¿Son tan diferentes las personas zurdas?

Las personas zurdas también tienen su día. Ayer, 13 de agosto, aproximadamente una de cada diez personas celebraron esta jornada que lleva implantada desde 1976, y pretende dar a conocer y ayudar a reducir las dificultades que encuentran las personas zurdas en una sociedad predominantemente diestra.

Esto significa que estas personas se han encontrado con más dificultades, como por ejemplo a la hora de escribir, con las sillas en las que el apoyo se encuentra en la derecha, con las tijeras… hoy en día, muchos productos están adaptados también para ellos, pero no significa que sean más difíciles de encontrar.

Además, los zurdos siempre han estado relacionados con mitos y creencias sin ninguna base científica. Incluso en las religiones, a los zurdos no se les tenía mucha estima. Desde los libros sagrados a las tradiciones, siempre se han enfrentado a estigmas, que por suerte, ya son prácticamente inexistentes.

El cerebro de un zurdo y un diestro apenas se diferencian. Tal y como explica Diego Redolar, subdirector de investigación de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), el hemisferio derecho tiene un peso funcional mayor que el izquierdo, simplemente porque los movimientos de las extremidades los controla el lado contrario del cerebro.

En el lenguaje sí que hay una mayor divergencia. «Para la mayor parte de las personas diestras, el hemisferio más importante para el lenguaje es el izquierdo. Con la mayoría de los zurdos no es así» indica Redolar. Aunque hay zurdos que también tienen el lenguaje lateralizado en el hemisferio izquierdo, los zurdos tienden al derecho o incluso a ambos hemisferios. Esto no implica ninguna diferencia a la hora del aprendizaje, aunque como explica Redolar, sí que puede tener beneficios para los zurdos poseer el lenguaje en ambos hemisferios en caso de patologías o accidentes cerebrovasculares, puesto que «un diestro que tenga una lesión en el hemisferio izquierdo, pierde el lenguaje por completo», afirma.

Según los expertos, existen únicamente hipótesis sobre la organización del sistema nervioso y de la lateralidad. Esta se ha encontrado en la preferencia manual, en el lenguaje y en las capacidades visoespaciales, pero a día de hoy, no se conoce una explicación a por qué predomina un hemisferio u otro, solo parece ser que es un aspecto de organización del sistema nervioso.

Sin embargo, no sabemos desde el principio si el niño va a ser zurdo o diestro. Sylvie Pérez, profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, afirma que, aunque hay niños que tienen definida su lateralidad prácticamente desde que nacen, en la mayoría tarda unos años en mostrarse, porque los bebés van explorando. Por eso lo ideal es dejarles su tiempo, observar y ayudar sin imponerles nada. «Lo recomendable es anticiparse como padres e ir encontrando las estrategias. Verán que su hijo tiende a coger las cosas con una de las dos manos, o a subir las escaleras poniendo primero el pie derecho o el izquierdo».

En cuanto a habilidades motrices, no hay grandes diferencias entre zurdos y diestros en este aprendizaje, solo que para los primeros, escribir en idiomas como el árabe puede ser más sencillo, pero simplemente porque se escribe de derecha a izquierda. Es por ello que a lo mejor necesitan un poco más de tiempo pero «no por eso van a ser disléxicos o a escribir mal, por ejemplo. Son algunos de los mitos que existen y hay que desterrarlos», indica Pérez.

Como hemos contado al principio del artículo, las creencias en contra de los zurdos eran numerosas, y la mayoría, si no todas, infundadas e incorrectas. Es por ello que a muchos zurdos se les obligaba a escribir con la derecha, pero según los expertos, esto es contraproducente. «Por eso se habla del ‘zurdo contrariado’, que son personas zurdas a las que han obligado a escribir, trabajar y demás tareas para las que se necesitan las manos con la derecha. La experiencia nos ha enseñado que esto sí puede generar un trastorno, porque se obliga a la persona a utilizar su mano más ‘débil’, por así decirlo, y necesitará más tiempo para todas aquellas habilidades que precisen de la coordinación oculomanual», explica Pérez.

En opinión de los expertos, el hecho de que la mayoría de la población sea diestra puede hacer que los zurdos se sientan diferentes, y vean en esa diferencia algo negativo por impedimentos, como cortar con unas tijeras, «Pero sabiendo eso, se puede trabajar el autoestima en caso de que se vea afectada», afirma Sylvie Pérez.