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“No hay un cerebro rosa y otro azul, pero ellas se tienen que exigir más”

Iria Marañón explica que las niñas sacan mejores notas que los niños porque ellas, con 6 años, ya piensan que son menos inteligentes que ellos, y por eso deben exigirse más.
Adrián ArcosMartes, 3 de marzo de 2020
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Iria Marañón es autora de 'Educar a un niño en el feminismo'.

Pequeños detalles que pueden producir grandes cambios. La autora de Educar a un niño en el feminismo anima a profesores y profesoras a incluir a referentes femeninos en sus asignaturas o a vigilar algunos comportamientos para educar en una igualdad real entre niños y niñas.

¿Actualmente estamos educando en igualdad?
—Aunque nos parezca que sí, no lo estamos haciendo. Al final los niños construyen su masculinidad de una manera y las niñas construyen su feminidad de otra manera. Eso es el género. El género es la forma en que se socializan los niños y las niñas, y lo hacen de forma muy diferente.

¿También en el colegio?
—Si nos fijamos, la ropa muchas veces es muy distinta. En los colegios que llevan uniformes, las niñas tienen que llevar falda y los niños pantalón, lo que hace que ellas tengan menos posibilidad de movimiento.

Además, vemos que la mayoría de referencias que reciben en el colegio a través de la historia, las ciencias o la literatura, suelen ser de figuras masculinas. Muy pocas mujeres aparecen en cada una de las asignaturas.

También hay estudios que muestran cómo a los niños se les da la palabra mucho más que a las niñas, hablan durante más tiempo en clase, hablan más alto… Y no solo utilizan ese espacio verbal, sino también el espacio físico del aula. Otros estudios muestran cómo, por ejemplo, cuando las niñas van a la papelera para sacar punta al lápiz, luego vuelven inmediatamente a su asiento, mientras que los niños se dan un paseo por el aula, porque es una de las maneras en que ellos están socializados, todo el espacio les pertenece.

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Es importante añadir a ellas en el lenguaje, porque lo que no se nombra, no existe

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¿Los profesores tienen que fijarse en estas cuestiones?
—Solo habría que vigilar estos comportamientos. Te voy a poner otro ejemplo. En una mesa redonda, cuando se ponía a trabajar a niños y niñas, al principio parecía que no pasaba nada, pero poco a poco los niños iban ocupando el espacio de sus compañeras, y las niñas cedían y se apartaban. Y cuando nos vamos al patio del colegio, la diferencia es todavía mayor. En la parte central del patio están las canchas de baloncesto y fútbol, y si no están, los niños juegan a la pelota. Y en los laterales están las niñas jugando a la comba u otro juego. A medida que avanza el tiempo, el espacio central se amplía mientras que los laterales se hacen más pequeños. Y al final las niñas acaban sentadas en los bancos mientras que los niños ocupan todo el espacio central. Esa forma en que se reparten los espacios es fundamental porque ubica a las personas en su lugar de la sociedad.

Y luego también es importante el lenguaje que utilizan profesores y profesoras. Normalmente no es inclusivo, y cuando hablan de niños, quieren referirse a niños y niñas. Para que tanto niños como niñas se den cuenta de que hay verdadera igualdad, es importante añadir a ellas en el lenguaje, porque lo que no se nombra, no existe. Y en el lenguaje que utilizamos con normalidad, las mujeres estamos invisibilizadas.

Pero la propia RAE admite que el masculino plural se refiere a ellos y a ellas.
—El feminismo, como decía Andrea Dworkin, no es un movimiento reformista, es un movimiento revolucionario, y quiere cambiar hasta la RAE. Porque el lenguaje lo hacemos la sociedad, y somos las personas las que tenemos que presionar para que se utilice de manera inclusiva, y para que las mujeres estemos visibilizadas.

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En los centros donde se han hecho patios más inclusivos, la convivencia ha mejorado

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Sin embargo, luego las niñas obtienen mejores resultados académicos que los niños.
—Son mejores estudiantes porque una niña a partir de los 6 años es consciente de que es menos inteligente que un niño. A esa edad ya ha visto que ellos están un paso por delante en la sociedad. No existe un cerebro rosa y otro azul, todos los cerebros son iguales, pero ellas han visto que se tienen que exigir mucho más que ellos. Y esa sensación de que son menos inteligentes les hace también percibir que hay unas carreras y áreas más difíciles que otras, y aunque tengan mejores notas, ellas mismas se van desanimando a la hora de afrontar carreras STEM, por ejemplo.

¿Se obtienen resultados si se hacen cambios?
—En los centros donde han hecho patios más inclusivos, donde han eliminado canchas de fútbol y baloncesto, donde han decidido hacer torneo de combas, competiciones de atletismo, han puesto un rocódromo, imparten capoeira y yoga, y hacen otro tipo de deportes que no están tan diferenciados, se han dado cuenta de que niños y niñas interactúan mucho más; las niñas hacen mucho más ejercicio, de igual forma que aquellos niños que antes no jugaban al fútbol; la convivencia ha mejorado, hay muchas menos peleas; con lo cual los resultados son siempre positivos.

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En cualquier área, se pueden encontrar mujeres que han hecho grandes aportaciones

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¿Qué pueden hacer los profesores para obtener esos resultados?
—En cualquier área, pueden encontrar mujeres que han hecho grandes aportaciones, y eso va a venir muy bien tanto a las niñas como a los niños, porque ellas van a tener referentes en las que mirarse, y ellos se van a dar cuenta de que las niñas también valen para todo eso. También pueden estar vigilantes para darse cuenta de cuándo los niños ocupan más espacio físico o verbal, y alentar para que las niñas lo ocupen también, darles la palabra, tener en cuenta sus consideraciones… Y una cosa fundamental es no socializar a los niños con la idea de que las niñas son aquello que no deben ser nunca. Un niño cuando tira la pelota mal, le dicen que tira como una nena; cuando llora, se le dice que lo hace como una niña; e igual cuando se porta de determinada manera. Por eso los niños suelen rechazar todo lo que tiene que ver con las niñas, porque constantemente están presionados para hacerlo.

Imagina que un profesor de Matemáticas te dice: “Yo estoy para enseñar mi asignatura, no para fijarme en esas cosas”.
—El colegio es un sitio donde se educa, y además del currículum oficial, luego está todo lo que ese profesor transmite de forma inconsciente. Este tipo de transmisiones es lo que forma parte del currículum oculto. Por eso es importante que el profesor de Matemáticas haga referencia a mujeres matemáticas o utilice un lenguaje inclusivo en su aula.

Otras reflexiones

  • Pin parental. “Quizá yo no esté de acuerdo en cómo se da la Reconquista, y no tengo un pin parental, porque me parece mucho más importante formar el pensamiento crítico en los alumnos y las alumnas discutiendo esos contenidos después en casa que vetándolos”.
  • Prostitución. “La principal demanda que yo haría a nivel político es la abolición de la prostitución. No podemos enseñar a los niños y a las niñas a respetar a las mujeres siempre que haya un sistema en el que un hombre cualquiera puede por un dinero comprar el cuerpo de una mujer”.
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