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Escuela de Padres 3.0. - Educar en la igualdad

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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La Educación en la igualdad también está en nuestra propia casa siendo modelos de referencia e impartiendo una Educación en el feminismo desde la infancia.

Por Elisa Sal 

Las mujeres llevamos más de un siglo luchando por defender nuestros derechos y la igualdad entre hombres y mujeres. Al contrario de lo que muchos creen, la lucha por la igualdad no es sólo en beneficio de las mujeres, sino en beneficio de todos, porque con la igualdad ganamos todos, la sociedad entera gana. La Educación en la igualdad también está en nuestra propia casa siendo modelos de referencia e impartiendo una Educación en el feminismo desde la infancia.

Y con hijos quiero decir, niñas y niños, no sólo se trata de educar a las niñas para que aprendan a defender sus derechos y su lugar en la sociedad, sino también a los niños varones para que crezcan respetando esos derechos y los defiendan igualmente porque será en beneficio suyo también.

Hay que ir eliminando los estereotipos de género liberando a las niñas de las etiquetas sobre que tienen que ser dóciles y complacientes, que tienen que portarse como “señoritas”, vestirse de color rosa, estar siempre bellas y perfectas, jugar con muñecas o a las casitas… pero también debemos liberar a los niños de la condición de tener que ser chicos fuertes y valientes, de tener que esconder sus emociones y sentimientos.

Hay que hablar de sexo y sexualidad desde edades tempranas, por supuesto, adecuando el lenguaje y la información que les damos a su comprensión de las cosas según su edad, pero tienen que aprender desde pequeños a amar su cuerpo, a conocerlo y a defenderlo porque es suyo y ellos marcan los limites. Que aprendan que decir “no” cuando “no” les parece lo correcto es motivo de orgullo. Hay que enseñarles que de la misma manera que esto se aplica para su vida y su cuerpo, se aplica para el de los demás.

Tienen que sentir que son personas completas, que no les falta ninguna mitad para evitar que luego sientan esa sensación de dependencia o de sensación de pérdida constante que luego generen situaciones de control y celos. Los padres y madres podemos fomentar todo esto dando ejemplo manteniendo con nuestra pareja una relación sana afectivamente, basada en el respeto y la independencia de cada cual, llegando a acuerdos de forma pacífica y, sobre todo, sin ningún tipo de violencia de género.

Tenemos que vigilar el lenguaje que utilizamos en casa, por ejemplo, erradicando frases que tienen como objetivo demostrar que alguien “ayuda en casa”. Tenemos que ser ejemplo de corresponsabilidad en el hogar, porque las tareas del hogar y de cuidado de los hijos son comunes, son cosa de dos. Y esto es general para todas las tareas que se hagan en casa o respecto a la familia, es decir, tenemos que demostrar a nuestros hijos que papá puede planchar la ropa y mamá puede hacer un agujero en la pared con el taladro, lo mismo que hacer que los hijos sean también partícipes y capaces de hacer sus propias tareas en el hogar, fomentando así el trabajo en equipo sin adjudicar tareas según género.

Dotarles de referentes de mujeres que han sido fuertes y capaces. Para ese cometido nos puede servir de ayuda la lectura y la cantidad de libros sobre grandes mujeres que han cambiado la historia que se han publicado con mucho éxito en los últimos años, libros que deberían de leer también los niños para que crezcan con los mismos referentes, sabiendo desde pequeños “que las chicas también pueden”.

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