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Control, control

Como llevamos unos meses haciendo, estamos intentando dar pautas muy concretas sobre problemas muy específicos que presentan los niños con TDAH. En el artículo el tema a tratar es el autocontrol, la capacidad de autorregular nuestra conducta.
Centro Psicológico Loreto Charques
Expertos en el diagnóstico y tratamiento del Trastorno por Déficit de Atención (TDA-H)
4 de noviembre de 2020
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¿Qué es el autocontrol?

El autocontrol es la capacidad de modular y controlar las propias conductas de forma ajustada al contexto. Una persona se comporta de manera controlada cuando es capaz de responder decidiendo, eligiendo su respuesta, más que reaccionando de un modo impulsivo ante una situación. Frente a este comportamiento, la conducta impulsiva revela una carencia de una respuesta planificada, valorando la situación, y de decisión, orientada hacia las alternativas socialmente aceptadas.

Los estudios apuntan que el TDAH implica, entre otras cosas, un déficit en la habilidad del individuo para inhibir las respuestas a situaciones o acontecimientos. Así parece claro que hay dificultades de las personas con TDAH con el autocontrol.

¿Por qué es importante el autocontrol?

El desarrollo del autocontrol forma parte de las destrezas personales, por lo tanto va ligado a otras como el autoestima y el autoconcepto, y en su conjunto contribuyen al desarrollo sano del individuo. Es una destreza esencial para la consecución de metas y objetivos. Además de favorecer el proceso de solución de conflictos y la toma de decisiones.

¿Qué hacen los niños con TDAH que revelan falta de autocontrol?

  • Actuar (decir o hacer algo) antes de pensar en las consecuencias. Por lo tanto, suelen ser desagradables y no se entiende lo que hace por parte de los demás.
  • Incapacidad para inhibir los impulsos tanto a nivel conductual como a nivel cognitivo.
  • La impulsividad comportamental está muy relacionada con el grado de tolerancia a la frustración.
  • Es típico el desorden en los deberes y cuadernos, la realización de múltiples errores por precipitación, la irregularidad en el resultado de los exámenes y controles.
  • Al niño con TDAH le cuesta reflexionar y carece de madurez suficiente para analizar eficazmente una situación real y por tanto su conducta resulta normalmente inmadura e inadecuada.
  • La dificultad para esperar es otro problema, lo que resulta en una impaciencia que se puede manifestar desde muy temprano a la hora de hacer la cola para colgar el abrigo en clase o en el comedor del colegio.
  • Las interrupciones a todos los niveles, desde la conversación social hasta la interacción con jefes, es uno de los derivados de la impulsividad, y puede llevar al individuo a problemas sociales, laborales o familiares.
  • Les cuesta también esperar a las recompensas a largo plazo. Esto hace que sea complicado reforzar sus comportamientos, tanto a nivel de conducta como a nivel de tareas escolares, a no ser que se organice tanto el aprendizaje como la educación a base de pequeñas tareas con refuerzos primero inmediatos y progresivamente más distanciados en el tiempo.
  • En niños pequeños, un ejemplo puede ser el que son capaces de cruzar una calle sin mirar porque un amiguito que está en la otra acera les esté llamando.
  • En la adolescencia, el consumo de drogas, la conducción imprudente, y las conductas promiscuas y sin suficientes medidas de protección son los típicos riesgos a los que se enfrentan.
  • En la edad adulta, además de las anteriores, se puede sufrir los efectos de decisiones precipitadas, tanto en el trabajo como en la vida personal, o de arrebatos coléricos como reacción a circunstancias irritantes.
  • Las personas que no pueden contener e inhibir sus respuestas al contexto que les rodean, serán menos eficaces para comunicar, para controlarse a sí mismas mediante y para encontrar soluciones a los problemas que se presentan.

Referencias:

–Arnáiz, B., Barbosa, M. y Sarmento-Henrique, R. (2014) I Escuela de Padres AAMNDAH ¿Cómo podemos ayudar e implicar a nuestro hijo en la escuela desde casa? Material no publicado.
–Garrido Landivar (2007) Programación de actividades para Ed. Especial. CEPE
–Orjales, I (1999) TDAH Manual para padres y educadores. CEPE
–Puig y Baldés (2003) Estrategias para entender y ayudar a niños con TDAH. CEAC.
–Valett (1980) Tratamiento de los problemas de aprendizaje. Ed. Cincel.
–Fernández Briz, P. TDAH: Actividad para trabajar el autocontrol. Recuperado el 13/06/2016 desde http://www.fundacioncadah.org/web/articulo/tdah-actividad-para-entrenar-el-autocontrol.html.

Soluciones concretas a algunos de los problemas planteados:

Si a mi hijo…

  • Le irrita cualquier corrección, pone malas caras o contesta mal.
  • Teme fracasar, miente, esconde los trabajos o no dice que tiene deberes.
  • Tolera poco la frustración. Se enfada si las cosas no son como él quiere.
  • Reacciona de forma desproporcionada ante sucesos sin importancia. Se enrabieta, contraataca.
  • Trata de llamar la atención de los demás, hace el payaso, contesta, intenta ser el centro de atención.

¿Qué hacer?

  • Preparar al niño para la frustración y enseñar cómo resolver estas situaciones.
  • Enseñarle a gestionar las emociones.

¿Cómo?

  • Asegurarnos de hacer comentarios positivos previos a la corrección: “te has esforzado mucho, has hecho muy buena letra, pero fíjate que hay una palabra mal escrita”.
  • Sugeriremos los cambios con suavidad e ignoraremos los que no sean muy relevantes si el niño se muestra especialmente inseguro.
  • Transmitirle siempre que confiamos en que acabará teniendo éxito en el futuro.
  • Enseñarle a que pierda el miedo a equivocarse y para que gane confianza en sí mismo: podemos fragmentar las tareas, secuenciar la dificultad, animarle con mayor frecuencia, le pediremos que registre sus éxitos y fomentaremos el reconocimiento social.
  • Actuar como modelo de aprendizaje que nos vea como reaccionamos ante un error o frustración.RAyudarle a poner palabras a sus emociones.
  • Reforzar el pensamiento reflexivo animándole a verbalizar las opciones posibles que puede realizar.
  • Reforzar y valorar las conductas adecuadas.
  • Crear situaciones controladas donde vaya a equivocarse.
  • Mejorar la autoestima.
  • Enseñar a identificar emociones poniéndole palabras a sus actos.
  • Sugerir opciones para canalizar.
  • Si el niño llama la atención de forma negativa podemos ignorar su conducta hasta que remita y prestarle atención a la primera conducta adecuada que tenga (solo funcionará si nadie más le presta atención).
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