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Ciencia con buen gusto

La ciencia cotidiana es un buen vehículo de motivación para interesar a los alumnos en la explicación científica del entorno. Por esta razón, surgió Ciencia con buen gusto, un proyecto que participó en la V Feria Madrid por la Ciencia.
Miércoles, 14 de julio de 2004
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En esta experiencia era necesario trabajar en dos direcciones complementarias: por un lado, elaborar un estudio con la profundidad científica y teórica necesaria para obtener un aprendizaje válido; por otro, diseñar actividades breves y atractivas que permitiesen presentarlo al público general que asiste a la feria.

Se decidió trabajar con alumnos que cursaban distintas opciones, pues desde el primer momento se concibió el proyecto como un trabajo en equipo, en el que la pedagogía constructivista y la metodología de investigación-acción definiesen el esquema de la experiencia.

De este modo, cada planteamiento era sometido a la evaluación de todo el grupo, lo que permitió que se enriqueciese con las sugerencias y puntos de vista tanto de alumnos como de profesores.

Fase de acción

Antes y después de conocer que nuestra actividad participaría en la feria, se diseñaron las siguientes acciones:

—Constitución de los grupos de alumnos: el máximo de alumnos participantes debía ser de 25. Se organizaron tres grupos de 12, 12 y 11 para que trabajasen cada una de las actividades propuestas.

—Recopilación bibliográfica: cada grupo de alumnos comenzó a buscar bibliografía específica de su estudio, tanto escrita como en internet. La bibliografía encontrada en español era bastante escasa e incompleta, al contrario que en inglés y francés. Esta dificultad añadió un nuevo interés al proyecto: manejo de bibliografía en lenguas extranjeras y traducción a nuestro idioma de textos científicos. El resultado final de esta tarea es un dossier bibliográfico que permite a todos los alumnos implicados explicar teóricamente los fenómenos observados experimentalmente.

—Determinación de los aspectos estudiados: dado el carácter interdisciplinar del trabajo, los aspectos estudiados debían incluir temas de Física, Química y Biología. Discutiendo la información recogida en el dossier bibliográfico, se escogieron los siguientes aspectos:

1. Física: mecanismos de transmisión del calor por radiación, por conducción y por convección en diferentes métodos culinarios; conducción del calor en la clara de huevo; cristalización de la sacarosa en diferentes condiciones.

2. Química: estudio de una emulsión de aceite en agua; las reacciones de pardeado de Maillard; comportamiento de una mezcla homogénea compleja en función de las propiedades de sus componentes.

3. Biología: desnaturalización térmica de las proteínas del huevo; desnaturalización térmica de las proteínas de la carne: colágeno y proteínas del músculo; aspectos nutricionales de platos preparados.

Diseño de actividades

En cada caso se pidió a los alumnos que propusieran protocolos experimentales, basados en la información recogida, pero cuya implementación concreta permitiera desarrollar los aspectos que se querían estudiar. Los primeros ensayos distaban bastante de conseguir los resultados previstos, pero discutiendo los fallos observados se diseñaron al final los protocolos de prácticas definitivos. Esta fase fue la más interesante y didáctica de todo el proyecto; muchas de las correcciones fueron propuestas por los propios alumnos que, además, consiguieron un alto grado de habilidad en el manejo de material experimental. El método de investigación-acción revelaba aquí todo su potencial formativo.

En este apartado se diseñaron los siguientes aspectos:
—Material necesario: comprende una curiosa lista de material de laboratorio e instrumentos de cocina.
—Protocolo experimental: consiste en elaborar los platos propuestos, pero tomando medidas de las condiciones físico-químicas en las que transcurre el proceso.
—Procesado de los datos brutos: se elaboran tablas y gráficas ordenando los datos tomados durante el protocolo experimental.
—Conclusiones: se contrastan los fenómenos reflejados en los datos procesados con los modelos teóricos, discutiendo su adecuación, proponiendo explicaciones y sugiriendo investigaciones.

Una idea interesante fue la de conservar los resultados de los experimentos y exponerlos en el mostrador exterior del stand de modo que alumnos monitores pudieran explicar las actividades al público de paso en la feria.

Evaluación

Durante la V Feria Madrid por la Ciencia recibimos la visita de cientos, quizá miles de personas: amigos y conocidos, alumnos y profesores del colegio, público de todo tipo, expositores de otros stands, coordinadores de la feria, etc.

Las actividades resultaron interesantes para la mayor parte de los participantes, los que intervinieron en las prácticas dirigidas y los que atendieron a las explicaciones teóricas. El espíritu de colaboración se mantuvo en todo momento. Estaba claro que nuestros alumnos monitores habían llegado a sentir como suyo el proyecto.

Carmen CAMBÓN, Mª Soledad MARTÍN y Eduardo RGUEZ.
Colegio Internacional SEK-Ciudalcampo (Madrid) 

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