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Cumpleaños infantiles: ¿Son los parques de bolas piscinas de bacterias?

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Restos de heces o vómitos son algunas de las sustancias que un reciente estudio ha encontrado en parques de bolas preparados para terapias físicas infantiles. Esto pone sobre la mesa los protocolos de limpieza en los parques de ocio similares que son habituales en las celebraciones infantiles.

Por Ana Veiga

Te pongo en situación. Es el quinto cumpleaños de tu hijo y quiere invitar a toda su clase. Tú miras con preocupación tu salón e intentas calcular cómo encajar decenas de niños en un sofá biplaza. Asumes que es una misión suicida así que te lanzas a Internet a la busca de un parque infantil donde poder llevarlo y reservas el día. ¿Es la mejor opción? En cuanto a diversión, seguro. ¿Y en lo que respecta a la higiene?

Precisamente esto es lo que han querido analizar un grupo de investigadores de la Universidad de North Georgia y otros centros, publicado en la ‘American Journal of Infection Control’ (AJIC), la revista de la Asociación de Profesionales en el Control de Infecciones y Epidemiología. Bueno, precisamente no, sino que han estudiado las piscinas de bolas de centros sanitarios donde se realizan terapias físicas con menores para proporcionarles estimulación sensorial, que son similares a las usadas para ocio.

Los investigadores han tomado al azar de 9 a 15 bolas de distintas profundidades de seis piscinas distintas. ¿El resultado? La investigación ha llegado a encontrar «una considerable colonización microbiana en piscinas de bolas ubicadas en entornos clínicos, incluidas 8 bacterias patógenas oportunistas y 1 levadura patógena oportunista». Es decir, encontraron en ellas restos de vómito, heces y orina. Los microorganismos presentes en dichas sustancias pueden acumularse en las piscinas de bolas a niveles que aumentan la facilidad de transmisión a quien las usa.

Entre las bacterias encontradas, se encuentra la Enterococcus faecalis (relacionada con endocarditis, septicemia, infección de orina o meningitis), la Staphylococcus hominis (que puede provocar infecciones en la sangre), la Streptococcus oralis (endocarditis) y la Acinetobacter lwofii (relacionada con la septicemia, neumonía, meningitis o infecciones de orina).

Según el estudio, un 97% de las bolas analizadas tenían un número alto de las bacterias citadas. Curiosamente, ese 3% restante tenía un nivel muy inferior, una diferencia que los expertos atribuyen a los distintos procesos de limpieza. ¿Cómo se limpian los parques infantiles? Una encuesta hecha hace varios años en el Reino Unido afirmaba también que solo «una de cada mil piscinas de bolas puede estar libre de fluidos corporales que producen microbios diariamente». Pero ¿y en España?

Según el estudio, un 97% de las bolas analizadas tenían un número alto de bacterias.

En nuestro país no existe una regulación sobre el periodicidad de la limpieza de los parques de bolas. Sí reciben visitas de inspectores de Sanidad que revisan las condiciones en las que se sirven las comidas -en aquellos parques que incluyen meriendas- pero no hay un análisis sobre la salubridad de los parques.

¿Significa este estudio que no debemos usar las piscinas de bolas? No necesariamente. Pero justamente centran sus conclusiones en la necesidad de seguir investigando e de imponer protocolos de limpieza. «Aunque es normal ver microbios humanos en muchos ámbitos, se debe realizar un estudio adicional de la cantidad de colonización bacteriana y, si es necesario, se deben desarrollar protocolos de limpieza estandarizados para limitar la presencia de patógenos oportunistas en este entorno«, afirman.

Garantizar la salud

Muchos padres y madres tienden a limpiar compulsivamente a su progenie y evitar que se manchen o toquen el suelo. ¿Qué papel juegan los gérmenes en la salud del niños? ¿Es necesario convertirse en ‘padres misófobos’? Javier Moliner, médico en en el Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Clínico Universitario «Lozano Blesa» de Zaragoza, hace un llamamiento a la calma. «El entorno en el que vivimos no es estéril. Las bacterias forman parte tanto de nuestro entorno como de nuestro cuerpo; incluso algún estudio ha calculado que el cuerpo humano de un adulto tiene entre 1 y 2 kilos de bacterias, casi 40 billones – con b de bacterias-«, explica.

Asimismo, indica que las especies de bacterias encontradas en las piscinas sí pueden producir enfermedades «pero en los niños sanos, las probabilidades de infectarse con estas bacterias son muy bajas». Incluso, aclara que algunas de las bacterias que producen enfermedades están también presentes en nuestro cuerpo. El problema surge «cuando aparece un desequilibrio entre nuestro sistema inmune y el número o la agresividad de las bacterias que producen enfermedades». En el estudio mencionado, se habla de que las bacterias presentes pueden superar los niveles admitidos, inclinando la balanza hacia lo peligroso e infeccioso.

La clave para Moliner, como para los responsables del estudio, es la higienización del espacio. «No debemos evitar estos parques de ocio porque las bacterias están presentes en cualquier ámbito pero sí es importante adecuar la limpieza de los espacios a cada tipo de instalaciones. No es lo mismo una cocina industrial, un laboratorio o un quirófano, que otros lugares de uso más general. En los lugares, se requiere una vigilancia más estricta y se realizan análisis como el del estudio que buscan asegurar que los niveles de contaminación cumplen las normas de seguridad. Una instalación como un parque infantil debería tener, a priori, el mismo trato que otras instalaciones de uso público».

¿Cómo podemos prevenir y proteger a nuestros hijos si han asistido a un parque como los mencionados? Moliner anima a establecer sencillas pautas de limpieza en casa, como «lavarse las manos o eliminar restos de suciedad en la ropa». Y no solo tras ir a un parque de bolas sino que hay medidas de las que los padres se suelen olvidar. «Hay costumbres muy extendidas en nuestra sociedad que deberíamos revisar, como por ejemplo el error de coger un trozo de pan que se cayó al suelo y comerlo. Eso no es nada recomendable«, comenta.

Otro gesto extendido es no cortar cuidadosamente las uñas de nuestros hijos, algo que es más importante de lo que puede parecer «porque debajo de las uñas se acumula mucha suciedad y bacterias».

 

 

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