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La técnica de la tortuga

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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La Psicología infantil cuenta con herramientas que facilitan
el manejo de los más pequeños cuando aún no
son muy conscientes de sus comportamientos (rabietas,
etc.). La técnica de la tortuga, por ejemplo, es muy útil
para ayudar a los niños a relajarse.

Autor: MARTA SERRANO

¿Cómo modificar conductas? El vicerrector de Investigación de la Universidad Camilo José Cela y Doctor en Psicología, Adolfo Sánchez Burón explicó a PADRES la técnica de la tortuga como una estrategia para eliminar o reducir conductas no deseadas o violentas en los niños de educación infantil.
La llamada Técnica de la Tortuga, diseñada por Schneider y Robin e impulsada, entre otros, por Sánchez Burón, ayuda al adulto a evaluar el ambiente del niño, su entorno, sus pensamientos y sentimientos así como la respuesta motora del niño y sus posibles efectos. Una vez evaluado, la Técnica de la Tortuga permitirá utilizar un sistema de intervención para cambiar la conducta del niño como, por ejemplo, las relajaciones. De este modo, cuando un niño tenga un impulso violento, se le enseñará, en palabras de Sánchez Burón, a «meterse dentro de su caparazón y a relajarse».

 CINCO SEMANAS

Este sistema está dividido en cinco semanas durante las cuáles se enseña al niño a aplicar dicha técnica en el momento apropiado buscando, a su vez, el apoyo de su entorno y de sus compañeros como reforzamiento continuo. Para el buen funcionamiento de este proceso, es preciso asociar el valor de la relajación a la conducta del niño para que así aprenda a diferenciarlo de la tensión y lo emplee durante la fase final del proceso.
De este modo cuando la conducta ya ha sido interiorizada por parte del niño, hay que disminuir el refuerzo para no depender de éste y así conseguir el objetivo final: generalizar la conducta. Es decir, que el niño no necesite un aplauso posterior de sus compañeros para que le premien su actitud. De este modo, la conducta tenderá a mantenerse siendo independiente del refuerzo y generalizándola en todo tipo de situaciones.
Por último, hay que enseñar al niño la conducta cognitiva, una serie de pensamientos que le ayuden a controlar sus impulsos. En ella, el sujeto aprenderá a definir la situación problemática, a pensar respuestas para hacerla frente, a evaluar las consecuencias y a seleccionar la mejor de ellas, poniendo en practica la solución que ha elegido y así verificar los resultados obtenidos.

 SI TE VAN A PEGAR…

Pongamos un ejemplo. Con esta técnica al niño se le enseña una conducta alternativa ante situaciones que para él son negativas o violentas como en el caso de estar en la guardería o el colegio y si otro niño le va a pegar.
El primer paso sería reaccionar mediante la conducta de la tortuga, que es algo similar a esconderse en un caparazón). Esta fase se basa en eliminar o reducir) una conducta porque aprendemos una conducta alternativa. Es decir, no basta con decirle a un niño constantemente que se porte bien o que no pegue. Al decirle «tortuga» el niño aprenderá a meterse en su caparazón, pararse y reflexionar. Así podrá reaccionar de modo distinto. Podemos hacer que el niño lo tome como un juego.
Posteriormente, es necesario cuidar el efecto que tiene esta conducta en el ambiente. Por ello, tras la emisión de una conducta de la tortuga (pararse en lugar de pegar), hay que reforzar al niño (con aplausos) o con refuerzos materiales, (como puntos para luego participar en un concurso). El niño repetirá esta conducta
si conlleva consecuencias positivas (status, en la familia, aplausos, atención, felicitación de los padres, etc.

 DECÁLOGO PARA LOS PADRES

1. Todas las conductas se aprenden.
2. Padres son los modelos a través de los que los niños aprenden la mayoría de sus conductas.
3. Los padres deben tener claras las normas de convivencia en la familia.
4. Los padres deben explicar a los hijos el por qué de las normas en la familia ajustándose a la edad.
5. Si queremos fomentar la aparición de algunas conductas es necesario que vayan acompañadas de consecuencias positivas.
6. Con frecuencia dedicamos mucha atención a las conductas molestas e inadecuadas.
7. Toda conducta que no tiene un efecto en el ambiente donde se produce tiende a extinguirse.
8. Los padres los mejores modelos para reforzar conductas.
9. Cambiar conductas es lento.
10. El comportamiento de los padres influye en su personalidad

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