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Ecosistemas de aprendizaje hacia la equidad

WISE recoge en un informe nueve casos de éxito sobre ecosistemas de aprendizaje. Promovida por la Fundació Jaume Bofill, 'Educació 360' destaca en su apuesta por la equidad.
Rodrigo SantodomingoMartes, 17 de septiembre de 2019
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Como cualquier ecosistema, el de aprendizaje relaciona íntimamente distintas piezas en un engranaje conjunto. ADOBE STOCK

La escuela como ente atomizado, impermeable a su entorno. Una institución que actúa bajo techos fijos y en tiempo acotado, proporcionando si acaso conciliación en horario no lectivo. Para muchos, esta concepción reduccionista del centro educativo está en jaque. Proliferan más que nunca iniciativas de expansión y apertura. Surgen dudas, temores y recelos, pero el cambio parece imparable.

Recogiendo este impulso, la Fundació Jaume Bofill creó hace año y medio ‘Educació 360’. El programa –en cooperación con la Diputación de Barcelona y la Federación de Movimientos de Renovación Pedagógica de Cataluña– busca apoyar en diversos frentes este tipo de experiencias. Mediante financiación y asesoría. Investigando con el fin de que todos puedan beneficiarse de casos de éxito (y aprender de errores ajenos). Intentando influir a nivel institucional. Procurando espacios de intercambio a través de la Alianza por la Educación a Tiempo Completo, que ya cuenta con más de 200 miembros.

A pesar de su corta existencia, ‘Educació 360’ apareció recientemente como ejemplo a seguir en el estudio Ecosistemas de aprendizaje locales: modelos emergentes, publicado por WISE, quizá la aventura sobre innovación educativa más ambiciosa en el mundo.

Carles Barba, director de la Alianza 'Educació 360' "

El futuro de la Educación pasa por reconocer aprendizajes que se consideran periféricos y son muy significativos

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“Uno aprende a lo largo y ancho de la vida, fuera del marco escolar reglado. El futuro de la Educación pasa por reconocer, integrar y conectar estos aprendizajes, que muchas veces son los más significativos y sin embargo se consideran periféricos”, asegura Carles Barba, director de la alianza. Visión periscópica que siempre, en mayor o menor medida, ha estado ahí, pero que cobra especial relevancia “ahora, cuando resulta claro que el conocimiento no es monopolio de una organización llamada escuela ni de un personaje llamado maestro”.

Itinerario lúdico-formativo

Al vincular a colegios e institutos entre ellos y tejer una red más amplia con otros actores (espacios culturales y deportivos, empresas, proyectos comunitarios, familias), el barrio o el municipio, explica Barba, se convierte poco a poco en un “ecosistema educativo” en el que cada “agente renueva su mirada gracias a un proceso de reflexión conjunta”.

La Escola “La Maquinista”, en el barrio barcelonés de Buen Pastor, empezó en 2012 a contactar con otros centros de la zona con vistas a generar una “comunidad de aprendizaje”, en palabras de su directora, Anna Comas. A día de hoy cuatro colegios de Primaria y dos institutos articulan sus estrechos lazos mediante la cooperativa ‘Mes Educació’. Esta coordina la movilidad de alumnos entre los 6 centros para que todos se aprovechen de una oferta extraescolar compartida.

Emulando la experiencia de un centro británico, la cooperativa también anima a las familias a que acudan con sus hijos a un sinfín de actividades (siempre gratuitas) que oferta el barrio y el distrito de Sant Andreu al que pertenece. Cada alumno tiene su propio pasaporte de la bautizada como Universidad del Tiempo Libre, y las entidades van sellando las etapas de los itinerarios lúdico-formativos, que pueden adquirir un perfil personalizado.

Esencia inclusiva

Con un “alto índice de complejidad social”, según Comas, en Buen Pastor hay muchas familias que “no tienen en su imaginario la idea de ir a escuchar un cuento a la biblioteca o un concierto de música. Al aprovechar estos recursos, padres y alumnos los hacen suyos, aumentando el sentido de pertenencia”. Más importante quizá, todos los actores recogen los frutos de la influencia que ejerce “sobre el éxito educativo un tiempo libre de calidad”.

A día de hoy cuatro colegios de Primaria y dos institutos articulan sus estrechos lazos mediante la cooperativa 'Mes Educació'

En el municipio de Manlleu (Barcelona), son las AMPA y el ayuntamiento quienes apuestan desde el curso pasado por la libertad sin límites a la hora de acceder a las actividades fuera de horario escolar. Participan en el proyecto ocho centros, cinco públicos y tres concertados. La “ciudad educadora”, cuenta Núria Font desde el consistorio, publica un catálogo diseñado “entre todos y dividido por tipologías y edades”. El esfuerzo en común evita la repetición de actividades y sirve para detectar carencias. Aunque la colaboración con entidades no escolares avanza “paso a paso”, Font admite que las familias muestran ciertas reticencias a perder el control.

El ejemplo de Manlleu pone de relieve el componente integrador y el afán equitativo de ‘Educació 360’. El municipio cuenta con un elevado porcentaje de alumnado con origen marroquí (hasta el 50% entre los más pequeños), y si bien ha logrado ciertos progresos en su lucha contra la segregación escolar, la brecha se mantiene profunda al sonar el timbre. “Son dos mundos diferentes: los que se quedan en casa viendo la tele o en la calle y los que pueden hacer actividades más enriquecedoras. Los niños son muy conscientes de esto. La oportunidad de tener experiencias conjuntas, de divertirse, ayuda a cerrar esa brecha”, asegura Font.

La esencia inclusiva se traduce, en el caso de Manlleu, en un esfuerzo económico, informativo y de persuasión dirigido a esas familias “que en principio no conciben la opción extraescolar”, continúa Font. Cuando prueban, el entusiasmo de los hijos y el orgullo de los padres se retroalimentan. “Algunos chavales nos dicen que son felices porque ahora pueden ir por la tarde a fútbol o a pintura, como los demás”, remata.

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