Adrián Chico: “El amor propio no se cultiva con ‘likes’, sino aprendiendo a estar con uno mismo”

Adrián Chico es un psicólogo especializado en terapia de pareja y sexualidad que, en esta nueva entrega de 'Cómo está el patio', ha compartido su experiencia y perspectiva sobre las relaciones saludables, donde también comenta en su libro, 'Tu camino hacia el amor'.
RedacciónViernes, 13 de junio de 2025
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Con la popularidad de las aplicaciones de citas y las redes sociales, se ha generado un etiquetado y diagnóstico constante hacia las personas, con términos como «tóxico» o «narcisista» sin tener un contexto completo. La divulgación de información sobre salud mental y sexualidad en redes sociales a veces carece de profundidad y rigor, priorizando el clickbait sobre la calidad del contenido.

Por ello, Adrián Chico expone la importancia del amor propio: demandar las necesidades personales en una relación y, al mismo tiempo, trabajar en ofrecerlas.

El psicólogo está ultimando un nuevo libro que abordará un tema diferente, pero con un núcleo similar al de Tu camino hacia el amor (Bruguera).

¿Quién es Adrián Chico?

Adrián Chico es psicólogo especializado en terapia de pareja y sexología clínica, aunque su trayectoria profesional no siempre apuntó en esa dirección. Comenzó estudiando Relaciones Internacionales en inglés, pero acabó adentrándose en el mundo del Derecho, donde obtuvo buenas calificaciones, pero que no lograba ilusionarlo.

Todo cambió tras un viaje a Australia que marcó un antes y un después en su vida. «Estuve muy malito […], a punto de morir» , asegura Chico. Esta situación le llevó a replantearse sus prioridades y a decidir que, de ahí en adelante, solo dedicaría su tiempo y energía a aquello que de verdad le hiciera feliz. Fue entonces cuando se volcó en la Psicología.

Estudió en la UNED, lo que le permitió compaginar sus estudios con sus viajes y otras actividades, como la creación de una marca de ropa. Poco a poco fue construyendo su camino, formándose y creando contenido en redes sociales, donde miles de personas comenzaron a seguirlo. Hoy dirige una clínica con un equipo de diez profesionales y su libro, Tu camino hacia el amor, se ha convertido en una referencia que combina experiencia terapéutica, mirada personal y rigor profesional.

¿Por qué decidió especializarse en terapia de pareja?

Desde niño, Adrián se sintió fascinado por las relaciones humanas. Cuando salía con su familia, solía observar a las parejas, cuestionándose sus acciones. Esa curiosidad natural fue tomando forma con los años, pues aunque se formó en distintas áreas de la psicología clínica, pronto comprendió que no todas encajaban con su forma de ser. «No puedo ver a los niños sufrir y eso me impediría ser un buen terapeuta»

En cambio, el ámbito de las relaciones de pareja le resultó profundamente estimulante. Le gusta que sus sesiones tengan un componente humano, cotidiano y hasta divertido, pero sin perder la seriedad que exige el trabajo terapéutico. «Se te encoge el corazón, sobre todo con las rupturas» , enfatizó el terapeuta.

¿Por qué cuesta tener amor propio?

Adrián desmonta la idea de que somos una sociedad egocéntrica y plantea que, en realidad, estamos muy desconectados de nuestro mundo interior. «Muchas veces pretendemos que venga otra persona a querernos cuando nosotros no lo hacemos» , sentenció. En lugar de invertir tiempo en la introspección, se establece como prioridad encontrar pareja para llenar vacíos emocionales.

Para él, el trabajo en uno mismo es fundamental: mejorar la comunicación, aprender a gestionar emociones, ser más empáticos. Solo así es posible crear relaciones más sanas. Sin embargo, también advierte del riesgo de caer en el perfeccionismo emocional: «Si esperamos a estar perfectamente bien para vincularnos con alguien, quizá rechacemos oportunidades valiosas por miedo a no ser suficientes» . El amor propio es un proceso continuo, no una meta final, y en ese camino, algunas relaciones pueden ser un impulso, no necesariamente una traba.

La fatiga mental por las apps de citas

El uso de aplicaciones para conocer gente ha transformado por completo la forma de relacionarse, pero también ha traído efectos secundarios que muchas veces pasan desapercibidos. Uno de ellos es la llamada dating app fatigue, una especie de saturación emocional derivada de tener demasiadas opciones y de interactuar constantemente sin llegar a conexiones reales.

Adrián advierte que cuando los individuos se convierten en un catálogo de perfiles, se perciben como productos. Esto despersonaliza los vínculos y normaliza conductas como el ghosting o cortar una conversación online de forma brusca, cosas que jamás haríamos en un encuentro cara a cara. Para contrarrestarlo, recomienda dejar de acumular interacciones digitales y pasar a la acción: «Queda pronto, habla con la persona, comprueba si hay conexión en el mundo real» .

La idealización de las relaciones

Durante décadas, las películas románticas y los modelos familiares tradicionales han moldeado la idea del amor. Ahora, las redes sociales se han sumado a esa construcción de una imagen idealizada de las relaciones.

Adrián trabaja con parejas conocidas en redes que proyectan una vida idílica, pero enfrentan problemas reales en la intimidad que no muestran en internet. «No puedes esperar vivir el amor de tus abuelos si no vives en su contexto histórico» , dice. Es difícil copiar estructuras relacionales que ya no encajan en el contexto sociocultural actual.

La era de las etiquetas

En los últimos años, ha crecido una obsesión por establecer etiquetas. Narcisismo, apego evitativo o dependencia emocional, entre otras. Las redes sociales están llenas de vídeos que explican estos términos en menos de un minuto, y eso ha generado una falsa sensación de comprensión.

Adrián reconoce que muchas personas llegan a terapia convencidas de tener un diagnóstico que no se corresponde con la realidad. Etiquetar puede ser útil cuando ayuda a entender y tratar una dificultad, pero se vuelve dañino cuando convierte la psicología en un catálogo de «lo que está mal» . Además, esta tendencia al diagnóstico exprés crea desconfianza hacia los profesionales y banaliza su trabajo. «Un vídeo en TikTok no es una terapia» , sentencia. La labor del terapeuta no es viralizar consejos, sino acompañar procesos complejos con profundidad, escucha y responsabilidad.

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