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Repetición escolar: ¿Erradicarla tiene un precio?

La necesidad de reducir su alta tasa en la actualidad genera consenso, pero si a la vez se trabaja por una mayor y mejor compensación. La promoción automática por decreto sin medidas que la acompañen tendría un coste social a medio y largo plazo.
Saray MarquésMartes, 16 de marzo de 2021
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En España se repite mucho y repetir sirve de poco. © FEODORA

La repetición es, junto con el abandono educativo temprano, la principal tasa en la que ha puesto el foco el Ministerio de Educación, empeñado en que su reducción sea su legado. Estando interrelacionadas, existe una diferencia fundamental: en el caso de la repetición, la pelota está en exclusiva en el tejado del sistema escolar.

Si en la LOE (2006) y Lomce (2013) ya se catalogaba como «medida excepcional», la Lomloe va a por todas: Solo se puede repetir una vez en Primaria y dos en toda la enseñanza obligatoria y será el claustro quien decida si el alumno promociona, independientemente de las asignaturas suspensas. Si al acabar 4º de ESO no se logra el título se permitirá alcanzarlo «a través de pruebas o actividades personalizadas extraordinarias de las materias que no haya superado» y también el de Bachillerato se podrá conseguir con un suspenso si se cree que se han alcanzado las competencias.

Estos cambios en la ley para reducir nuestra alta tasa de repetición –el 28,7% de los alumnos españoles habían repetido a los 15 años en 2008, frente al 11,4% de media de la OCDE– viene avalada por la investigación internacional o un informe ad hoc del Consejo Escolar. También por el ejemplo de nuestros vecinos. Francia redujo la tasa del 38% en 2009 al 17,8% en 2018. Portugal, del 37% al 24,2%. España, que partía de un 35%, es hoy el tercer país europeo en el que más se repite, tras Luxemburgo y Bélgica.

Primer curso pandémico

El descenso en los últimos años alcanzó las mejores cotas el curso pasado, con las medidas de flexibilización académica ante la pandemia. En 2019-20 más alumnos aprobaron y promocionaron. Lo acaba de hacer público, por ejemplo, una comunidad socialista, Asturias, donde el porcentaje de promoción en 6º de Primaria ascendió al 99,1%, mientras que la titulación al acabar la ESO fue del 93,4%, lo que la convierte en el segundo territorio con mejores resultados, tras Cataluña. Ahora, se pretende que estas tasas dejen de ser un récord pasajero y sean la norma, que lo ensayado en la excepcionalidad sea la nueva normalidad.

Cultura escolar

Para el economista Álvaro Choi, que ha analizado entre otros el vínculo entre repetición, resultados, graduación en ESO, abandono e índice socioeconómico y cultural (ISEC), la Lomloe puede tener un efecto limitador en la repetición de curso, pero hacen falta cambios culturales. «La distancia de España a nivel internacional prevalece con la LOE y con la Lomce, mientras que hay países donde la repetición no está prohibida pero apenas se aplica», empieza, «al tiempo, lo que el sistema educativo hace bajo un mismo marco puede ser muy distinto, y las diferencias siguen aunque el marco cambie. Esto nos habla de culturas diversas en los sistemas educativos locales, e incluso en las escuelas».

A su juicio, frente a comunidades como Cataluña, el País Vasco o Navarra, acostumbradas a buscar alternativas, «en otras está muy extendida la creencia de que la repetición funciona por su efecto disuasorio, como si fuera un castigo y los alumnos, al tener miedo de repetir, se esforzaran más». Para él, se debe acabar con esas escuelas con alto nivel de repetición que diferencian a los alumnos «buenos» de los «repetidores», lo que termina convirtiendo a los primeros en aun mejores mientras que a los segundos para lo único que les servirá es para deprimirse aun más.

Cara, nociva, desigualadora

Él ha constatado que la repetición no solo no funciona sino que es una receta cara –3.340 millones de euros al año, en cálculos del MEFP– y nociva. Cuanto antes se produce, mayor es el efecto. En muchos casos hace que el alumno se desenganche, que sea más complicado integrarle, que surjan problemas de conducta.

«En otras áreas del sector público si una política no funciona no habría esta discusión, este «Siempre se ha aplicado». Yo abogaría por reducirla al mínimo, pero no buscaría el ahorro neto, sino que destinaría los fondos asociados a sus costes a programas de refuerzo, en la búsqueda de la mayor rentabilidad social», concluye.

Álvaro Choi: "

En las dos leyes anteriores ya decidía el claustro sobre la promoción o no. Ahora la Lomloe lo pone negro sobre blanco

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El director de la Cátedra de Políticas Educativas de la Universidad Camilo José Cela, Francisco López Rupérez, también es partidario de la disminución de esta tasa, pero no a cualquier precio: «Si se elimina por decreto se produciría una reducción drástica de un curso al siguiente, pero esto puede tener un coste social en el medio y largo plazo si no se hacen bien las cosas «. Como objetivo razonable plantea, a la vista de la evolución espontánea a la baja de los últimos años, «ser capaces de reducirla hasta alcanzar la media OCDE en el plazo de cinco años desde la puesta en marcha de las medidas compensatorias».

Habría que empezar para ello, explica, por evaluar el impacto de la ordenación normativa de la política compensatoria, para qué ha servido y para qué no la compensación educativa en sus 25 años de historia. Y seguir por su revisión. Propone López Rupérez como solución «aumentar las expectativas de rendimiento de los alumnos socialmente desaventajados y, a la vez, incrementar los apoyos personalizados en el ámbito tanto cognitivo como afectivo».

Francisco López Rupérez: "

La repetición se ha usado como chivo expiatorio de los problemas reales de equidad que padecemos

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Medidas de acompañamiento

  • Para Choi, la promoción automática per se no funciona, pues «pasar acumulando déficits agranda la brecha». «Debe haber una identificación temprana de esos déficits; un tratamiento más individualizado para los alumnos con mayor riesgo de repetición, con clases de refuerzo (a mediodía, por las tardes y en verano, como en EEUU, donde si tienes asignaturas pendientes las recuperas en el periodo estival), y también una flexibilización curricular que permita un tiempo de refuerzo a quien pasa sin todas las competencias adquiridas», enumera.
  • En EEUU la tasa de repetición ronda el 2% en Primaria y el 9% en Secundaria. Es de esos países que citaba Choi donde, sin estar prohibido, apenas se repite.
  • Dentro de EEUU, López Rupérez se fija en el Estado de Florida y la ciudad de Chicago por sus experiencias de éxito. Ambas desarrollan una política de no a la promoción automática, con la repetición como último recurso. La complementan con políticas compensatorias tanto de prevención para evitar la repetición como de remediación cuando esta se produce.
  • También habría que buscar una formación intencional del profesorado en centros en desventaja social, subraya López Rupérez, una variable crítica en lo que España no ha puesto el foco.

Cuando la renta de tu familia dicta tu sentencia

En España el ISEC es un predictor inverso de la tasa de repetición a los 15 años. Independientemente de las competencias adquiridas, los alumnos en el cuartil bajo de ISEC repiten 5,5 veces más que aquellos en el cuartil alto, como acaba de recordar un informe del Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil (ACPI) sobre pobreza infantil y desigualdad educativa en España. Uno de cada dos alumnos en hogares con renta baja ha repetido algún curso al terminar la ESO, frente a uno de cada 10 en los hogares con rentas más altas.

Por comunidades, según el análisis A vueltas con la equidad en educación, una aproximación empírica en la perspectiva de las consecuencias de la Cátedra de Políticas Educativas de la UCJC, en Aragón, Madrid y Ceuta se repite más de lo que correspondería por el ISEC, mientras que en Cataluña y Extremadura, menos.

El porcentaje de alumnos que repiten también varía por la titularidad del centro. En el curso 2018-19, según los datos del MEFP, un 15,5% de los alumnos repitió algún curso de la ESO en centros públicos, frente al 7,6% en la Concertada y 1,9% en la Privada. Entre los alumnos que promocionan, el 69,6% lo hace con todas las asignaturas aprobadas en la Pública, frente al 80,4% en la Concertada y el 91,5% en la Privada.

El informe del ACPI considera que el programa PROA+ sumado a la Lomloe, con el carácter aun más excepcional que da a la repetición, con su énfasis en los diagnósticos precoces y establecimiento de mecanismos de apoyo y refuerzo para evitarla, sobre todo en entornos socialmente desfavorecidos, la recuperación de los programas de diversificación curricular en la ESO y los planes de refuerzo para quienes promocionen con materias suspensas, será suficiente para dar respuesta a nuestra «disfuncional» tasa de repetición.

País Vasco, Navarra y Aragón, los mejores lugares para repetir

En España se repite mucho y repetir sirve de poco, pues la repetición muestra un alto fracaso escolar asociado. Como subraya la investigación de la UCJC, la repetición es un buen predictor inverso de la tasa de graduación en ESO. Pero, además, repetir no vale lo mismo en las distintas comunidades autónomas. Esta conlleva tasas de graduación en la ESO superiores a la media en el País Vasco, Navarra y Aragón, que, en los dos primeros casos, son dos de las comunidades donde menos se recurre a la repetición. En el polo opuesto, las comunidades donde más baja es la tasa de graduación en la ESO de los alumnos repetidores son Cataluña, Castilla-La Mancha y Asturias.

Para Francisco López Rupérez e Isabel García García, autores del estudio, esto significaría que las actuaciones de atención específica, apoyo o acompañamiento de los alumnos repetidores serían más efectivas en el País Vasco, Navarra y Aragón, comunidades que habrían apostado por políticas de compensación adecuadas tanto para prevenir la repetición como para acompañar a los alumnos que han repetido.

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