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Dossier Espacio para el análisis y la reflexión

¿Cuándo está preparado un niño para la escritura?

La Terapia ocupacional es la gran aliada para trabajar este tipo de dificultades, ya que desde el juego podemos fomentar estos requisitos para mejorar esas destrezas y ayudarles en su proceso de adquisición de la escritura.
Tania MorcilloMiércoles, 23 de marzo de 2022
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© YANA

En  ocasiones nos encontramos con niños que vienen a nuestra consulta con alteraciones en la escritura. Ya sea letra ilegible, letra desordenada, no respeta los márgenes o demasiada fuerza o debilidad en la pinza. El terapeuta ocupacional es el profesional idóneo para valorar y trabajar esta disfuncionalidad, en base a una exhaustiva evaluación e intervención.  En este artículo centraremos la atención en los prerrequisitos necesarios para adquirir la escritura, ya que muchos de estos problemas son debido a que los prerrequisitos para la escritura aún no han sido conseguidos.

Comenzaremos con un resumen sobre la adquisición de la escritura, para posteriormente centrarnos en los prerrequisitos necesarios y destrezas que tenemos que desarrollar para la escritura manual.

Brevemente se resumen las habilidades básicas necesarias para esta adquisición.

Destreza manual
  • Sentido del tacto y la propiocepción: tener una buena discriminación somatosensorial es fundamental para poder guiar los movimientos de los dedos, muñeca y mano necesarios para poder realizar la escritura.
  • Pinza trípode: la pinza trípode u cuádruple dinámica son las pinzas óptimas. Tenemos que conseguir una buena presa para tener control motor en la mano y así ser capaz de hacer una escritura legible.
  • Control postural: para poder desarrollar movimientos de motricidad fina es necesario que el niño deba poseer un buen control de tronco, sentado y en bipedestación, ya que esto nos dará una estabilidad de cabeza, cintura escapular, tronco, codo y mano.
  • Planificación motora: el niño debe tener automatizado el movimiento de las letras que quiere crear, para que pueda expresarse de una forma correcta y rápida. Creando una escritura ordenada, con presión, fuerza y velocidad suficiente.
Destrezas visuales y perceptivas
  • El niño necesita ser capaz de utilizar y dirigir sus ojos hacia lo que está escribiendo y leyendo, de esto se ocupan los músculos extraoculares.
  • Habilidades tales como la orientación, y la relación entre las diferentes posiciones en el espacio, son muy necesarias a la hora de escribir, ya que las propias letras tienen trazos ascendentes o descendentes, se necesitan movimientos circulares o ángulos para crearlas, al igual que los márgenes. El momento en el que creamos letras utilizamos movimientos mecánicos en los cuáles es necesario recibir información visuo-perceptiva.
Habilidades cognitivas
  • La atención, memoria y concentración son destrezas necesarias para el proceso de la escritura. El niño tiene que ser capaz de centrarse en la actividad y recurrir a su memoria visual para ser capaz de diferenciar las letras y recuperar las formas que tienen. 

Estas habilidades o destrezas se aprenden con las actividades diarias en la infancia, desde la exploración de un nuevo ambiente hasta jugar con un puzzle, en los niños con problemas en la escritura a menudo vemos ciertos indicadores que nos alertan de alteraciones, tales como una mala postura estando sentado, apoyo del codo en la mesa cuando levantan una mano, dificultades para abrir un bote y utilizar ambas manos por separado, no poder cruzar el brazo hasta el lado contrario para alcanzar algo,  no pueden poner la palma hacia arriba o hacia abajo (prono-supinación)…

La Terapia ocupacional es la gran aliada para trabajar este tipo de dificultades, ya que desde el juego podemos fomentar estos requisitos para mejorar esas destrezas y ayudarles en su proceso de adquisición de la escritura. 

Una vez descritas las distintas destrezas que el niño tiene que desarrollar, los terapeutas ocupacionales tenemos que diseñar actividades y juegos en las sesiones para fomentar estas competencias, siempre acorde a los objetivos y necesidades que hayamos visto en la valoración inicial.

Mediante estas sesiones conseguimos fomentar las habilidades o las capacidades para conseguir la escritura, es decir los requisitos para la PREESCRITURA. Estos se resumen en:

  • Postura y equilibrio: a nivel sensioro-motor, el propio movimiento del caballo andando provoca reacciones de enderezamiento que nos ayudan a mantener una buena postura, a nivel de tronco, cintura escapular y codo.
  • Reconocer y formar las letras, mediante letras con imanes de diferentes colores donde el niño tendrá que buscarlas y reconocerlas, para formar una palabra.
  • Asociación de sonidos con las letras, por ejemplo, mediante canciones podemos asociar las diferentes letras a sonidos cotidianos.
  • Desarrollo motriz de hombro y muñeca, podemos trabajar la escritura sobre pizarras en vertical para fomentar la flexión dorsal de muñeca, utilizando velcros para aumentar fuerza y prensión, puzzles y encajables con diferentes tipos de texturas.
  • Desarrollo de la mano, fortalecer y aumentar prensiones, presas y agarres. Promoviendo la oposición del pulgar y la flexibilidad de la mano.
  • Control visomotor, actividades como emparejar diferentes objetos repartidos por la mesa, con pictogramas en pizarras.

En resumen, hay que dotar de formación en esta área al equipo docente, ya que suelen ser los primeros profesionales que pueden ver si el niño está preparado o no para la escritura manual, y consultar a un terapeuta ocupacional en el caso de problemas en esta adquisición de destrezas.

Tania MorcilloTerapeuta Ocupacional de Proyecto 3 Psicólogos.

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