Pilar Ponce: "Hay que regular el uso de pantallas porque nos ha superado a todos"

La presidenta del Consejo Escolar de la Comunidad de Madrid, Pilar Ponce, compartió en un nuevo episodio de La charleta su trayectoria de acción social y su firme postura sobre temas educativos y sociales. Durante la conversación, relató vivencias personales, abordó el polémico decreto antipantallas y reflexionó sobre los desafíos actuales de la educación y la salud mental en la adolescencia.
José Mª de MoyaMartes, 10 de junio de 2025
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Ponce arrancó la conversación con un marcado acento social. Cóntó que había vivido durante ocho años en Angola donde contribuyó a desarrollar una importante labor social, no de «turismo solidario», sino implicándose de forma prolongada y comprometida.

Nos trajo una vivencia personal. En la parroquia donde trabajaban, el día de la clausura del curso de formación profesional, uno de los excombatientes –que había sido juez de guerra en la frontera entre Angola y Zambia: «¡Qué no habría visto ese hombre!»– agradeció a los Salesianos por haberles dado la oportunidad de transformar sus vidas: «Yo quiero dar las gracias a los Salesianos porque nos han cambiado el Kaláshnikov por la azada y las herramientas para construir escuelas». Pilar Ponce confesó que esa frase no se le olvidará jamás.

La pantalla no puede ser el fin en sí mismo

Después, la actualidad se impuso en la charla con el controvertido decreto antipantallas impulsado en la Comunidad de Madrid, más aún, cuando este fin de semana pasado hubo manifestaciones en varias ciudades de España reclamando una desconexión digital y limitación de pantallas. Pilar Ponce subrayó lo que es compartido por casi todos: «La pantalla, como toda herramienta, no puede ser más que una herramienta. No puede ser el fin en sí mismo» .

Explicó que durante los grupos de trabajo del Consejo Escolar del Estado, tanto las familias como los docentes pidieron ayuda para gestionar el uso de pantallas, ya que la situación «les había superado». Además, recordó que incluso «los propios jóvenes piden que se limite» el uso de las redes sociales, conscientes de su impacto en la salud mental y la convivencia escolar. Ante la disyuntiva entre regular y recomendar, sostuvo que hay situaciones de salud pública que hacen necesaria la regulación.

Sobre la aparente incongruencia de que los centros privados queden fuera de la regulación, Ponce sostiene que se debe a un impedimento legal que no es sencillo sortear.

Con todo, reconoció que hay «centros que han hecho un trabajo extraordinario» integrando las tecnologías, por lo que no deben temer el decreto, que prevé excepciones como el uso de herramientas digitales para robótica o necesidades educativas especiales. «La última versión del decreto es más suave», precisó Ponce, aunque sigue siendo limitativa para garantizar un equilibrio entre el uso didáctico y el uso recreativo.

El tránsito escolar y la jornada partida

La conversación también se centró en otra de las controvertidas iniciativas de la Comunidad de Madrid, como es la propuesta de trasladar el primer ciclo de la ESO a los centros de primaria. Ponce afirmó que esta medida «piensa en cuidarlos» y busca que los preadolescentes tengan «un poco más de base y estabilidad» antes de dar el salto a los institutos. Aludió a la soledad que pueden sentir los jóvenes en ese tránsito y defendió la importancia de que permanezcan más tiempo en su entorno habitual.

Sobre la jornada escolar, Ponce compartió su perspectiva como madre. Aunque «la jornada partida tiene sus pros y sus contras», se decantó por este modelo si pensamos exclusivamente en lo que más conviene a nuestros hijos. Reconoció que la jornada continua fue muy útil durante la pandemia, pero señaló que no siempre se adapta a las necesidades de los más pequeños, que terminan comiendo muy tarde. «El rendimiento que pueden tener los alumnos depende también de los biorritmos», recordó, subrayando la necesidad de repensar horarios escolares que respeten los tiempos de descanso y alimentación.

Tenemos que ser referentes de nuestros hijos

Uno de los momentos más emotivos de la charla fue la reflexión sobre el papel de las familias: «Tenemos que ser referentes de nuestros hijos: nos copian». Pilar Ponce advirtió que el ejemplo que dan los adultos en casa es clave para que los menores aprendan a usar responsablemente las pantallas y a tolerar la frustración. «La sociedad está trasladando esa ansiedad a los niños», lamentó, en alusión a la presión y las altas expectativas que se imponen a las nuevas generaciones.

La presidenta del Consejo Escolar también alertó sobre el incremento de los protocolos de suicidio en la Comunidad de Madrid: «La pandemia ha abierto la caja de los truenos», dijo con contundencia. Explicó que el confinamiento y la soledad han exacerbado los problemas de salud mental, incluyendo los trastornos alimentarios y la falta de tolerancia a la frustración en la infancia y adolescencia.

Finalmente, Pilar Ponce destacó la importancia de fortalecer los vínculos familiares y de ofrecer tiempo de calidad a los hijos para que encuentren en sus hogares un «puerto seguro». Recordó que «una comida con tiempo de calidad en familia puede reducir hasta un 74% el riesgo de que nuestros hijos sufran acoso escolar» .

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