Indignación entre las familias por cómo serán las salidas de los niños
Los niños podrán acompañar a su progenitor a la compra o a adquirir productos de primera necesidad. FAMVELDMAN
Las familias españolas tienen la sensación de que se les ha puesto la miel en los labios al anunciarse la salida de niños con restricciones a partir del 27 de abril.
Tras conocer que esa salida será para acompañar a los adultos en sus desplazamientos «al supermercado, farmacia o entidades financieras», como ha detallado la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, tras el Consejo de Ministros, la indignación se ha apoderado de buena parte de los grupos de padres y madres de WhatsApp y ha surgido una iniciativa espontánea en Change.org bajo el lema Paseo sí, Compras no.
Se había sobreentendido que la salida sería con las adecuadas medidas de seguridad y con unas condiciones de tiempo y distancia determinadas, pero sin tener que justificarla (más allá de la necesidad de los niños de dejar de estar encerrados). De hecho, el presidente Pedro Sánchez habló en su intervención el sábado 18 de abril de «salir a la calle a oxigenarse» y la ministra de Educación, Isabel Celaá, había apuntado por la mañana en una entrevista en TVE que la salida sería para un «paseo corto«.
El director del centro de coordinación de alertas y emergencias sanitarias, Fernando Simón, ya había dejado claro esta mañana que no sería una salida para el esparcimiento: «No se va a abrir la puerta y decir: ¡Niños, a jugar!».
La ministra Montero ha reconocido después que se trata de un «alivio parcial«. También ha asegurado que la medida no entraña riesgo: «La mayoría de los niños han permanecido en sus domicilios, la probabilidad de que estén contagiados es realmente baja. Apelamos a la responsabilidad de los padres«.
Lo que muchos padres no entienden es que a los niños, a quienes se ha denominado «vectores de transmisión», se les anime ahora a ir al supermercado, donde tendrán más posibilidades de contagiarse, por la mayor concentración de personas, que en otros espacios más abiertos.
Lo que muchos padres no entienden es que a los niños, a quienes se ha denominado "vectores de transmisión", se les anime ahora a ir al supermercado, donde tendrán más probabilidades de contagiarse
El doctor Luis Sancho, jefe de Servicio de Pediatría del Hospital QuirónSalud Sur, nos explicaba para justificar que no se abran los colegios hasta que la situación esté completamente controlada: «Los niños tienen el mismo riesgo de infectarse que la población adulta, pero al cursar asintomáticos tienen un gran riesgo de convertirse en potenciales transmisores. Un niño solo infectado puede transmitírselo a toda la clase, a todo el colegio y a cada una de las familias de esos alumnos y profesores que no estén inmunizados. Un niño solo contagiado puede acarrear consecuencias muy importantes».
Las críticas no han tardado en llegar. Así, por ejemplo, Íñigo Errejón, de Más País, pedía inmediatamente al Gobierno una rectificación.
El objetivo era que los niños y niñas salieran a la calle y pudieran pasear, no solo a espacios cerrados donde hay más riesgo de contagio. El Gobierno debería rectificar.
— Íñigo Errejón (@ierrejon) April 21, 2020
Las críticas llegaron de derecha y de izquierda, y del propio socio de Gobierno, Unidas Podemos.
Una novedad es que se ha fijado el umbral de edad para salir a acompañar a los padres en los 14 años y no en los 12 que el presidente mencionó el sábado. Distintas comunidades autónomas habían pedido una rectificación en este sentido.
En cuanto a las salidas para acompañar a los padres a hacer la compra, en la segunda versión del decreto de estado de alarma ya se contemplaba en los casos en que no había ninguna otra persona que pudiera cuidar al niño en casa durante esa salida, cuando no había otra opción.
