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Se buscan estudiantes para carrera de agrónomos con 100% de empleo

Usan drones y satélites, y "tienen un 100% de empleabilidad": son los ingenieros agrónomos, una profesión clave para el futuro de una cadena agroalimentaria más digitalizada pero que es deficitaria y "faltan estudiantes", como alertan desde las universidades.
Celia Arcos TorresLunes, 4 de julio de 2022
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© elenabsl

En unas semanas en las que muchos estudiantes se enfrentan a la elección de su futuro académico y elegir entre los diferente estudios de grado, formadores en Ingeniería Agrónoma constatan cómo cada año quedan plazas vacías en sus aulas. Así lo han apuntado a Efe la subdirectora de Ordenación Académica de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agrónoma de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), Rosario Haro, y la adjunta a la Dirección para Coordinación de Másteres y Comunicación, Paloma Esteve.

En un contexto, además, en el que existe una «necesidad real» por parte de las empresas de incorporar estos perfiles, según el profesor del Máster Universitario en Transformación Digital del Sector Agroalimentario y Forestal de la Universidad de Córdoba (UCO), Adolfo Peña. «Hay una demanda muy grande, es una carrera con un 100 % de empleabilidad», afirma en declaraciones a Efe. Por ello, las titulares de la UPM subrayan su extrañeza por el hecho de que tanto estas plazas como las de las oposiciones del Estado en esos ámbitos queden «muchas veces» vacías.

Y coinciden en que, en los últimos años, han percibido que los estudiantes tienden más a ingenierías biomédicas o de telecomunicaciones. Según datos de la UPM, durante la década de los años 90 se produjo un aumento de estudiantes, en todas las ingenierías, propiciado a juicio de Rosario Haro, por el «babyboom».

En el caso de las ingenierías agrónomas (con alrededor de 5.000 alumnos por año en aquel momento), este incremento también se vio impulsado por la apertura de nuevas universidades y escuelas con dichas titulaciones. Pero a partir de 2005, los datos reflejan un descenso de los matriculados en másteres y carreras del sector agro, que se sitúan en el curso 2021-22 en 2.299 alumnos.

¿El problema? la comunicación

«No se ha sabido transmitir bien el mensaje», reconoce Rosario Haro para indicar que, entre los estudiantes que están en edad de eligir carrera, circula la idea de que este grado supone, simplemente, «trabajar en el campo». Por ello, desde las instituciones académicas, tratan de mejorar la comunicación con los jóvenes, incluidas campañas en redes sociales.

Es el caso de la Universidad de Córdoba; el estudiante del Máster en Ingeniería Agronómica de la UCO Antonio Conde alude a la iniciativa que están realizando a través de Twitter para darse a conocer a los jóvenes. Conde, natural de Jaén, ha crecido en un entorno rural y ha trabajado como agricultor en la finca familiar, y conocía la opción académica porque, como explica a Efe, quería seguir relacionado con el territorio y buscó opciones.

Algo que no puede decir de su entorno o de otros compañeros de su edad, ya que –se lamenta– en el instituto les hablaron sobre Medicina o Matemáticas, pero «nadie lo hizo sobre esta carrera». «Somos las grandes desconocidas de las biotecnologías», apunta Haro.

El futuro de la cadena agroalimentaria

Esta realidad, como apuntaba Adolfo Peña, contrasta con la alta empleabilidad del sector. El responsable del máster, orientado a toda la cadena agroalimentaria, enumera una lista de asignaturas con las que trabajan día a día y que para el resto «parece que suenan a Ingeniería de Telecomunicaciones».

Satélites, «big data», «machine learning», agricultura de precisión, programación y modificación genética son algunos de los conocimientos que imparten y que permitirán a los estudiantes operar en todos los eslabones de la cadena agroalimentaria.

Según Peña, en los últimos cinco años se ha producido un cambio en la mentalidad de las empresas del sector, que ha propiciado un aumento en la demanda de perfiles técnicos, que son necesarios tanto en las compañías que desarrollan la tecnología como las que la adquieren e implementan. Y Haro pone como ejemplo todos los puestos de trabajo que hay detrás del proceso de producción «de un simple tomate».

A través de esa visión holística de la cadena agroalimentaria, los planes de estudio también buscan dar respuesta a las necesidades del campo con respecto al cambio climático y a políticas como la comunitaria «De la granja a la mesa».

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