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Dossier Espacio para el análisis y la reflexión

Procesamiento sensorial en el desarrollo de habilidades para la escritura

Conocer las habilidades necesarias para la ejecución grafomotora nos ayudará a identificar posibles dificultades que puedan presentarse.
Jossie QueralesJueves, 25 de enero de 2024
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© DRAWLAB19

«El niño que no integra la información sensorial,

no podrá integrar el aprendizaje».

A. Jean Ayeres

Los niños en edad escolar desempeñan un conjunto de tareas académicas como la escritura, la lectura y el cálculo. La escritura manual es una forma de expresión del lenguaje que permite la comunicación y que varía según las sociedades. Es una tarea académica importante en el desempeño ocupacional de los niños en edad escolar que permite transmitir información durante esta etapa, pero que acompaña a la persona aun en la vida adulta. Aunque fácilmente se exige a los estudiantes, es un proceso complejo que depende del desarrollo de habilidades lingüísticas, sensoriales, perceptivas, motoras y cognitivas. En este sentido, para el desarrollo del proceso grafomotor se ha de tener en cuenta que la maduración de componentes sensoriales y neuromotores es crucial.

Cuando los niños tienen dificultades en la escritura a menudo presentan problemas en el desempeño eficiente de sus tareas, lo cual impacta en su rendimiento escolar. Es importante conocer las habilidades necesarias para la ejecución grafomotora para identificar posibles dificultades que puedan presentarse. Los terapeutas ocupacionales valoran con frecuencia estos aspectos y, de hecho, las dificultades de escritura constituyen una de las principales razones para referir a niños en edad escolar a terapia ocupacional.

Los componentes sensoriales que típicamente tienen influencia en la escritura de los niños y su relación con la ejecución son diversos, el procesamiento de información propioceptiva permitirá localizar y discriminar la posición y las partes de nuestro cuerpo sin ayuda de la visión, al igual que proporcionará información relacionada con el peso, la dirección del movimiento, la fuerza o presión ejercida sobre el lápiz. El tono muscular y el control postural influyen en la capacidad de mantener una posición vertical y estabilidad de las estructuras del cuerpo mientras otras están en movimiento. La integración bilateral permite a los niños utilizar movimientos de la mano que escribe y estabilizar el papel. El cruce de línea media ayuda a escribir en un plano horizontal a través de la línea media del cuerpo sin necesidad de detenerse.

A su vez, la praxia en la escritura influirá en la capacidad del niño para planificar una acción motora, ejecutar y secuenciar las formas de las letras para construir palabras. El tacto contribuye a sentir y discriminar el agarre de herramientas para la escritura. La visión ayuda al niño a rastrear la línea impresa y organizar visualmente las letras para mantener la continuidad al escribir, respetar los espacios entre letras o márgenes, así como distinguir entre letras, números, palabras y formas. Por último, la adquisición de la lateralidad permitirá el uso consciente y la destreza de la mano con la que se escribe. La coordinación motora fina proporcionará el movimiento y agarre adecuado del lápiz en los dedos.

Para los educadores analizar el proceso de escritura es muy relevante, ver la exigencia de la tarea y los requerimientos sensoriales mencionados como un conjunto les ayudará a ser observadores y reconocer signos de alerta que puedan informar sobre alguna dificultad en la adquisición de las habilidades necesarias para la escritura o de la escritura en sí misma.

Si como educadores observamos signos de alerta en los alumnos, será muy conveniente recomendar una valoración en Terapia Ocupacional para poder brindar una intervención oportuna, pudiendo prevenir que los estudiantes acaben evadiendo esta tarea y afectando su aprendizaje académico.

Algunos signos de alerta pueden ser...

  • Letra ilegible, lenta o inmadura.
  • Dolor y pausas frecuentes al escribir.
  • Palabras que “bailan” sobre las líneas.
  • Los espacios entre palabras son deficientes o desiguales.
  • Dimensiones irregulares de las letras.
  • Lateralidad mal afirmada.
  • Sujeta el lápiz de forma inadecuada.
  • Parece tener movimientos en bloque.
  • Tiene dificultad para mantener una postura erguida.
  • Se mueve con frecuencia y tiene dificultad para permanecer sentado.
  • Aproxima su cuerpo y su cabeza hacia la mesa.

Jossie Querales es terapeuta ocupacional en Proyecto 3 Psicólogos

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