en los próximos cinco años porque “las leyes seguirán cambiando según los gobiernos, la comunidad escolar no será consultada ni la Educación será prioritaria para las administraciones públicas”.

El director de Responsabilidad Social de BBVA, Antoni Ballabriga, constató que existe un panorama “un tanto desalentador” y añadió que, para esta entidad, un acuerdo social y político de Educación sería “señal inequívoca de una democracia madura”.

Tres de cada cuatro encuestados prevén menos gasto público en Educación, excepto en la FP; se concederán “menos becas y de menor cuantía en un proceso selectivo más exigente”. El 61% no espera una mejor valoración de la labor docente, y el 70% prevé que el profesorado se sentirá desmotivado.

La mayoría de respuestas, recogidas en internet en junio y octubre de 2015, prevén menos centros educativos y profesorado, con plantillas “más inestables”, excepto en la FP, que tendrá más alumnado y mayor y mejor oferta.

Preguntado por la prensa, Miguel Ángel Rodríguez, uno de los autores del informe, indicó que “se podría aventurar”, a la vista de las respuestas, que estos expertos creen mayoritariamente que la escuela pública es la gran perjudicada de la crisis y de los próximos años. Rodríguez explicó que las respuestas del estudio se sustentan en la realidad del momento (“recortes, recesión, dificultades”), que marcan las expectativas.

Sin embargo, sobre ese fondo “bastante desesperanzado”, la investigación detecta “señales de cambio”, indicó Anna Sanmartín, otra de las autoras. Esto demuestra que el campo educativo está vivo y hay una realidad social que “cuestiona, interpela y rechaza la parálisis institucional”.

Según el director general de la FAD, Ignacio Calderón, el mundo de la Educación es optimista por naturaleza, pero también tiene “derecho a ser escéptico”.

Más exigencia docente
Sobre la profesión docente, la mayoría considera que se endurecerán los requisitos para entrar en los estudios y para opositar, se exigirá más formación en idiomas e informática. Creen que se implantará un sistema de evaluación del profesorado periódico y obligatorio.

Con todo, tres de cada cuatro confían en que habrá una minoría de docentes activos y comprometidos con su formación, la innovación educativa, la búsqueda de nuevas fórmulas de relaciones escolares y con la protesta por las insuficiencias del sistema.

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