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Javier Martínez Cuaresma: “Los cooperativistas eran las víctimas de operaciones que desconocían”

Las cooperativas afrontan en esta entrevista los problemas derivados de la llamada 'nueva concertada' y creen que la situación se les fue de las manos. Desde la perspectiva actual aseguran: "No volveríamos a concursar si se diera la oportunidad".
José Mª de MoyaMartes, 21 de enero de 2020
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Javier Martínez Cuaresma en un momento de la entrevista en la sede de MAGISTERIO. JORGE ZORRILLA

Javier Martínez Cuaresma es, desde el pasado mes de octubre, presidente de la Federación Española de Centros de Enseñanza de Economía Social (UECoE), o lo que es lo mismo, los colegios concertados en forma de cooperativa. Un sector en crecimiento desde hace más de una década, más desconocido que la escuela católica o la privada y que en los últimos años se ha visto salpicado, a su pesar, por casos de corrupción vinculados a la promoción de nuevos colegios en Madrid. Además, su modelo de gestión democrática y su modelo pedagógico «progresista» les ha hecho granjearse fama de ser colegios de izquierdas.

¿Cuál es la médula del modelo cooperativo de la enseñanza?
—En el caso de las cooperativas de profesores, el propio trabajador es socio cooperativista, es co-propietario, participa en la gestión de la empresa produciéndose una autogestión colectiva. En cuanto a las cooperativas de padres, se puede comparar a una cooperativa de consumidores en el sentido de que las familias hacen su aportación económica en aquellos centros a los que llevan a su hijo porque comparten el proyecto educativo.

¿Cuántas cooperativas hay en España?
—Unas 600.

¿Y de padres?
—Un 15% aproximadamente.

¿Cómo surgen las cooperativas de padres?
—Siempre a través de un grupo de padres que se organizan en torno a un proyecto educativo. Por tanto, no se trata de un proyecto empresarial como tal.

¿En el caso de los padres no intervienen en nada?
—Son socios de la cooperativa y están en el consejo rector, por lo tanto asumirán los cargos. Pero, evidentemente, hay una parte técnica y pedagógica que está dirigida por los profesionales.

¿Un centro puede ser cooperativa de inicio o transformarse después?
—Yo, en mi caso, he tenido experiencia en dos cooperativas y en las dos ha sido a través de esa transformación, es decir, pertenecía a una familia propietaria del centro y, aquella familia, en el momento de la jubilación, les dieron a los trabajadores la oportunidad de convertirse en cooperativistas. Y en el caso del Gredos San Diego sucedió lo mismo.

“Se está haciendo de la Concertada un debate partidista y metiendo a todo el mundo en el mismo saco"

¿El modelo cooperativo tiene un modelo pedagógico concreto?
—Sí, dentro del concepto del cooperativismo, hay una serie de metodologías muy importantes como son el aprendizaje cooperativo, la metodología por proyectos, el tema de impregnar todo el proyecto con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, la Educación inclusiva… Por lo tanto, sí se puede hacer un retrato robot de un modelo pedagógico.

¿También de escuela laica?
—También de escuela laica. Se ha convertido ya en una metodología básica. Hace 20 años nos dimos cuenta de que teníamos que construir nuestro “ideario pedagógico”.

¿La escuela cooperativa tiene a veces fama de ser de izquierdas?
—Bueno sí, tiene esa fama. Si tuviéramos que poner un titular, diríamos que es una escuela progresista, aunque las cooperativas deben regirse por un criterio de independencia política y lo que nos define son valores humanos y sociales, no políticos. En el momento en el que este modelo de empresa está basado en una gestión democrática, con unos valores sociales de cooperación y colaboración, eso te marca. No obstante, cada cooperativa es un mundo.

Aunque entiendo que tendréis el corazón partido teniendo que defender esos valores y también los conciertos…
—Lo que está ocurriendo es que se está haciendo de la Concertada un debate partidista y metiendo a todo el mundo en el mismo saco. Hay partidos que apuestan porque exista la enseñanza concertada y hay otros que, sin embargo, consideran que la palabra está maldita. En nuestro caso, el movimiento cooperativo se siente un servicio público. Es decir, nosotros estamos financiados con fondos públicos y damos un servicio público. Las cooperativas no nos sentimos centros públicos porque no lo somos, pero tampoco concertados al uso. Nos sentimos empresas privadas, democráticamente gestionadas y que prestamos un servicio público, pero no a costa de los públicos. Simplemente creemos que lo público puede estar gestionado desde distintas realidades.

“Se entró en un modelo de colegio de grandes instalaciones... ¿Todo esto quién lo paga?”

¿El modelo de cooperativa ha crecido mucho la década pasada?
—En Madrid, aparecieron 23 ó 24 nuevas fruto de desdobles de cooperativas ya constituidas, fruto de transformaciones de algunas existentes y de proyectos nuevos que encarnaron gestoras de cooperativas, algunas de estas han perjudicado la imagen de las cooperativas injustamente.

La llamada «nueva concertada». Modelo que algunos cuestionan…
—Yo creo que el modelo, no hablo de nadie en concreto, fue interesante porque se creó mucho empleo dentro del sector educativo. Se pusieron encima de la mesa un montón de proyectos educativos muy interesantes. Creo que el mapa de cooperativas está bastante bien distribuido en Madrid. Allá donde se abrieton esos centros se desarrolló un urbanismo bastante interesante, se creó valor añadido, promociones inmobiliarias… Todo subió de valor.

Pero también hubo abusos y supuestas irregularidades vinculadas a la promotora Alfedel…
—Por lo que conocemos, los cooperativistas han sido las víctimas de operaciones que se les escapaban. Alfedel era un promotor que creaba cooperativas y los cooperativistas se iban incorporando a proyectos desconociendo cualquier otra consideración. Se encontraron los colegios ya construidos con la luz dada y las llaves puestas. Y sí, por desgracia, parece ser que ha habido gente que se ha lucrado con esto y que ha hecho negocio desde entidades sin ánimo de lucro.

[Sobre la 'nueva Concertada'] “Creo que empezó haciéndose bien y se fue de las manos, evolucionando a otra cosa que no era la inicial”

¿El perjudicado ha sido el cooperativista?
—Totalmente.

¿Para que se enriquezcan otros?
—También es verdad que Alfedel, o cualquier otro, asume un riesgo. Y no todas aquellas cooperativas que se montaron fueron proyectos acertados. En algunos ha habido problemas. Esperaban un crecimiento de población que coincidió con la crisis y algunos colegios están en zonas que iban a estar urbanizadas y que todavía no lo están. Además, se entró en un modelo de centros con grandes instalaciones, de una construcción muy cara. ¿Todo esto quién lo paga?

¿Se os fue de las manos?
—Claro, pero también eran exigencias que establecían los pliegos de los concursos. Pero es cierto que había una tendencia a construir colegios con grandes instalaciones como instrumento para competir.

¿Una idea buena mal ejecutada?
Yo creo que empezó haciéndose bien y se fue de las manos, evolucionando a otra cosa que no era la idea inicial. Creo que sí habría podido ser un modelo exportable.

Estrategia de UECoE

  1. Situarse por encima del debate entre centros públicos y privados.
  2. Promover la transformación social que incorpore valores sociales y medioambientales. Impulsar la Agenda 2030.
  3. Ser reconocida en el mundo como una patronal social de la Educación.
  4. Actualizar la Ley Estatal de Cooperativas y reformar su régimen fiscal.
  5. Difundir un modelo cooperativo de enseñanza.
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