Felipe de Vicente: "El problema no es la obligatoriedad, es la comprensividad"

Felipe de Vicente acaba de sumar un nuevo cargo: portavoz de la recién constituida Conferencia de Asociaciones Profesionales de Enseñanza Secundaria, que integra a asociaciones de docentes de Lengua y Literatura, Historia y Geografía, Filosofía, Música, Tecnología, Cultura Clásica o Ciencias de la Tierra. De Vicente responde primero como representante de este organismo para, a continuación, hacerlo a título particular ofreciendo su diagnóstico fruto de muchos años de experiencia.

¿Por qué la conferencia?
—Porque existen en España una serie de asociaciones de tipo profesional que hasta ahora funcionaban cada una con cierta precariedad, y el hecho de unirnos nos facilita mucho el diálogo con la Administración. Existen una serie de cuestiones de tipo laboral que corresponden más a los sindicatos, pero hay otras más de tipo profesional que corresponden a estas asociaciones. Constituirnos como conferencia es un primer paso. Nuestra idea es contribuir desde el punto de vista técnico. Nos reunimos por primera vez esta primavera y volveremos a vernos este otoño. Organizaremos unas jornadas anuales, y lo que resulte será la opinión de una parte importante del profesorado por encima de los sindicatos y de los partidos, pues las personas que forman parte de las asociaciones son de diferentes ideologías y no vamos a entrar en ese tipo de cuestiones.

¿Cuáles son sus principales reivindicaciones?
—No hay de momento. Cuando haya nuevo Gobierno lo que vamos a hacer es conectar con el Ministerio de Educación, con el Consejo Escolar del Estado… La Conferencia de Asociaciones Profesionales de Enseñanza Secundaria ejercerá como puente entre las asociaciones y la Administración, a la que queremos plantearle nuestra colaboración en temas estrictamente profesionales: decreto de especialidades, defensa del profesorado especialista, currículum de las diferentes materias, acceso a la profesión docente en Secundaria, formación permanente, criterios de evaluación de las materias… Esto le puede permitir a la Administración tener un canal para dialogar con varias asociaciones a un tiempo, establecer mecanismos con una mayor agilidad, sin tener que llamarlas una a una, y al revés: la conferencia le puede hacer llegar a la Administración una serie de opiniones y sugerencias de los profesionales. Si alguna la compartimos todos se la haremos llegar como opinión de la conferencia. Pero respetaremos la autonomía, la soberanía de cada una.

Ahora ya como representante de Ancaba, ¿sigue defendiento un Bachillerato de tres años?
—Por supuesto, es una necesidad. Si partimos de la ESO, que es una etapa de mínimos, hace falta equilibrarla con un Bachillerato más exigente, que es lo que tienen otros países del entorno. Si la enseñanza secundaria es obligatoria hasta los 16 años, la obligatoriedad siempre implica necesariamente unos estándares de exigencia más bajos. Por eso se necesita una Secundaria postobligatoria intermedia hacia la universidad con un mayor nivel de exigencia.

¿Acabaríamos así con el lamento de los profesores universitarios que se quejan de poco nivel?
—Evidentemente. Si el Bachillerato dura tres años el alumnado llegará mejor preparado a la universidad o a la FP. También la Primaria requeriría de unos controles. Algunos alumnos no deberían pasar a la Secundaria y deberían hacer un curso puente hasta que hayan adquirido unos mínimos, las competencias imprescindibles de la Primaria. Claro que hay alumnos que llegan a la Secundaria sin estar preparados, y eso lo arrastran los cuatro años, si es que llegan a 4º después de ese curso crítico que es 3º de ESO, por la edad, por los cambios que se producen. Es en el que hay más problemas de disciplina.

¿Considera la formación de los profesores de Secundaria una asignatura pendiente? ¿Ha mejorado el Máster al CAP?
—Precisamente en un tema como el acceso a la función docente entendemos que la Conferencia tiene mucho que decir. Probablemente el máster ha mejorado al CAP, pero es una cuestión que hay que revisar. El máster está en manos de las facultades de Pedagogía y entendemos que el acceso debería estar en manos de los propios profesionales de la Educación. Quien mejor puede formar a un profesor de Matemáticas no es el profesor de Didáctica de las Matemáticas de la Facultad de Pedagogía sino los mejores profesores de Matemáticas. Son los mejores profesores de Matemáticas o de Filosofía que están en el centro los que deben formar a los siguientes profesores de Matemáticas o Filosofía, igual que los médicos se forman en los hospitales, con los mejores médicos.

A veces parece que los profesores de instituto evocan con cierta nostalgia los tiempos de BUP y COU, cuando la Educación obligatoria sólo llegaba hasta los 14 años y los alumnos llegaban a estas etapas más «filtrados».
—No se trata de tiempos dorados. En algunos estados alemanes la Educación obligatoria dura hasta los 18 años. ¿Que la extendemos hasta los 25? Eso no es ningún problema. El problema no es la obligatoriedad, es la comprensividad, tener a todos los alumnos haciendo lo mismo a partir de una cierta edad, de los 15 años, cuando se pasa la prueba PISA… A esas alturas muchos sistemas establecen ya orientaciones distintas, itinerarios diferentes, caminos variados para que cada alumno encuentre el que mejor le va, con lo que está haciendo algo que le gusta y se siente mucho más realizado que haciendo algo que no le gusta. La disrupción en las aulas viene porque les estás obligando a hacer algo que no les gusta.

Usted es partidario de los itinerarios y de las reválidas.
—Los itinerarios son muy habituales. La mayor parte de los países en Europa a partir de los 15 ya establecen diversas vías con puentes entre ellas. Alemania ya a partir de los 12 años, pero con muchos puentes. Y el sistema alemán es uno que funciona bien.

La reválida, o la prueba externa al finalizar el Bachillerato, la tienen los países más serios de Europa. Estamos discutiendo algo que no debería discutirse. Debe haber una prueba externa con estándares comunes en toda España y desarrollada por cada comunidad. Y debo de insistir en que la selectividad es una prueba franquista. Estamos cambiando todas las calles que recuerdan a Franco y se mantiene la selectividad, que es 100% franquista.

¿Qué momento vive el sistema educativo español?
—Estamos en una situación extraña, con un marco legal que realmente no se está aplicando. En la práctica se está aplicando la LOE. El anteproyecto de ley presentado por Celaá es lo mismo que la LOE manteniendo la FP Básica de la Lomce, lo cual me parece un acierto, pues a mi juicio mejora a los antiguos PCPI. No me gusta en cambio el excesivo detallismo de sus currículos. Tanto los currículos LOE como los LOCE eran más reducidos, más aplicables.

¿Cuál es el principal reto?
—La calidad. Hacer compatible la escolarización obligatoria con la excelencia. El sistema español es equitativo, pero los niveles de excelencia son de los más bajos de Europa. El reto es más calidad, más excelencia. No conformarnos solo con hacer coches utilitarios cuando también podemos hacerlos de alta gama.

¿Y lograr un Pacto?
—Sí, pero no creo que lo vea. Es muy difícil. Está el país muy dividido.

• 1983: Catedrático. Ingresa por oposición en el Cuerpo de Catedráticos de Instituto. Imparte Historia en Bachillerato.
• 2007: Presidente. Toma las riendas de Ancaba. Desde 2013 es consejero en el Consejo Escolar del Estado en el grupo de personalidades de reconocido prestigio.
• 2016: Escritor. Cuenta con seis títulos publicados, dos como coautor. El último, De La Pepa a Podemos. Historia de las ideas políticas en España (2016).