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Cómo los cuentos nos ayudan a comprender nuestro mundo

escuelainfantil.netMiércoles, 8 de abril de 2020
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A todos los niños y niñas de 0-3 años les gustan los cuentos… ¿Por qué será? Puede ser por los dibujos, por los colores, por su olor… pero, sobre todo, por todas las historias que, en ellos, pueden descubrir y por los momentos mágicos que se crean cuando su profe les cuenta un cuento en clase o cuando papá y mamá les leen uno antes de dormir.

Recurso educativo

Los cuentos son uno de los recursos educativos por excelencia y existen tantos como temas podamos imaginar. Con ellos, los peques aprenden y se divierten viviendo millones de aventuras y empatizando con sus protagonistas.

A través de un cuento podemos crear mundos imaginarios en los que los niños y niñas experimentan de primera mano algunas situaciones de la vida cotidiana que les prepararán para la realidad, sentirán igual que sienten los diferentes personajes y desarrollarán su lenguaje adquiriendo un sinfín de expresiones y con un vocabulario mucho más amplio.

En la etapa de 0-3 años, los niños y niñas empiezan a descubrir el mundo y los cuentos son un buen recurso para introducir nuevos conceptos y para familiarizarles con las diferentes situaciones que van a vivir y estos son los que utilizamos a diario, en nuestra escuela, para trabajar un sinfín de valores, rutinas y experiencias cercanas a su realidad.

Los primeros meses

Los cuentos más apropiados para un bebé son aquellos que puede tocar y sentir.

El tacto es uno de los sentidos que antes desarrolla y, además, es muy importante para el bebé. Los cuentos han de ser pequeños, para que los pueda coger con sus manitas, blanditos y de material resistente para que lo pueda tocar sin problema. Si sus páginas tienen texturas y sonidos, mucho mejor.

Durante esta fase, no es tan importante la historia como el cuento en sí mismo. Solemos ofrecerles cuentos con dibujos sencillos y con palabras sueltas o frases sencillas, preferiblemente con diferentes ritmos y tonalidades para despertar su musicalidad.

La colección “Luna”, de la editorial Kalandraka, y la colección “¡Hola, chiquitín!”, de la editorial Loqueleo (Santillana) son muy buenas opciones para ellos.

Entorno a 1 año

A partir del año, más o menos, los niños y niñas empiezan a mostrar más interés por las historias, aunque tienen preferencia por las que son sencillas y repetitivas. Seguro que os habéis fijado en que piden que les contemos el mismo cuento una y otra vez. Esto es porque les gusta poder anticiparse a lo que va a pasar y disfrutan mucho más cuando ya conocen previamente la historia.

Para nosotras, “El pollo Pepe” y “¿Puedo mirar tu pañal?”, de la editorial S; “Un bicho extraño”, de Kalandraka; “¡Que llega el lobo”, de Edelvives, “¿Quién es? ¡Cuidado!”, de Combel, o “El gran libro de las cosquillas” ,de Zahori Books, son algunos de nuestros imprescindibles.

A partir de 2 años

Cuando ya empiezan a mostrar un interés especial por las historias, intentan ir un poco más allá, comprender lo que ocurre y por qué, cómo se sienten los protagonistas… Es en esta etapa, a partir de los 2 años, en la que mejor podemos utilizar los cuentos con fines educativos, ya sea para el aprendizaje en valores y de las emociones, para desarrollar su imaginación o como hilo conductor de cualquier temática que nos podamos imaginar.

Existen cuentos para:

  • Desarrollar la empatía, como Por cuatro esquinitas de nada, de Jérôme Ruillier.
  • Fomentar el respeto a la diversidad, como sucede en Pepita es especial de Fabiola Arroyo,
  • Favorecer el trabajo en equipo, como ¿A qué sabe la Luna?, de Michael Greiniec,
  • Ayudarles a identificar sus emociones, como El Monstruo de colores, de Anna Llenas.
  • Comprender la diversidad familiar, tan presente en las aulas, con libros como Con Tango son tres, de Justin Richardson y Peter Parnell o Tengo una mamá y punto, de Francesca Pardi,
  • Prepararles para la llegada de un hermanito, como Tú eres el mayor, de Lucy Tapper y Steve Wilson, aunque podríamos mencionar millones de títulos más.

Es muy difícil encontrar a un niño al que no le gusten los cuentos. Sin embargo, mantener ese interés y gusto por la lectura cuando se hacen mayores depende, en gran parte, del ejemplo que les demos los adultos…

¿Nos ayudas a mantener la magia?


EQUIPO EDUCATIVO
Escuela Infantil “Nemomarlin Pintor Rosales” de Madrid

 

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Aprender de los cuentos

Los cuentos son, además de una herramienta para favorecer su aprendizaje, un recurso para la diversión.
No es de extrañar que triunfen los cuentos que les permiten jugar y desarrollar su imaginación mientras disfrutan de la historia.
Para nosotras, “Un libro” de Hervé Tullet y “Los guardianes del castillo” de Nacho Golfe son dos opciones fantásticas.
Pero los cuentos no sólo son para escuchar, también para contar.
Es emocionante ver cómo niños y niñas tan pequeños que apenas saben hablar y mucho menos leer pueden contarnos todas esas historias que ya conocen o inventar otras nuevas a partir de los personajes del cuento y de las ilustraciones que ven.
Y, todo ello, también nos ofrece la posibilidad a los adultos de inventar nuevas historias a partir de sus gustos y de sus intereses y con ellos como protagonistas. ¡Imaginación en estado puro!
Los cuentos les ayudan a comprender el mundo y a entenderse a ellos mismos, nos ofrecen un sinfín de posibilidades divertidas y educativas, tienen numerosos beneficios para su aprendizaje y desarrollo integral y abarcan un contexto tan amplio que es imposible acotar.

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