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Claves para fomentar en los niños el gusto por las Matemáticas

Todos los niños pueden aprender Matemáticas y disfrutarlas si se les proporciona el contexto adecuado en el que confíen en sí mismos y puedan ofrecer su mejor versión.
Marina GarcíaViernes, 18 de junio de 2021
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A todos los niños les gusta aprender y superarse a sí mismos, siempre que se sientan seguros y los retos sean adecuados. © DIEGO CERVO

Todos los niños pueden aprender Matemáticas y disfrutarlas si se les proporciona el contexto adecuado. Pero hay muchos que consideran que “les cuesta”, o que “no se le dan bien” o que se preguntan “por qué tienen que aprender Matemáticas”. Entonces, ¿cuál es la clave para fomentar el gusto por las Matemáticas? ¿Cómo podemos ayudarles?

A todos los niños les gusta aprender y superarse a sí mismos, siempre y cuando se sientan seguros y los retos sean adecuados a su situación particular de aprendizaje. En un contexto así, disfrutarán con las Matemáticas desde pequeños, desarrollando todas las habilidades que conlleva el aprendizaje de esta valiosa materia.

Con relación a ese contexto adecuado, es habitual oír: “Este niño no aprueba porque no está atento en clase”, cuando, en muchas ocasiones, lo que ocurre es precisamente lo contrario: el alumno no se concentra porque los contenidos conceptuales están muy por encima o muy por debajo de su nivel. Esto puede hacer que se frustre o se aburra y que le resulte, por ello, difícil concentrarse, aprender y verse motivado por los retos propuestos. Los educadores deberíamos ser capaces de proporcionar un contexto en el que los niños confíen en sí mismos y puedan ofrecer su mejor versión.

Algunas ideas para despertar el interés por las Matemáticas

  1. No le digas: “A mí no se me dan bien las mates”. La seguridad en uno mismo es esencial para poder afrontar retos con entusiasmo. Elimina de tu vocabulario frases como “No se me dan bien las mates” o “Yo soy más de letras que de números” porque estarás lanzando el mensaje equivocado de que las matemáticas son solo para “un pequeño grupo de personas elegidas”. ¡Qué mejor excusa para no esforzarse!
  2. Céntrate en lo que es capaz y no en lo que no lo es (todavía). Es natural que los adultos destaquemos aquello que los niños no son capaces de hacer, porque los queremos y es en esos aspectos en los que queremos que mejoren. Aunque lo hacemos con buena intención, generalmente no es eficaz. Si nos centramos siempre en los resultados negativos, estaremos alimentando inconscientemente la imagen negativa que ese niño tiene de sí mismo con respecto a las Matemáticas. ¡Aprovecha cualquier oportunidad de elogiar al niño! Por su esfuerzo, por intentarlo por sí mismo, por valiente, por haber conseguido algo más que ayer…
  3. Un poquito cada día. Establece una rutina diaria y proporciónale un espacio ordenado e iluminado para que pueda trabajar durante un ratito todos los días. Recuerda que “la práctica hace al maestro”: No esperéis al día anterior al examen. El aprendizaje de las Matemáticas es mucho más significativo y satisfactorio cuando no está ligado al estrés y la angustia de los exámenes. Si es necesario, habla con el colegio por si le pueden ofrecer ejercicios personalizados que pueda trabajar de forma paulatina día a día. A medio y largo plazo, ¡es sin duda la mejor estrategia!
  4. Lo importante es que aprenda a aprender. Ayúdale a incorporar un sistema de trabajo autónomo y eficaz para las matemáticas: leer siempre los enunciados de forma comprensiva, subrayando los datos y fijándose bien en las imágenes, si las hay; hacer un dibujo; buscar otro ejercicio similar que le pueda ayudar a resolver el ejercicio que no le sale; escribir algo antes de preguntar, aunque no sea correcto… Trata de proporcionarle herramientas que le sirvan a largo plazo.
  5. Ten en cuenta su ritmo de aprendizaje. Todos los niños poseen un potencial infinito, pero cada uno aprende de forma distinta. No te empeñes en que piense igual que tú ni te frustres si no le sirven tus “trucos” o va a una velocidad distinta de la que tú esperabas. Trata de observar y comprender su proceso de aprendizaje y respeta sus tiempos. Esto es esencial de cara a incentivarlo y desarrollar su capacidad sin que pierda el gusto por aprender matemáticas.
  6. Suspender es una oportunidad, no un drama. La barrera del 5 entre el aprobado y el suspenso es una barrera artificial que nada tiene que ver con el proceso de aprendizaje de cada niño. Nuestra reacción debería ser la misma si saca un 4, un 6 o un 9. Primero, interésate de forma honesta por todos los puntos que sí ha conseguido y elógialo por ello de forma concreta. Después, interésate de forma constructiva por aquellos que no han salido bien. Puedes hablar con sus tutores para que le den siempre la oportunidad de revisar sus exámenes y aprender de sus propios errores de forma positiva. Puede incluso copiar los enunciados y llevarlos a casa para repasarlos con calma y sentirse mucho más seguro en la próxima prueba. Hazle sentir que los errores son oportunidades de aprendizaje y son intrínsecos a él. Así afrontará con motivación los próximos retos sin sentirse juzgado.
  7. ¡Pásatelo bien estudiando Matemáticas con él! ¡Predica con el ejemplo! Pásatelo bien con tu él estudiando Matemáticas. Disfruta planteando los ejercicios y tratando de averiguar las respuestas con él, aun cuando sea difícil. No le des la solución: hazle preguntas, dale pistas, anímalo a pensar por sí mismo y no le riñas cuando se equivoque. Aprender es maravilloso. Descubrid libros o películas que os acerquen a esta interesante disciplina y a sus aplicaciones en la vida cotidiana.

Marina García, coordinadora del programa Kumon Matemáticas

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