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'Slowgaming': el fenómeno de los videojuegos relajantes

Durante el año 2021, los menores españoles pasaron 28 minutos diarios en aplicaciones de videojuegos, según el último informe de Qustodio.
Sebastián CazorlaJueves, 6 de octubre de 2022
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La finalidad de este tipo de videojuegos es disfrutar del propio videojuego y del mundo que te ofrecen.

Desde «shooters» hasta plataformas, pasando por RPG, los videojuegos forman parte del día a día de los más jóvenes. Sin embargo, solemos asociar este tipo de entretenimiento con acción, deportes o aventura, pero no todos se incluyen en estas categorías. Entre ellos, nos encontramos con el slowgaming, videojuegos con un ritmo pausado que invitan al usuario a jugar despacio, alejándose de la acción y el estrés. Algunas entregas de este tipo son Stardew Valley, Animal Crossing, Euro Truck Simulator o A Short Hike.

Desde Qustodio, plataforma de educación digital para familias, señalan que la finalidad de este tipo de videojuegos es disfrutar del propio videojuego y de lo que ofrecen: construir ciudades desde cero, cuidar una granja que heredas de un familiar o conducir un camión por las principales carreteras europeas. Esta alternativa, con un ritmo pausado y ambiente generalmente agradable, busca una inmersión positiva y sin prisas.

Sin embargo, Qustodio advierte que estas experiencias también pueden ser perjudiciales para los jóvenes. Al sumir al usuario en una zona de confort virtual, este puede evadirse demasiado de la vida real. Hay que tener en cuenta que cualquier tipo de videojuego puede generar adicción entre los menores. Según el informe de Qustodio, ‘Viviendo y aprendiendo en un mundo digital’, el año pasado los menores pasaron una media de 28 minutos diarios en aplicaciones de videojuegos.

Por ello, pese a ser una opción más saludable frente a los videojuegos de acción, es necesario encontrar un equilibrio en su uso, considerando sus ventajas e inconvenientes.

Alternativa para huir del estrés

Los videojuegos de acción pueden generar una gran ansiedad en los menores de edad. En su lugar podrían jugar a slowgames, que les proporcionen entretenimiento a la par que se relajan. Éste puede ser un buen método de desenganchar a los chicos que tengan una adicción, siempre encontrando un equilibrio en su uso.

Vía de escape de la vida real

Los slowgames pueden envolver al jugador en una nuevo mundo virtual, gracias a su ambiente realista. No debe convertirse en una forma de evadir el estrés de forma continuada, ya que puede generar una adicción.

Tiempo de uso

A diferencia del resto de videojuegos, los slowgames atrapan al usuario paulatinamente. Por ello, debemos prestar atención al tiempo que dedicamos a jugar, procurando que no aumente con el paso de las semanas.

«Con los slowgames es extremadamente fácil engancharse hasta altas horas de la noche. Una partida puede durar semanas e incluso meses, sin que tenga que causar estrés alguno», explica Eduardo Cruz, CEO de Qustodio.

Experiencia zen

El principal atractivo de estos videojuegos puede ser su experiencia reflexiva y de introspección. Sin embargo, esta característica puede generar una dependencia al estímulo que recibe el jugador.

Ausencia de vida social

La mayoría de estos juegos se desarrollan en modalidad individual, por lo que el contacto con otros usuarios puede ser inexistente. Pese al uso de foros, el jugador se puede aislar en su mundo digital, llegando incluso a formar una vida paralela en torno al videojuego.

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