La importancia de trabajar la resiliencia en los niños
adrián cordellat
Hablamos, por tanto, de una capacidad que siempre ha estado ahí, pero cuyo nombre e importancia no se ha generalizado hasta los últimos años, convertida hoy la resiliencia en una de las características más buscadas y cotizadas entre los empleadores.
Para José Luis Gonzalo, psicólogo clínico y co-organizador del evento Conversaciones sobre apego y resiliencia infantil, la resiliencia iría incluso un paso más allá de esa capacidad de adaptarse y sobreponerse a una adversidad e implicaría también la capacidad de la persona “para crecer a partir de la misma y salir transformado y fortalecido”.
De ahí su importancia en un entorno tan cambiante y volátil como el actual, una circunstancia que hace más trascendental si cabe su desarrollo en los niños de hoy, que serán los adultos del mañana. “Todos sabemos que las dificultades, conflictos y adversidades son parte de la vida y el desarrollo del ser humano pasa por una serie de desafíos, algunos que les provocarán dolor y frustración, pero si confían en sus recursos y en el apoyo de los suyos podrán salir adelante. La resiliencia es una actitud y, por lo tanto, es un potencial de esperanza que ayuda a las personas a recuperarse de situaciones complejas”, argumenta Maryorie Dantagnan, pedagoga, psicóloga y co-directora del centro IFIV de Traumaterapia infanto-juvenil sistémica.
Partamos de la base, como explica Gonzalo, de que no existen recetas mágicas para desarrollar la resiliencia en los niños y de que ésta se va consiguiendo a lo largo del desarrollo vital “siempre y cuando los padres y adultos que formen la red psicosocial del niño se impliquen y trabajen por y para ello”. Los padres también son una pieza central para Dantagnan que destaca la necesidad de reconocer a los progenitores “como fuentes principales de los buenos tratos de sus hijos, que a su vez explicarían sus capacidades de resiliencia”.
Teniendo en cuenta esto, surge una pregunta: ¿Podemos criar hijos resilientes si nosotros, como padres, no lo somos? Para José Luis Gonzalo este hecho “dificulta” el desarrollo de la resiliencia en los niños porque éstos necesitan “a ese adulto competente”. No obstante, hay caminos para la esperanza, porque como afirma el experto los padres “pueden dejarse ayudar” y, además, los niños pueden desarrollar un proceso resiliente “gracias a otras personas como las familias de acogida o educadores (en casos graves de desprotección), el círculo familiar extenso o los maestros”.
Para desarrollar la resiliencia Gonzalo destaca la necesidad de todo niño de contar a su lado con al menos una persona “que crea en él durante todo el tiempo que dure su crecimiento y maduración y satisfaga sus necesidades (físicas, afectivas, éticas y normativas)”. Un adulto que según el psicólogo debe ser “coherente pero flexible, estable emocionalmente, afectivo pero firme, y que estimule el desarrollo del niño a través del juego”.
Unas características que adquieren importancia porque los niños, sobre todo, aprenden de lo que ven en sus referentes: “Aprende de cómo actuamos, de la coherencia entre lo que decimos y hacemos, de cómo reflexionamos y afrontamos las dificultades y adversidades de la vida. Aprenden de lo que ven y de lo que les inculcamos y enseñamos, porque lo interiorizan”, reflexiona.
Maryorie Dantagnan destaca lo vitales que resultan las experiencias que los niños viven en su primera infancia, durante sus tres primeros años de vida, ya que los cuidados, la estimulación, la protección, y el afecto por parte de los cuidadores primarios que se ofrecen durante esta etapa “favorecen la emergencia de la resiliencia ofreciendo vinculaciones afectivas seguras, fiables y continuas”.
“Lo malo es que nuestra sociedad fuerza a los niños a una autonomía cada vez más prematura y al háztelo tú mismo”, añade por último José Luis Gonzalo, que considera que el ritmo de vida actual, con cada vez menos tiempo y energías para dedicar a los niños, tampoco ayuda. “Lo que está en juego a medio y largo plazo es nada más y nada menos que la salud mental y el bienestar físico de la sociedad”.