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Abre la puerta al movimiento

escuelainfantil.netJueves, 11 de junio de 2020
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Para la realización de este proyecto, hemos seguido las líneas del autor Bernard Aucouturier, quien defiende la idea de que el niño tiene que vivir el placer de jugar. Se trata de un proyecto psicomotriz, que centra su trabajo en la comprensión del niño, a través de la interpretación del lenguaje que expresa y manifiesta el cuerpo y el movimiento. Esta propuesta se lleva a cabo en un espacio en el que pueden desarrollar y expresar su imaginación de manera libre, en una sala destinada únicamente para estas sesiones.

El psicomotricista tiene un papel fundamental en el desarrollo de la sesión, es un especialista que se ha formado para ello. Mediante la observación directa y sistemática de los comportamientos del niño, llegamos a entender lo que comunican corporalmente para darle un sentido y facilitar la comprensión de sus conductas y de sí mismo.

A diferencia de la enseñanza tradicional, este proyecto expone que el educador es quien se esfuerza por comprender el deseo del niño, adaptando sus propuestas en función a las propuestas que dan ellos.

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Objetivos

Alcanzar la maduración psicológica a través de la vía corporal, la acción, el juego y el movimiento.
Trabajar el proceso que va del placer de hacer al placer de pensar.

Potenciar la comunicación a través del cuerpo, la postura y el movimiento.

Ser capaz de crear situaciones de juego, por medio de objetos, construcciones…

Profundizar en el proceso de descentralización, que permitirá el acceso al pensamiento operatorio.

Desarrollar el pensamiento operatorio.

Trabajar la seguridad y confianza en sí mismo frente a las angustias, a través del placer de las actividades motrices.

El desarrollo de la función simbólica por medio del placer de hacer, jugar y crear.

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El docente trabaja siempre con una mirada positiva hacia el grupo.

Sesión de psicomotricidad

La tutora prepara previamente la sala y crea un ambiente de seguridad afectiva para el niño, estableciendo dos espacios: uno para la expresividad motriz y otro para la plástica y el lenguaje.

En el ritual de entrada, los niños se sientan para escuchar las consignas que deben seguir durante la sesión, tener cuidado de su cuerpo y el de los demás.

Después, comienza la fase de expresividad motriz, que es la fase de descarga, en la que se derriba una torre o muro hecho con módulos de goma espuma, y sirve para liberar la pulsión y dar pie a los siguientes juegos:

Saltos. Sentir placer al caer es la prueba de que el niño ha sido bien sostenido y que su cuerpo se ha estructurado en una totalidad proporcionada por un clima de placer.
Presimbólicos. El niño interacciona, partiendo de su iniciativa y de su movimiento espontáneo, en ningún momento debe ser dirigido y, cuando el adulto lo cree conveniente, hace propuestas y verbaliza lo que está haciendo el niño para que este sea consciente de ello: “Ah, te subes a la espaldera y saltas desde arriba” (así se reafirma en su acción y estimula a los demás a seguirla).
Placer sensomotor. Se trata de jugar a caerse, envolverse y balancearse, a ser perseguido…
Simbólicos. Son juegos de disfrazarse o ser distintos personajes. Los objetos a utilizar son colchonetas, cojines de gomaespuma, telas, etc. para construir espacios y utilizarlos a modo de casa, granja, hospital… dependiendo de sus vivencias.

Del movimiento a la representación

Después, comienza la fase de la historia, que favorece el paso de la expresividad motriz a la representación, donde no hay prácticamente movimiento. Debe estar directamente relacionada con las emociones y fantasmas del niño, y tiene que ser contada en tiempo presente, para que el niño pueda identificarse con el protagonista de la historia que actúa aquí y ahora.

Por último, se pasa a la fase de expresividad plástica y gráfica, en un lugar que ayude al niño a poner su pensamiento en movimiento, sin el movimiento. Se favorece la representación por medio del dibujo, la construcción y el lenguaje.

Tras finalizar la sesión, los niños regresan a su aula de forma tranquila y relajada, para seguir con la rutina diaria.

Consideraciones

Con este proyecto damos la posibilidad al niño de que experimente diferentes vivencias que generen en él numerosas representaciones mentales. A partir de estas, el niño establecerá relaciones creativas con el mundo que le rodea.

Pretendemos que el niño viva el movimiento intensamente para que, después, utilice las estrategias que permiten el paso del cuerpo al pensamiento.
Queremos que nuestra escuela sea un lugar de emoción, comunicación y desarrollo, creando un ambiente de seguridad afectiva, donde los niños sientan la emoción de conocer y el placer de existir, preparándoles para investigar y aprender con placer.


VERÓNICA RUIZ FERNÁNDEZ, Mª SOLEDAD GARCÍA SERRANO Y Mª TEMPLO APARICIO
Escuela Infantil “Los Pinos” de Madrid

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