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¿Cómo te tengo que decir las cosas?

Una comunicación adecuada en la familia es uno de los recursos básicos y elementales para establecer cualquier tipo de aprendizaje sin importar la edad de los hijos, el número de miembros de la familia, las condiciones específicas de pareja o las relaciones particulares que se establecen en cada sistema.
Centro Psicológico Loreto Charques
Expertos en el diagnóstico y tratamiento del Trastorno por Déficit de Atención (TDA-H)
24 de noviembre de 2020
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® PrettyVectors

El hecho de tener a un miembro con TDAH en la familia, puede condicionar y mucho las relaciones entre padre-madre, hermanos, etc. En definitiva, toda la dinámica familiar se puede ver distorsionada.

Cuando los niños con TDAH mantienen una comunicación fluida y de confianza con sus padres, familiares o amigos, se crea un ambiente favorable para la superación de las dificultades. Los niños necesitan sentirse escuchados y saber que lo que dicen nos importa. Una buena comunicación es un factor protector de la autoestima.

¿Cuáles son las características del TDAH que influyen en la comunicación padres-hijos?

La falta de atención y/o concentración inherente al TDAH les lleva a distraerse fácilmente. Esto influye muy negativamente en la comunicación puesto que por esta falta de atención y/o concentración el mensaje no llega a su destino (receptor). Asegurarnos de que el niño nos está mirando y escuchando es esencial para tener la seguridad de que el mensaje llega a su receptor. El acercamiento físico es otra estrategia muy positiva para que el niño se concentre en lo que le estás diciendo. En definitiva, en vez de decirle desde la cocina que es la hora de cenar, lo mejor será acercarnos a su habitación tocarle y decir que ya es la hora de la cena y que le damos 5 minutos más. Al cabo de 5 minutos, volvemos a acercarnos y le decimos que ya es la hora y que nos acompañe a cenar.

Por la dificultad para retener mucha cantidad de información, es importante que los mensajes que emitimos sean claros, cortos y concisos. Dejemos las largas charlas (o “chapas”) para otro momento. Más que largos discursos que no nos llevan a ninguna parte, lo importante aquí es dar tres o cuatro ideas muy claras y expresarlas de forma sencilla una tras otra. También es útil dejar constancia del mensaje de forma visual para que el niño pueda volver al mismo al cabo del tiempo. Las palabras una vez expresadas desaparecen, escribirlas o ponerlas en pictogramas/dibujos puede ayudar a la hora de recordar el mensaje.

Por la dificultad para retener mucha cantidad de información, es importante que los mensajes que emitimos sean claros, cortos y concisos

Las dificultades en el manejo de las emociones hacen con que el niño con TDAH actúe en ocasiones de forma exagerada. Anticipar lo que va a ocurrir y lo que se espera de él, además de asegurarnos de que el niño ha recibido el mensaje, puede que no nos asegure el buen comportamiento pero posiblemente aumenta las probabilidades de que el niño se comporte de una manera adecuada.

Es importante también que los padres de niños con TDAH entiendan que hay comportamientos que no están bajan su control, si hacen lo que hacen no es porque quieren sino porque no tienen las herramientas comunicativas para hacerlo de otra manera.

Para finalizar, tengamos en cuenta que cada familia tiene sus propias fortalezas y debilidades en cuanto a comunicación se refiere. Se trata de potenciar las fortalezas en beneficio del integrante con TDAH (y por supuesto de la familia) y trabajar las debilidades para mejorarlas.

¿Cuáles son los errores típicos que solemos cometer en la comunicación?

  • Desesperación y derrotismo: “Estoy harto”, “Tu habitación está hecha una pocilga”, “Te he dicho mil veces que la recojas”, “Mira, haz lo que te dé la gana. Yo ya paso”. Son expresiones que por lo general se repiten una y otra vez y se quedan en un simple desahogo sin introducir propuestas ni soluciones. Ante estas reacciones, los niños saben que las cosas van a seguir como están, solo deben esperar a que pase el chaparrón.
  • Desautorización: “Tu padre es un desgraciado, ni siquiera te ha llamado por tu cumpleaños”. “Este profesor te tiene manía”. “A ver cómo lo arreglas tú, que eres su padre y te crees tan listo”. Desautorizar a uno de los progenitores o a un docente es un error, es una manera de sacarle referentes al menor y de hacerlo sentirse desorientado en el ambiente familiar o escolar.
  • Exageración: “Perfecto”. “Qué bien lo haces todo”. “Eres el mejor”. Estas expresiones se pueden utilizar con la intención de dar ánimos, pero es mejor concretar lo que hace bien y evitar fomentar la competitividad.
  • Generalización: “Nunca nos obedeces, siempre nos llevas la contraria”. No puede ser verdad que nunca obedezca ni que haga siempre todo mal. Es mejor reconocer lo que hace bien y concretarle lo que puede hacer mejor.

No puede ser verdad que nunca obedezca ni que haga siempre todo mal. Es mejor reconocer lo que hace bien y concretarle lo que puede hacer mejor

  • Expectativas negativas: “Vas a suspender”. “El día de mañana vas a ser un inútil”. El peso de la expectativa del fracaso puede terminar en desmotivación. Y las frases proféticas suelen quedar grabadas en la mente y pasar a formar parte del autoconcepto. Es mejor formular estas ideas en positivo: “Si te esfuerzas conseguirás aprobar todo”.
  • Etiquetas: “Eres malo”. “Qué maleducado eres”. Son frases en las que se utiliza el verbo “ser” para calificar. En estos casos se transmite el mensaje de que el problema es algo inevitable, sin posibilidad de cambio. La diferencia entre decir “eres malo” y “te estás portando mal” es evidente.

La comunicación verbal nunca debe ser interpretada fuera de contexto (sin tener en cuenta la información no verbal, el tono de voz, la situación) pero estos ejemplos pueden servir para reflexionar sobre el poder de las palabras y para reflexionar sobre cómo actuamos con nuestros hijos, además de ofrecer pautas para mejorar la comunicación padres-hijos.

Referencias:

Abelló Planas, L., Martínez Cerón, G., Delgado, F. y Gortázar Díaz, P (2008) Habilidades de comunicación familiar. Ampliación del programa Construyendo Salud. Madrid: Ceapa.

Pérez Pino, M. T. (2007) Diagnóstico del maestro asertivo en la atención de niños con déficit de atención e hiperactividad. I Encuentro Internacional de Educación Especial, Chiapas, México.

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