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Inger Enkvist: “Evaluar a los alumnos sobre una materia ideológica es lo que hacen los Estados totalitarios"

‘Controversias educativas’ es el fruto de un largo e intenso diálogo entre la experta y la periodista Olga R. Sanmartín. Desgranamos aquí algunos de sus (polémicos) puntos de vista.
Saray MarquésMartes, 21 de enero de 2020
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Inger Enkvist, en la sede de Ediciones Encuentro en Madrid, donde se desarrolló esta entrevista. JORGE ZORRILLA

Catedrática de español en la Universidad de Lund (Suecia), Inger Enkvist visita España a menudo y conoce en profundidad su sistema. Es interesante además su peculiar visión, similar a la de un corresponsal que se sorprende con cosas que nosotros damos por sentadas.

Se le tacha a usted de reaccionaria ¿Cree que lo políticamente correcto puede dañar a la Educación?
—No lo creo, lo observo. El problema desde mi punto de vista no lo tengo yo. Si la Educación actual fuera beneficiosa para los alumnos con resultados más débiles u hogares con menor nivel cultural sería la primera en aplaudir, pero a pesar de pagar el Estado por una Educación de todos los alumnos, algunos a los 14, 15 y 16 años siguen sin estar educados y sin querer estar ahí. Les ofrecemos Educación y se niegan a recibirla.

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Si la Educación actual fuera beneficiosa para los alumnos con resultados más débiles u hogares con menor nivel cultural sería la primera en aplaudir

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¿Qué hacemos con ellos?
— Si el sistema funcionara no habría pregunta. Estamos en la sociedad del bienestar y no tenemos tantos medios para hacer que sienten la cabeza, pero por lo menos deberíamos ofrecerles otras maneras de realizar su escolarización. El problema no es su extensión hasta los 16, es que intentamos una talla única para todos y decimos que es lo democrático. Lo democrático es ofrecerles lo que puedan estudiar y quizá lo que quieran. Si un alumno en 3º de Primaria no lee de manera fluida y con comprensión irá de mal en peor, estará sufriendo viendo que los demás entienden y él no. En vez de aprender es probable que desarrolle técnicas para esconder que no entiende. Se habla de no estigmatizar al alumno, pero lo estamos abandonando. Acumula resentimiento, humillación y una actitud violenta contra la escuela, sus profesores y compañeros porque es muy difícil aceptar esa situación, como lo sería para un adulto si le pusieran con gente mucho más espabilada año tras año. También se rebelaría.

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El problema no es la extensión hasta los 16, es que intentamos una talla única para todos y decimos que es lo democrático

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Usted defiende los grupos por nivel en vez de la atención a la diversidad.
–Si diera resultado podríamos discutir, pero muchos países la han probado y no funciona. No hay suficientes horas en el día. Si en un grupo con 25 o 30 alumnos muchos necesitan tareas, textos, preguntas diferentes por varias razones (dislexia, dificultad de concentración, problemas físicos y psíquicos, distinta procedencia o niveles de estudios previos) esto no es un grupo y se disuelve la tarea del profesor, que es quien enseña una materia a un grupo. Para ello el grupo tiene que tener conocimiento para poder enseñarle lo nuevo. Si no, tiene que empezar de cero constantemente y no contentará a todos porque muchos se aburrirán.

Existe el efecto pares.
–Solo en algunos casos. Si en un grupo que funciona bien hay uno, dos, tres alumnos con problemas es posible que estos se pongan a la altura del resto, pero si el grupo cojea y hay problemas de conducta muy claros es posible que se hunda todo el grupo en vez de elevarse esos alumnos.

Entonces, ¿segregamos?
–Eso es enfocar la cuestión desde el punto de vista político. Si lo hacemos desde el punto de vista educativo la pregunta es ¿en ese centro se aprende en 1º lo que se debe aprender? Si el profesor tiene un alumno en 5º con conocimientos de 2º ¿qué hace? ¿se puede poner a nivel de 5º con apoyo? Normalmente, no. Quizá si viene de otro país, de un sistema muy bueno, es muy inteligente y tiene toda la voluntad del mundo… pero no es automático. Hay que tomar decisiones en cada caso. Si los alumnos tienen acceso gratuito y obligatorio a la Educación y no estudian se están autosegregando de la escuela. En el debate político hablamos como si únicamente estuviera el factor Estado, pero tenemos que tener con nosotros al alumno y la familia para que esto funcione.

¿Cómo ve que se elija centro por con quién no quieres que estudie tu hijo?
–Esto sí es un fracaso del Estado, quiere decir que no mantiene la calidad en todas sus escuelas. Si lo hiciera sería algo de ciertos padres, no general. Pero si el Estado acepta que haya muchos problemas en unos colegios es racional por parte de los padres querer que sus hijos no entren en un mundo quizá hasta físicamente peligroso. No es clasismo, es intentar proteger al niño.

En su idea de grupos por nivel algunos, los de los alumnos con problemas de conducta o sin un futuro claro, necesitarían otro tipo de docente.
–Es muy posible y estaría absolutamente a favor. Hay que ver cómo educamos mejor al alumno. Si tiene ciertas características quizá hace falta otro perfil, dos adultos, grupos más o menos grandes, otro apoyo. Pero también exigencia. Con exigencia cero no se logra ningún resultado. Es lo que nos cuesta admitir. En la sociedad del bienestar se cree que el Estado regala Educación, que el alumno debe ser educado de forma pasiva, como si recibiera un tratamiento, como si estuviera en un spa.

¿Qué conclusiones extrae del último informe PISA?
–Que estamos entregando a los países asiáticos el futuro económico del mundo. Europa durante cientos de años ha sido el núcleo de la investigación y la ciencia y por razones de ideología hemos dejado caer todo esto. Tenemos un mercado laboral abierto y si los nuestros no estudian ni se esfuerzan los asiáticos van a ocupar todos los puestos interesantes. Hay un mundo pedagógico que dice que nada debe cambiar. Hay un mundo económico, de investigación, que dice que tener conocimiento sin haberse esforzado no existe, no está en el menú. Y quieren que esto cambie para no se produzca la catástrofe que se adivina en el horizonte.

Y solo será con esfuerzo.
–Esos jóvenes son muchas veces la primera generación que estudia y tienen detrás a padres y abuelos que quieren el bien del niño. Son factores a favor de que los alumnos chinos hagan un esfuerzo muy grande. Nosotros diremos que demasiado grande. Cuando la OCDE usa la palabra resiliente es porque tiene en mente su propia teoría, que el resultado del alumno depende del nivel socioeconómico de la familia. Con China no funciona y para salvar su teoría se inventa este término.

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Cuando la OCDE usa la palabra resiliente tiene en mente su propia teoría, que el resultado del alumno depende del nivel socioeconómico de la familia. Con China no funciona y para salvar su teoría se inventa este término

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Solemos creer que Occidente crea y Asia copia.
—Tiene un núcleo de verdad. Cuando empezó el ascenso de países asiáticos, Japón tras II Guerra Mundial, Singapur y Corea en los sesenta, es lo que hicieron, pero ahora ya tienen generaciones mejor formadas que las occidentales y ahora sí hay innovación, y China está diciendo que en 2030 va a tener las mejores universidades del mundo. Si tienen ahora alumnos con ese excelente nivel en comprensión lectora, matemáticas y ciencias y añaden un poco de creatividad lo tienen todo. Mientras, en Occidente, sí, tenemos alguna gente muy creativa, pero el trabajo para hacer que suba… Ahí vamos a tener que volver a empezar.

Se habla de las bondades de un hogar con libros, ¿y con pantallas?
–Se ha estudiado el número de horas que están los alumnos en las pantallas. Se dan exageraciones como seis, ocho horas diarias. Y todo lo que ha salido es que más horas equivale a un peor resultado en los estudios. Porque esas horas no son para estudiar o escuchar charlas en las redes sino para jugar o mandar mensajes a los compañeros, es un poco tiempo perdido. Y si perdemos cuatro, seis, ocho horas diarias, no hay tiempo para otras experiencias, como jugar en el caso de los niños pequeños, pasear, hacer deporte, en el de los adolescentes, y leer y enterarse de cosas que hacen madurar al joven. Cada vez se ve con más claridad que hacer ejercicio ayuda al pensamiento, que los que tienen una hora diaria de gimnasia en el colegio o media hora para ir y volver se concentran, aprenden y se acuerdan mejor. Parece que estamos hechos para la doble función de movernos y aprender. Quienes estudian la evolución del ser humano hablan de la vida en la sabana y de cómo para sobrevivir uno tenía que saber moverse y percibir y entender lo que sucedía alrededor, así que es probable que en nuestra constitución sean importantes las dos cosas a la vez, y esto es contrario a pasar muchas horas con una pantalla. Alguna sí, muchas no.

Cuando habla de que estamos perdiendo las buenas costumbres, ¿es por desidia, indulgencia, por falta de tiempo de los padres?
–Un factor es el estado del bienestar, con un mayor nivel de vida y ordenadores, iPads o smartphones en casa. Los jóvenes ya no leen como actividad de ocio como hacían hace 20 años, pertenecen a otro contexto. Y la Educación de los hijos no es el centro de las familias. En las familias asiáticas no hay nada tan importante. Por ejemplo, puede que la madre trabaje un poco menos porque el hijo la necesita en la casa. Aquí no queremos consecuencias. Decimos que queremos ayudar al niño, pero si eso nos cuesta un poco… También influye el sentimentalismo actual. Los padres no aguantan tener el más mínimo conflicto con el niño. Necesitan tanto el cariño del hijo que no se atreven a contradecirlo. Eso es mimar en el mal sentido, acostumbrar al niño a siempre tener su voluntad. Es mucho mejor aceptar un no de vez en cuando, que así es la vida, que salirse siempre con la suya, es un principio de realismo. Educación es aprender Geografía e Historia, pero también saber manejarse a sí mismo. Si sabes muchas Matemáticas pero no ir a la cama a la hora que debes, alimentarte de manera normal, relacionarte con los demás, las Matemáticas no te van a servir de mucho, hay que tener un equilibrio en tu vida. La escuela añade lo intelectual, pero la familia es la fuente de Educación principal de todo lo que tiene que ver con el cuerpo, la vida social, psicológica. La escuela no puede hacer las veces de familia también. Por voluntad de igualdad se cree que sí, que la escuela debería hacerlo todo, pero simplemente no es posible.

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Los padres no aguantan tener el más mínimo conflicto con el niño. Necesitan tanto el cariño del hijo que no se atreven a contradecirlo

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¿Qué opina del PIN parental?
–Sería mejor que la escuela no diera clases no consensuadas de manera normal. Es como dar una plataforma para unas quejas sin parar. Es mejor que desista de enseñanzas tan radicales que no se puedan aceptar por los padres. Pero el problema está de los dos lados. Nos encontramos en la típica situación en la que las dos partes tienen algo de razón. El Estado tiene el poder de imponer programas y, a la vez, los padres tienen razón al decir que el Estado no debe imponer una ideología que va en contra del parecer de muchos padres y no solo de los que hablan del pin. Es probable que haya una amplia franja de personas que ven con escepticismo o rechazo la enseñanza de la ideología del género. Para imponer esa ideología se suele presentar como democrática y como un ejemplo de tolerancia y, a la vez, como parte de un conocimiento neutro sobre la salud sexual. Sin embargo, cuando el Gobierno mezcla temas ideológicos con otros prácticos como los primeros auxilios vemos un ejemplo de la típica maniobra de querer confundir y dividir a los que piensan de otra manera.

El Gobierno no debería haber introducido una enseñanza ideológica que  no se basa en el consenso de los ciudadanos. Es particularmente feo por parte del Gobierno evaluar a los alumnos sobre una materia ideológica. Es lo que hacen los Estados totalitarios. Sin embargo, ahora que lo ha hecho, ¿cómo reaccionar? ¿Hay otras medidas que el pin para protestar? Es muy difícil ver qué pueden hacer los padres más que intentar crear opinión contra la medida. El Gobierno tiene el poder con el aval de la mitad de los ciudadanos españoles. Sin embargo, es parte de la democracia gobernar para el bien del país de una manera aceptable para todos, aceptando la idea de que tus adversarios políticos son ciudadanos como tú. Lo llamativo con la medida del Gobierno es que, ideologizando la escuela, quita legitimidad al Estado como garante de la enseñanza pública, precisamente lo que dice querer reforzar.

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Cuando el Gobierno mezcla temas ideológicos con otros prácticos como los primeros auxilios vemos un ejemplo de la típica maniobra de querer confundir y dividir a los que piensan de otra manera

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¿Observa muy politizada la Educación en España?
—Sí. Otros países también tienen ese problema, pero en España algunos buscan el conflicto o intentan reavivarlo. Por ejemplo, hay varias maneras de resolver el lugar de la Religión en la escuela. Una manera es dejar que se aprenda fuera de ella. A mí me gusta más otra: enseñar el hecho religioso como histórico y artístico. Si sales en cualquier ciudad española los nombres de las calles, los edificios, los monumentos… Todo tiene que ver con la Religión y la historia. Si alguien no lo ha estudiado no sabe dónde está. Es parte de la herencia y el patrimonio conocerlo. No significa imponer nada sino dar un conocimiento (narraciones de la Biblia, historia de la Iglesia, de las controversias dentro de ella). No se entiende la Historia sin conocer la Historia de la Iglesia. Y lo mismo con historia del arte, arquitectura, pintura y música. Hay toda una dimensión que no se entiende si no se conocen los elementos de la Religión. Y fuera de la escuela pondría el catecismo, y lo elige el que quiere. Me parece que eso no debería causar polémica. Los no católicos seguramente quieren que sus hijos sepan dónde están y, si quieren rechazar el catolicismo, saber lo que rechazan.

¿Es la neurociencia en Educación una moda?
–No. Refuerza ciertos aspectos de la Educación más tradicional, porque dice que si no hay se crean huellas en el cerebro no hay aprendizaje. Las actividades lúdicas en el colegio muchas veces es como no hacer nada. El learning by doing es muchas veces doing sin learning. Para que haya huellas tenemos que enseñar paso a paso para que sea comprensible y repasar lo aprendido a intervalos regulares para que esas huellas se queden en el cerebro. Hay que hacer la guerra al olvido. Y tiene que ser sistemático. Un buen currículum incluye este refuerzo. Existe el malentendido de la creatividad como algo distinto al aprendizaje. «Que los asiáticos aprendan, que nosotros vamos a ser creativos». Tú tienes que tener almacenados en tu cerebro muchos elementos para poder combinarlos de una manera innovadora. La neurociencia nos dice que en la memoria a corto plazo tienen cabida seis u ocho elementos. Tienes que automatizar gran parte del conocimiento para ser creativo añadiendo algo más.

¿Y el bilingüismo? ¿Es una moda?
–Sí. En algunos casos funciona muy bien. Si alumno tiene un alto nivel de conocimientos, apoyo en casa, con un nivel culto, y refuerza su español por sus lecturas. Para algunas familias se puede ver como un progreso social: «Mi hijo puede estudiar en dos lenguas, la escuela pública da esa posibilidad».

Pero olvidamos la importancia de tener mucha enseñanza en español. Para que el alumno maneje bien el español a los 18 años tiene que leer, oír, redactar mucho más en español de lo que se piensa. Se cree que viene automáticamente por vivir en el país, escolarizarse en él, pero no es así. Para que el alumno domine el idioma necesita una aportación de 10 palabras al día durante esos años, cada vez más precisas, conectadas con las materias, con más matices, puntos de vista, y ya que los alumnos tienen un currículum menos exigente, ya que aprenden menos en casa, se cuestionan los deberes y leen menos en su tiempo de ocio, que reforzaba lo aprendido en el colegio, ya que tienen profesores con una formación menos rigurosa… el dominio del español es cada vez un poco menos seguro. Y no siempre se ve, se ve en la comprensión de los textos cualificados, complejos… Y, claro, un alumno en un colegio bilingüe no recibe toda esa enseñanza en español. Le estamos quitando una parte del input de lengua culta. Tiene la lengua cotidiana, fácil, pero ESO y Bachillerato debe añadir lengua que no se escucha en la calle.

Sí, estamos añadiendo algo útil y saldrá hablando posiblemente un inglés cotidiano, pero le estamos quitando el español culto y estamos ofreciendo más equivocación entre español e inglés, escriben y hablan de manera aproximada, cometen errores que solíamos llamar de extranjeros. Sin duda los más inteligentes y con más apoyo en casa manejarán mejor ese reto que es una educación bilingüe.

 ¿Qué opina de su compatriota Greta Thunberg?
–Lo veo desde el punto de vista de la Educación. Ha hecho huelga, no ha acudido al colegio los viernes… Es el colmo si todos estamos pagando la Educación de los jóvenes y ella en un 20% no va a acudir y anima a otros a hacer lo mismo. No creo que el Estado debiera haber haber aceptado aquello. Es una claudicación, una debilidad por parte del Estado. Además, tenía una plaza en un colegio especial, donde son más caras todavía, y lo desprecia. No es santa de mi devoción.

Currículum Vitae

  • 1990: La mirada a la Educación. Empieza a escribir sobre el sistema educativo, centrándose en Suecia. “Siempre me ha llamado la atención que los ideólogos en Pedagogía dicen lo mismo en distintos países”.
  • 2000: Atención a España. Que se fijara en nuestro sistema era cuestión de tiempo. Se estrena con La educación en peligro. Cree que España ha caído en las garras de la nueva Pedagogía y “es triste, porque en otros lugares ya se había visto que no funcionaba”. También se fija en los efectos de la transferencia a las comunidades.
  • 2018: Recopilatorio. En su última obra, la periodista de El Mundo Olga R. Sanmartín hace un repaso por sus reflexiones en este tiempo, que le han granjeado tanto admiradores como críticos acérrimos.
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Comentarios

  1. Noticias | Del 18 al 24 de enero - UCETAM
    22 de enero de 2020 10:22

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