fbpx

“Este curso va a ser todo un reto”

escuelainfantil.netMartes, 29 de septiembre de 2020
0

Jorge Paredes | Director del CEIP «Rosa Serrano» de Paiporta

 

«Desde que el COVID-19 asoló las aulas, provocando la suspensión de las clases presenciales, hemos asistido a un esfuerzo sin precedentes de toda la Comunidad Educativa. La pandemia ha provocado que tengamos que reinventarnos para pasar a una enseñanza remota de emergencia, a ritmo vertiginoso, un contexto virtual, sin contacto, sin miradas, sin emociones compartidas, que nunca hubiéramos podido imaginar. Nada fue planificado, sino en condiciones de gran incertidumbre y en medio de una crisis sanitaria y social. Los desafíos han excedido el dominio técnico de herramientas TIC, lo cual ha provocado trabajar bajo presión e inseguridad, aumentando las exigencias para llegar de forma eficaz, ajustando nuestras programaciones para mediante una interacción virtual o a distancia. Esta situación ha acentuado las desigualdades y hemos tenido que buscar diferentes alternativas para llegar al alumnado. En la mayoría de los casos se ha conseguido con éxito, pero no en todos”, así explica Jorge Paredes, miembro del Laboratorio de Estudios sobre la Convivencia y Prevención de la Violencia (LAECOVI) y director del CEIP “Rosa Serrano” de Paiporta, Valencia, la situación vivida el pasado curso por los docentes el pasado curso.

«Este nuevo escenario –continúa–, nos ha aportado nuevas experiencias, sentimientos, aprendizajes y retos. Ha sido una oportunidad para analizar qué ha significado enseñar en tiempos de pandemia, sin estar preparados, repercutiendo en las condiciones emocionales de alumnado y profesorado, para aprender de los errores, observar las carencias o problemas surgidos y afrontar una vuelta, en septiembre, que nos aporte un equilibrio académico y emocional, aún sabiendo que viviremos una situación difícil e inestable”.

 

¿Cómo debe organizarse un centro ante tantos posibles escenarios?

Partiendo de cada realidad, la nueva organización se debe afrontar como una oportunidad de transformación y avance educativo, realizando pequeños pasos que inicien un nuevo camino a pesar de las limitaciones que nos vengan marcadas por la normativa vinculada a la crisis sanitaria. Debemos tener en cuenta que la situación actual no es estable, que genera mucha incertidumbre y que deberemos hacer nuevas adaptaciones días antes de la entrada del alumnado o durante el curso. Por ello, la organización debe ser flexible y abierta a las modificaciones que sean necesarias. El próximo curso va ser reto en mayúsculas.

¿Qué novedades han llegado para hacerse un hueco permanente?

Soy bastante escéptico. Aunque, nos hemos reinventado, esforzado y adaptado, este avance no puede quedarse en ejecutar actividades y evaluaciones de la misma forma que en las clases presenciales, las características son distintas y algunos docentes han tenido que aprender de este error. Este virus ha llegado para quedarse de una manera u otra, demostrándonos, una vez más, que el profesorado no debe ser una enciclopedia de datos, sino un guía del aprendizaje, junto a las familias, por y para el alumnado. El mayor aprendizaje ha sido valorar, aún más, que toda la Comunidad Educativa ha de ir de la mano.

¿Cómo se pueden seguir trabajando las competencias desde la pantalla?

Las competencias ayudan a que todo el alumnado tenga cabida, no siendo el contenido el que determina el aprendizaje. La Educación Infantil es una etapa en la que se empieza a descubrir, desarrollar habilidades y adquirir valores y actitudes para la vida, siendo la investigación y el aprendizaje experimental la mayor estrategia. Se pretende que se potencien, en todo momento, las capacidades del alumnado, pero ¿cómo se consigue desde la distancia? Aquellos colegios que han visualizado los hogares como laboratorios educativos han puesto la primera piedra. Han considerado las casas como escenarios de aprendizaje, utilizando la cocina como un espacio para la ciencia, la lengua, las matemáticas… Este alumnado ha podido resolver de múltiples formas un mismo reto, con diferentes niveles de dificultad, mostrando que no existe un único camino. Ha sido necesario incluir a nuestros niños y niñas en las actividades cotidianas de casa para hacerlos sentir parte, desarrollar habilidades y adquirir responsabilidades. Y este aprendizaje desde las TIC debe tener un acompañamiento emocional en las videollamadas, como herramienta de contacto social, contribuyendo al desarrollo afectivo cuando se han visto separados, de forma repentina, de sus amigos y figuras de referencia en la escuela.

El confinamiento ha puesto a examen la disponibilidad, conocimientos o medios de las familias. ¿Puede la escuela online eliminar estas desigualdades?

La cuarentena ha realzado las desigualdades sociales y la brecha digital, siendo el alumnado más perjudicado el que carecía de ordenador o internet o de un seno familiar que le pudiera ayudar. A ello, cabe sumar las situaciones laborales sufridas por las familias, una realidad compleja que ha vuelto a demostrar que no se cubren todas las necesidades del alumnado. La enseñanza online no ha ayudado a eliminar las desigualdades sociales y algunas Comunidades Autónomas han proporcionado dispositivos con acceso a internet, pero solo con recursos no encontramos soluciones, falta formación en el uso adecuado de las TIC, tanto para el alumnado-familia como para el docente. Y toda esta situación se ha agravado con la incertidumbre, el aislamiento de nuestros seres queridos, el miedo, la desmotivación y la desobediencia, provocando un ambiente difícil de abordar. Por ello, las comunidades educativas nos hemos dado cuenta de que lo primero es crear vínculos socioemocionales entre los agentes educativos. En este sentido, la UNESCO propone crear comunidades virtuales para garantizar las interacciones sociales regulares, favoreciendo las medidas de protección social, para evitar el aislamiento. Así, en lugar de limitar la intervención de las familias, podríamos ayudarles y guiarles para continuar el proceso de enseñanza-aprendizaje de una forma más satisfactoria.

En el próximo congreso de AMEI, vas a hablar del docente del mañana. ¿Has tenido que modificar mucho el contenido hasta ahora?

Cada día que pasa, los aspectos que considero necesarios parar el docente del mañana se van multiplicando y transformando. A veces, trato de sentarme y dar respuesta a todos esos aspectos y no sé si la encontraré. Esta crisis ha puesto al descubierto que es necesario un nuevo paradigma educativo. El mundo no ha acabado porque los infantes no hayan ido a la escuela durante tres meses, haciéndonos valorar aspectos que aún ocupaban un segundo plano, como la Educación emocional. Más que una falta de consecución de competencias, ha habido una ausencia de memorización de contenidos. Más que pensar cómo volver a la normalidad, deberíamos reflexionar que, si queremos cambiar, no podemos seguir haciendo lo mismo (Einsten). Estamos ante la oportunidad de crear un nuevo modelo escolar entre toda la Comunidad Educativa. Preguntemos al alumnado qué escuela quiere y necesita, y cuando sepamos la respuesta, los docentes seremos parte activa del cambio, guiando al discente en sus aprendizajes.

 

 

El año pasado recibiste uno de nuestros premios durante la gala. Este año, la hemos celebrado online, con lo positivo de haber llegado a los profes con dificultad para desplazarse…

Detrás de cualquier premio, hay un reconocimiento a una gran ilusión en forma de proyecto, por lo que recordar este premio me genera un gran orgullo. Fuimos galardonados en la categoría ApS, por SOS por el planeta tierra, coordinado por mi compañera y amiga Pilar Navarro. Era la guinda a unos años repletos de premios a nivel nacional, que, por suerte, continúan llegando. Poder seguir estos premios online genera una oportunidad para darse a conocer entre más gente, creando una ilusión y motivación. Aún así, como en las escuelas, la magia, la complicidad, las risas, las miradas y el vínculo de cariño, nunca esos sentimientos van a poder transmitirse igual a través de una pantalla.

¿Cómo os habéis preparado para los posibles escenarios del nuevo curso?

Si hace meses se hubiese planteado a nivel educativo un ensayo para impartir las clases a través de las TIC de forma exclusiva, hubiera estallado un gran revuelo, sería una idea fantasiosa e imposible de materializar a corto o medio plazo. La pandemia ha demostrado que todos los agentes educativos debemos reflexionar en relación al sistema educativo, valorando qué aspectos han de cambiar y/o potenciar. Hemos valorado sencillos gestos como las sonrisas, los abrazos o las caricias… demostrando la importancia emocional. Actualmente, somos conscientes que hemos cometido errores, que han sido parte del aprendizaje y nos deben ayudar a crear oportunidades de aprendizaje. Por ello, este regreso debe ser único e irrepetible para cada alumno. Habrá quien vuelva entusiasmado y con mucho aprendido, y quien vuelva desmotivado o desconectado. Los centros pueden afrontar de múltiples formas los nuevos retos, pero la llave del éxito es involucrar a los agentes educativos en las propuestas (fomentar la cultura colaborativa). Me arriesgo a afirmar que lo más importante a la vuelta de las clases presenciales no debe ser recuperar materias perdidas, sino potenciar, en cada uno de ellos y ellas, la parte humana que les ayude a conseguir su desarrollo integral. Por ese motivo, el currículum no puede ser un corsé educativo, sino una guía hacia la equidad, no se trata de proporcionar los mismos recursos para todas y todos, pero sí de atender sus carencias y potenciar sus fortalezas. Y todo esto, haciendo un acompañamiento emocional y generando espacios y tiempos que permitan expresar los diferentes sentimientos.

¿Cómo lo están llevando los profes?

Encaramos este nuevo reto con mucha responsabilidad, esperanza e ilusión, siendo conscientes de que la solución no es dejar espacio entre silla y silla (eso solo ayudará temporalmente). Por ello, estamos ante una excelente oportunidad de conseguir que la Educación funcione como una cámara de fotos, enfocando únicamente en lo que realmente es importante, capturando de cada alumno y alumna todas las cualidades que le hacen ser único e irrepetible. En definitiva, no podemos volver como si nada hubiera pasado, es hora de poner en práctica todos nuestros aprendizajes, buscar nuevas estrategias, innovar y proyectar toda nuestra vocación para alcanzar una enseñanza que cubra todo tipo de necesidades y nos haga exprimir al máximo todas nuestras posibilidades de transformación educativa. ¿Nos atrevemos?

 


Laura Gómez Lama
Coordinadora de ESCUELA INFANTIL

0
Comentarios