Polémica por el inicio de curso en Santoña, cerrada por Covid

El curso 2020-21 arrancó el pasado lunes 7 de septiembre en Cantabria, como lo hizo en el País Vasco, la Comunidad Valenciana, La Rioja y Aragón. A los 46.119 alumnos matriculados en Infantil, Primaria y Educación Especial en los 206 centros públicos y concertados les siguieron el jueves 10 los casi 39.000 alumnos repartidos en más de 207 centros.

En medio de una situación general muy complicada como consecuencia de la pandemia de Covid-19, en Santoña lo hizo con una complicación agravada por su la rápida expansión del virus en las últimas semanas, con 700 casos en 14 días entre sus 11.000 habitantes, casi triplicando la tasa de incidencia acumulada que recomienda la OMS (250) para poder abrir los colegios.
Confinada hasta el 16 de septiembre, y por tanto con la movilidad y la hostelería restringidas, la consejera de Educación, y también de Turismo, Marina Lombó insistió en que el curso comenzaba el 7 de septiembre, también Santoña, pues así lo había determinado la Consejería de Sanidad.

Los directores de los centros educativos y el alcalde de Santoña habían manifestado su intención de que los cinco centros educativos públicos de la localidad permanecieran cerrados hasta el 16 de septiembre, pero la consejera Lombó les envió una carta asegurando que “la decisión de decretar, en la práctica, el cierre para el alumnado de un centro educativo en base a argumentos sanitarios no es una competencia, no ya de los equipos directivos, sino ni siquiera de la Consejería de Educación”.

Así, se emplazaba a las decisiones de Salud Pública y aseguraba que la resolución de Sanidad permitía la apertura de los centros educativos, al no recogerse ninguna prohibición al respecto.

Solo el 12% de los alumnos matriculados en Infantil y Primaria a los dos colegios públicos y el colegio concertado del municipio (116 de 965) asistieron a clase el primer día. La consejera Marina Lombó confió en que las aulas de Santoña, que acogen a 1.034 alumnos de Infantil y Primaria y 864 de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato, 300 de los cuales residen en municipios cercanos, recuperen “poco a poco la normalidad”.

La idea de la “normalidad” dentro de la “lógica incertidumbre” en este curso fue en la que más insistió en su inauguración oficial en el CEIP Elena Quiroga de Santander.

La primera semana del curso se detectaron casos de Covid-19 en cuatro centros educativos de Cantabria, en los Corrales de Buelna, Selaya, Santander y Laredo, obligando a poner en cuarentena al grupo de convivencia estable. Según Marina Lombó, en los casos de los colegios de Los Corrales de Buelna y Selaya “se supone que no han surgido en el aula, sino que se han llevado” desde fuera.

Cantabria cuenta con un corredor educativo en estos casos. El coordinador Covid de centro avisa al coordinador de la Consejería de Educación, que contacta con vigilancia epidemiológica educativa de Sanidad para hacer la PCR y gestionar el caso.

Marina Lombó defendió que los centros de Santoña debían estar abiertos pese a la presión en varios frentes.

• Sindicatos. De ANPE, que habló de “riesgo innecesario” a CCOO, que pidió “valentía” a Educación y Sanidad, pasando por UGT, que tachó la gestión de “incongruente”. STEC la calificó de “nefasta” y pidió el cese inmediato de Marina Lombó por “fingir normalidad” y “forzar la vuelta”.
• Directores. Mostraron su intención de no abrir los centros y las principales asociaciones les respaldaron.
• Familias. Las Ampa, los vecinos y el alcalde se mostraron contra la apertura el 7 y 10.
• Las otras Santoñas. En Alfaro (La Rioja) sí se retrasó el curso por alta incidencia de Covid. En Villalba del Alcor (Huelva), en confinamiento voluntario, la Junta dijo que no.