¿Cuánto ejercicio necesitan hacer los niños al aire libre?

Muchos padres se preguntan si su hijo hace suficiente ejercicio. Todo el mundo sabe que el ejercicio es bueno para nuestro organismo. Sin embargo, en ocasiones cuesta rascar de aquí y de allá el tiempo necesario para hacer ejercicio, especialmente teniendo en cuenta lo repleta que tienen la agenda las familias. Puede resultar incluso más complicado determinar cuánto ejercicio necesita un niño para estar sano.

Los padres pueden calcular cuánto tiempo está su hijo físicamente activo a lo largo del día. Para ello, basta con sumar los minutos y horas que su hijo está realizando algún tipo de actividad física. Las actividades que se realizan en casa (p. ej., sacar a pasear al perro o pasar el aspirador) cuentan también como ejercicio. Muchos niños realizan actividades extraescolares (p. ej., algún deporte). También hay que tenerlas en cuenta a la hora de hacer el cálculo de la actividad física. Repasa el horario escolar de tu hijo para saber cuántos minutos hace cada día de Educación Física, eso también cuenta. Para los niños de menor edad, los padres también tienen que incluir el tiempo del recreo. Partiendo de estas estimaciones del tiempo de actividad física, los padres pueden ayudar a su hijo a ser más activo, en caso de que sea necesario.

Encontrar tiempo

Una forma estupenda de ayudar a tu hijo a encontrar más tiempo para hacer ejercicio es sustituir las actividades sedentarias por otras opciones más activas. Se puede limitar el tiempo que dedican a ver la televisión o videos por YouTube, o a jugar a videojuegos para que así les quede tiempo para hacer ejercicio.

Esta información puede ser útil para saber cuánto ejercicio resulta adecuado para tu hijo:

• Bebés y niños pequeños (0-3 años): Los bebés y niños pequeños no deben permanecer parados, con movilidad limitada o inactivos durante más de una hora seguida. Durante estos primeros años la actividad física es importante para instaurar hábitos saludables. A los bebés (0-1 año) hay que alentarles a que se muevan en entornos seguros, tanto dentro como fuera de casa para que desarrollen las habilidades de psicomotricidad gruesa.
• Niños de 3-5 años: Los niños de 3 a 5 años deben hacer 30 minutos (acumulativo, dividido en fracciones más pequeñas) al día de actividad física estructurada como, por ejemplo, jugar al pilla-pilla. Además, deben realizar 60 minutos adicionales o más de actividad física no estructurada como, por ejemplo, juegos, caminar de un lugar a otro u otras actividades propias del ocio y tiempo libre. A los niños se les debe animar a andar (en vez de que se les lleve en carrito) para aumentar la actividad física que realizan.
• Niños de 6-12 años y adolescentes: La recomendación para ellos es un mínimo de 60 minutos al día de ejercicio de moderado a enérgico que incluya actividades de fuerza. El ejercicio moderado o enérgico es ejercicio que, en una escala de intensidad de 0 a 10 recibiría una puntuación de 5 o 6. Las actividades de fuerza son aquellas concebidas bien para fortalecer los huesos o bien para fortalecer los músculos como correr, saltar a la cuerda o sentadillas.

El ejercicio ayuda a tu hijo a controlar mejor su peso, a desarrollar músculos y huesos más fuertes y a mejorar sus destrezas de psicomotricidad fina y gruesa. La clave para ayudar eficazmente a tu hijo a que haga más ejercicio es centrarse en la componente lúdica del ejercicio (es decir, en el juego). Durante la infancia, se supone que el ejercicio ha de ser ameno, ha de servir para liberar la energía acumulada y ha de permitir la interacción con el mundo de manera exploratoria y autoguiada. Los padres no tienen por qué participar en todos los minutos de ejercicio que realice su hijo, ni tampoco tienen por qué hacerlo con niños más mayores o con adolescentes. Los padres se tienen que ocupar de ofrecer un entorno seguro, apoyo y orientación cuando sea necesario.