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Butragueño: "Mis hijos saben que su primera responsabilidad son las notas"

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Autor: Zaida PÉREZ DE ARANDA

El mítico jugador a la que debe su nombre la “Quinta del Buitre”comenzó a jugar al fútbol a los 13 años en el Colegio “Calasancio” de Madrid. Licenciado en Empresariales, se considera un “padre exigente” con los estudios de sus hijos y aboga por no descuidar jamás la formación de los jóvenes deportistas.

P. ¿Cómo empezaste a jugar al fútbol?
R. En la vida muchas veces surgen las cosas por casualidad. Yo jugaba en el colegio con mis amigos, primero al baloncesto, de los 10 a los 12 años, y a los 13 empecé con el fútbol, pero por diversión y sin ningún espíritu de llegar a ser profesional. Así estuve hasta los 18 años, que me incorporé al tercer equipo del Real Madrid.

P. Pero antes empezaste a entrenar en el Atlético y fue tu padre el que te influenció para que acabaras en el Madrid…
R. Bueno, no fue así exactamente. Cuando estaba en mi último curso del colegio, a los 17 años, hice una prueba en el Real Madrid y más o menos me rechazaron, y a las pocas semanas, el Atlético de Madrid se interesó mucho por mí. Estuve entrenando tres días con ellos y me hicieron una oferta muy buena. Cuando ya estaba a punto de jugar en el Atlético, el propietario de un bar que estaba justo al lado del Colegio “Calasancio” y era el padre de un jugador del Castilla –filial del Madrid– que se llamaba Juanito, le dijo a mi padre que no podía permitir que su hijo jugara en el Atlético y que iba a hablar con el Real Madrid para que me hicieran otra prueba y estuviera entrenando una semana. Si después de esa semana no tenía nivel, me iba al Atlético. Estuve entrenando dos semanas con un juvenil del Madrid y el club cambió su opinión y me propuso incorporarme para la siguiente temporada. Y como en mi casa somos madridistas, aceptamos.

P. Tú entonces ya eras socio del Madrid, ¿no?
R. Yo soy socio del Real Madrid desde que nací y de pequeño iba con mi padre a ver todos los partidos.

P. ¿Crees que los 13 años es una buena edad para empezar a jugar al fútbol o hay que empezar antes?
R. A los 13 fue la primera vez que jugué en un equipo, pero desde pequeñito ya jugaba al fútbol con mis amigos. En aquella época jugábamos en la calle porque no había tantos coches como ahora y había más zonas verdes. Yo creo que cuanto antes comiences a jugar, mejor; es como todo, cuanto más practiques, más mejoras.

P. Pero siempre con un control.
R. La cuestión es que el niño sea feliz. El deporte ayuda a desarrollar la personalidad del niño porque implica disciplina, vida sana, afán de superación, capacidad para relacionarse con los demás, saber ganar y perder, y todo esto es bueno para educar al niño. El deporte es una escuela magnífica.

P. ¿Y si hablamos de niños que ya van para profesionales? Por ejemplo, el Real Madrid ofrece formación infantil. ¿Consideras que esto es bueno para los chavales?
R. No debemos olvidar que el niño es un niño y tiene que tener una formación como persona. Yo siempre he sido un gran defensor de los estudios. Al margen de si tiene suerte y llega a estar en un gran club con 15 años –lo que implica una posibilidad futura de ser profesionales–, un jugador de fútbol es una persona que hay que formar, moldear y pulir. Jamás un joven futbolista debería abandonar sus estudios.

P. Tú eres un ejemplo de compaginar los estudios con el fútbol…
R. Bueno, reconozco que es difícil, pero hay que pensar que la vida es muy larga. Si llegas a ser profesional, hay muchas horas libres a lo largo del día que hay que ocupar adecuadamente.

P. Supongo que para tus hijos esperas lo mismo, ¿pero quieres que aparte de una buena formación, alguno siga tus pasos en el fútbol?
R. Si el día de mañana mi hijo quiere ser futbolista que lo sea, pero en absoluto estoy forzando la situación. Lo que pretendo es que disfrute, entienda lo que es una disciplina de grupo y aprenda a tener afán de superación, lo que le ayudará en cualquier faceta de su vida. Para mi mujer y para mí los estudios son muy importantes y como primera responsabilidad, tiene que cumplir en el colegio y sacar buenas notas.

P. ¿Te definirías como un padre exigente con los estudios?
R. Sí, mucho. Mi mujer dice que demasiado, pero yo creo que en ese aspecto nunca se es demasiado exigente.

P. ¿Crees que dentro de la educación reglada que reciben los niños en el colegio debería tener más importancia el deporte?
R. Sí, porque es una fuente de generación de valores nobles.

P. Muchas veces has agradecido la educación que has recibido de tu familia, ¿cómo ha influido en tu carrera deportiva?
R. Todos somos hijos de nuestro entorno y el ambiente en el que creces te deja huella en tu manera de ver la vida. Yo siempre digo que procedo de una familia normal que ha intentado siempre estar unida, con muchos valores familiares. De hecho, nosotros siempre intentamos pasar las vacaciones todos juntos con los abuelos para que nuestros hijos aprendan a convivir con ellos y a escucharlos y aprovechar su experiencia. Los valores de la familia son absolutamente fundamentales. La familia supone un equilibrio emocional que ayuda a afrontar los retos a los que cada uno aspira.

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