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La Lomloe: Un rayo de esperanza para la Filosofía

Filósofos y docentes esperan que la ley recupere el espacio que la Ética y la Filosofía perdieron con la Lomce. El anteproyecto plantea una materia de Valores Cívicos y Éticos en la ESO.
Amanda SalazarMartes, 17 de marzo de 2020
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La Lomloe mantiene la Filosofía en Bachillerato y rescata como troncal la Historia de la Filosofía. © MARIO BREDA

Hace solo unas semanas, el Consejo de Ministros dio luz verde al anteproyecto de ley de Educación, que tendrá que pasar ahora por el Congreso. Pero el anteproyecto de la ministra Celaá, que se aprobó sin modificaciones para tratar de acelerar su tramitación parlamentaria, parece dar respuesta a una de las demandas más reclamadas por los docentes de Secundaria y Bachillerato, la de que la Filosofía vuelva a tener peso en los institutos.

La Filosofía fue una de las asignaturas más maltratadas por la Ley Wert. Con el tiempo, incluso el PP se dio cuenta del error de dejarla prácticamente fuera de los institutos, pero no lo enmendó. La Lomce eliminó la Ética y Educación para la Ciudadanía de 4º de la ESO, mientras que Historia de la Filosofía dejó de ser obligatoria en 2º de Bachillerato. Solo mantuvo la materia general de Filosofía en 1º de Bachillerato. También existe una asignatura de Valores Éticos como alternativa a la Religión, algo muy cuestionado por los filósofos, porque parecía diferenciar entre una moral para creyentes y otra para ateos. Esto en la práctica significaba que muchos alumnos terminaban la Secundaria sin haber cursado ni una sola asignatura sobre Filosofía o reflexión ética. Y si los estudiantes continuaban su formación en Bachillerato, podían llegar a la universidad habiendo aprobado un solo curso (1º de Bachillerato) de Filosofía general.

Extrema precariedad

La Filosofía quedó con la Lomce en un estado de extrema precariedad. Provocó que muchos docentes viesen reducida a la mínima expresión la carga lectiva del área en la que estaban especializados y provocó un gran malestar entre los profesores. “Al eliminar horas y cursos completos, era lo mismo que decirle al alumnado que la Filosofía no era importante”, explica Esperanza R. Guillén, presidenta de la Comisión de Educación de la Red Española de Filosofía (REF) y presidenta de la Sociedad Española de Profesorado y Plataforma de Filosofía (Sepfi). Nada más lejos de la realidad. No solo lo defienden los docentes y filósofos, sino que reforzar la enseñanza de Filosofía (si ya la hay) o introducirla (si los sistemas educativos carecen de ella) es una de las recomendaciones que marca la Unesco, que enlaza directamente la Filosofía con los fundamentos de Democracia y le atribuye un papel fundamental en la formación cívica y cultural de los ciudadanos. Y en un momento en el que en Europa se cuestionan los principios en los que se basan las democracias, varios países –Francia es un ejemplo– están retomando la enseñanza de la ética y la moral en sus centros educativos.

Esperanza R. Guillén, presidenta de la Comisión de Educación de la REF "

“Nos hemos dejado llevar por competencias instrumentales, asinaturas sobre el hacer”

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“Nos hemos dejado llevar por competencias instrumentales, asignaturas sobre el hacer, minusvalorando la importancia de la reflexión, de la argumentación, del espíritu crítico o de un aprendizaje que ofrezca una perspectiva más global, e incluso de la oratoria”, indica Guillén, que también es profesora de Filosofía en el Instituto «Margarita Salas» de Majadahonda (Madrid). Este tipo de pensamiento es imprescindible para hacer frente, en la formación del alumnado del siglo XXI, a los desafíos de una sociedad altamente tecnificada que impone la inmediatez y la reacción impulsiva antes que la reflexión, la cooperación y el diálogo, defiende.

Algunas comunidades, dentro de la falta de consenso político y social que rodeaba este tema, trataron de blindar la Filosofía introduciéndola dentro de su porcentaje de libre configuración autonómica, pero esto ha generado una gran desigualdad en todo el territorio en cuanto al número de horas, cursos en los que se imparte. Según defendió en 2017 el entonces presidente de REF y catedrático de Filosofía, Antonio Campillo, en la Subcomisión para el Pacto de Estado por la Educación, en diez de las diecisiete comunidades se mantiene la Historia de la Filosofía como obligatoria. Pero ni siquiera entre esta decena el tratamiento es similar. En Andalucía, Asturias, Cataluña, Extremadura y la Comunidad Valenciana continúa como obligatoria para las tres modalidades de Bachillerato; pero en Aragón, Baleares, Cantabria, Región de Murcia y La Rioja solo es obligatoria en una o dos especialidades. En las otras siete comunidades es una optativa entre otras muchas. Esta variedad se ha reflejado también en las nuevas pruebas de evaluación del Bachillerato (selectividad), puesto que en algunas comunidades el alumnado que ha cursado Historia de la Filosofía puede examinarse de ella para mejorar su nota de acceso a la universidad, mientras que en otras comunidades no existe esta opción.

Volver al ciclo completo

Retomar un ciclo completo de Filosofía, es decir, impartir asignaturas relacionadas con la Filosofía en al menos tres cursos completos, 4º de la ESO y los dos de Bachillerato, se ha convertido desde entonces en el gran caballo de batalla de distintas asociaciones de filósofos y docentes como la Red Española de Filosofía (REF) y la Sociedad Española de Profesorado y Plataforma de Filosofía (Sepfi).

Raimundo de los Reyes, presidente de la Federación de Directivos (Fedadi) "

“El exceso de disciplinas y que puedan enseñarlas no especialistas desvirtúa la materia”

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En este sentido, el anteproyecto de la Lomloe parece cumplir con la demanda de los filósofos y especifica que en uno de los cursos de la etapa de Secundaria todo el alumnado cursará la Educación en Valores Cívicos y Éticos, que prestará “especial atención a la reflexión ética” e incluirá contenidos referidos al “conocimiento y respeto de los Derechos Humanos y de la Infancia, a los recogidos en la Constitución Española, a la Educación para el desarrollo sostenible y la ciudadanía mundial, a la igualdad de mujeres y hombres y al valor del respeto a la diversidad, fomentando el espíritu crítico y la cultura de paz y no violencia”. En cuanto a Bachillerato, establece como materias comunes y obligatorias en todas las modalidades de Bachillerato las asignaturas de Filosofía e Historia de la Filosofía.

Más horas y especialistas

Pero las expectativas de los docentes de Filosofía no se quedan ahí. “Pedimos que las materias estén impartidas por especialistas porque ahora mismo la asignatura de Valores Éticos o las que se imparten de Educación para la Ciudadanía en algunas comunidades pueden impartirlas docentes de otras áreas que no están especializados y esto le resta calidad a esta formación”, indica Guillén, quien también pide que se le dé suficiente carga lectiva para poder desarrollar correctamente la disciplina y que se realice un reparto del horario consecuente. “Ninguna asignatura puede dar un contenido en condiciones con una hora a la semana, menos aún una asignatura de Ética que requiere precisamente reflexión y que no es un aprendizaje de usar y tirar; si la materia que promete la Lomloe de Valores Cívicos y Éticos va a limitarse a una hora semanal, estaríamos en las mismas”, asegura. Lo mismo opina Raimundo de los Reyes, presidente de la Federación de Asociaciones de Directivos de Centros Educativos Públicos (Fedadi), quien señala que el exceso de disciplinas y el hecho de que muchas de ellas puedan enseñarlas docentes de especialidades afines acaba desvirtuando la materia. “La ética está en la línea la formación personal del alumno y debe tener su espacio propio en el currículum; si eliminamos este tipo de enseñanzas tendremos buenos técnicos, pero personas con escasos valores y fácilmente manipulables. Presuponemos que los alumnos van a tener esa formación de forma transversal en el centro o en sus casas, pero lo cierto es que lo transversal al final no es de nadie y en sus familias no todos los padres tienen capacidad o conocimientos para ofrecer esa base mínima a los estudiantes”, señala De los Reyes.

José Antonio Marina, catedrático de instituto, filósofo y escritor "

“La Educación para la Ciudadanía era, en realidad, una asignatura de ética que no se atrevía a decirlo”

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Guillén también apunta a que se deberían aclarar los contenidos. “Creemos que debe ser una asignatura que centre en la ética, y que se llame así; si además se quiere introducir una materia de valores cívicos más centrados en ser ciudadano en una sociedad democrática, bienvenida sea; pero ética debería ser solo ética”, dice.

Este mismo aspecto es el que apoya el filósofo José Antonio Marina. “La Educación para la Ciudadanía era, en realidad, una asignatura de ética que no se atrevía a decir su nombre. Creo que hay que recuperar el significado originario de la ética, que era la ciencia del buen carácter, es decir, de aquel que estaba formado por los hábitos de excelencia. Hablar de Educación para la ciudadanía significa fomentar las virtudes cívicas, que van desde la urbanidad hasta la búsqueda de la justicia. Por eso prefiero ética, centrada en la formación del buen ciudadano”, explica.

Marina: "Para ser libres hay que liberarse de la ignorancia"

El filósofo José Antonio Marina ha defendido en muchas ocasiones la importancia de la Filosofía en la enseñanza de los jóvenes. Para el pensador, la filosofía resulta esencial en una sociedad democrática, por varias razones. “En primer lugar, porque permite comprender el funcionamiento de la inteligencia humana, sus posibilidades y sus límites, y también sus creaciones: la ciencia, la ética, el arte, las religiones, los sistemas jurídicos y políticos”. En un momento en el que, según señala Marina “parece que no hace falta comprender –porque es suficiente con saber usar– y en que se habla cada vez más del advenimiento de la ‘singularidad’ o de la ‘poshumanidad’, necesitamos saber cómo hemos llegado hasta aquí para poder tomar buenas decisiones sobre nuestro futuro”.

“Una de las funciones de la Filosofía es desarrollar el pensamiento crítico, lo que implica elaborar criterios para evaluar adecuadamente los conocimientos, las teorías, las propuestas políticas, los comportamientos”, explica el escritor y pedagogo. Según afirma, nunca han dispuesto los humanos de tanta información, y para no ser adoctrinados o engañados, debemos fortalecer la capacidad de cada persona para distinguir lo bulos de la verdad. “Para ser libres hay que liberarse de la ignorancia, el dogmatismo, los prejuicios, el adoctrinamiento, y esa es tarea de la filosofía”, defiende.

La enseñanza de la Filosofía y la mejora del rendimiento

En su defensa de la Filosofía en el sistema educativo, Antonio Campillo argumentó que la Filosofía no solo es una formación cultural generalista, ajena a la instrucción especializada para el desempeño de una profesión y, por tanto, prescindible, sino que diversos estudios han corroborado la relación entre la enseñanza de la Filosofía y una mejora del rendimiento académico de los estudiantes. En este sentido, un estudio realizado entre 3.000 niños en el Reino Unido por la Education Endowment Foundation (EEF) demostró que los niños que siguieron las clases de Filosofía mejoraron sus resultados en Matemáticas y Lengua Inglesa. Además, todos ellos mejoraron en su capacidad de escuchar y trabajar en equipo. De hecho, la REF defiende no solo recuperar lo perdido con la Lomce, sino que apuesta por incorporar la Filosofía a Primaria para empezar a introducir a los más pequeños en los principios del pensamiento filosófico.

La recuperación de un ciclo completo de Filosofía también podría conllevar cambios positivos en las universidades, según Víctor Granado, profesor del Departamento de Filosofía y Sociedad de la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense, que también es profesor del Máster de Formación del Profesorado de ESO, Bachillerato, FP y Enseñanzas de Idiomas y da clases de Filosofía en un instituto. “Si no mostramos a los alumnos en los niveles de Secundaria y Bachillerato qué es la Filosofía, difícilmente van a plantearse estudiar un Grado”, indica.

Desde el punto de vista de inserción laborar de los egresados, que se impartan más horas de Filosofía y que recupere el peso y prestigio perdidos también es motivador para los alumnos de una carrera cuya salida natural es precisamente la docencia. “En los últimos años se ha potenciado mucho entre los alumnos el espíritu emprendedor, pero no sabemos si el estudiante finalmente va a montar una empresa; lo que sí sabemos es que va a ser un ciudadano, por eso es importante darle las herramientas y despertar su espíritu crítico”, añade.
Solo queda esperar a conocer las enmiendas que los grupos aportan en el Congreso a la Lomloe y conocer en qué se concretan en el caso de la Ética y la Filosofía. Sus defensores se muestran esperanzados de que no se produzcan grandes cambios y que se mantenga lo que plantea el anteproyecto de Ley, que precisamente recoge el consenso alcanzado por los cuatro grandes partidos sobre la necesidad de recuperar al menos la presencia que tenía la Filosofía antes de la Lomce. Pero, como suele ocurrir, la medida que beneficia a unos no será bien recibida por otros. Docentes de asignaturas como Economía o Educación Artística se mantienen ahora a la espera porque temen que les afecten recortes en sus horas lectivas.

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