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María Campo: "Están acostumbrados a tener todo lo que piden y la vida no es así"

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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María Campo, profesora del Máster en Orientación Familiar de la Universidad Internacional de La Rioja

 

Por Eva Carrasco

A veces los adultos suplimos nuestra falta de tiempo con los niños satisfaciendo sus caprichos o bajo la premisa de que si se lo puedo comprar ¿por qué no? María Campo, profesora del Máster en Orientación Familiar de la Universidad Internacional de La Rioja, pone de manifiesto, en esta entrevista, el flaco favor que se le hace a los niños de cara a su desarrollo emocional.  Señala los beneficios de educar a los más pequeños en un consumo responsable y en la gratitud y propone estrategias para ayudarles a manejar la frustración y aprender a diferenciar lo que necesitan de lo que desean.

 

¿Cómo le explicamos a los niños que están acostumbrados a tener todo lo que quieren que no siempre se puede, ni se debe?

Debemos procurar que tengan conocimiento de situaciones diferentes a las que ellos viven para que sean conscientes de que hay niños que tienen necesidades. Algo muy característico del momento de la sociedad actual no solo es que tienen todo lo que quieren, sino que además lo tienen de manera inmediata. Esto genera una aceleración constante en el hecho de querer hacer más y tener más y llega un momento que exigen tenerlo. No agradecen, no valoran, y piensan es que lo normal y lo natural tener todo eso. Es importante que ellos sean conscientes de que hay que dar gracias por lo que tengo porque podría no tenerlo.

 

¿Sería una buena opción algo de voluntariado acorde a su edad? A veces sencillamente es que los niños no son conscientes de que existen otras realidades

Visitar personas necesitadas o salir del barrio o del pueblo donde viven a otros entornos o conocer ONGs que trabajan con personas con necesidad, les puede permitir darse cuenta de que existen otras realidades fuera de su pequeña burbuja de su barrio o su familia. Algo en lo que se implican mucho es cuando apadrinan a un niño, porque pueden compartir lo que tienen y hacerles conscientes de que su realidad no es la misma que la del niño apadrinado que está en otro país. Es una manera de ver a través de las cartas y las fotos la necesidad que tienen otras personas y hacerles valorar lo que ellos tienen y ser agradecidos.

Es importante también educar en la necesidad. No porque podamos comprar algo, lo vamos a tener que comprar siempre. Se trata de educar en la tolerancia a la frustración, porque hay niños que quieren algo y como no lo consiguen se frustran, montan una buena pataleta y entonces los padres acaban dándoselo y tienen que aprender a no tener siempre lo que quieren y a aceptar que esto es así. Hay muchos valores detrás.

 

Puede que algunos padres piensen, si se lo puedo comprar, se lo compro y ¿qué mal le hago? Esa es una frase que muchos padres dicen, pero no es cuestión de poder o no poder, es cuestión de que hay que enseñarles a los niños a que no todo lo que quieran en esta vida lo van a tener. A lo mejor le pueden dar materialmente todo, pueden satisfacer todos los deseos de su hijo, pero es que va a llegar un momento en que nada les va a hacer ilusión. A lo largo de la vida habrá cosas no materiales que no podrán tener y que realmente les genere una frustración increíble y un problema emocional y de crecimiento personal porque no están acostumbrados a luchar por las cosas ni a recibir un no por respuesta. Están acostumbrados a tener todo lo que piden y la vida no es así.

 

¿Este año lo han descubierto?

Claro, estamos en una situación en la que nos gustaría a todos hacer miles de cosas que no podemos hacer y la vida nos ha dicho “mira lo siento, pero no puedes” y es verdad que aquellas personas que están acostumbradas a hacer todo lo que quieran les ha afectado mucho más esto. Entonces, es un aspecto educativo, no solo es una cuestión de comprar todo lo que quiera porque puedo, sino ser conscientes de que eso les implica una serie de complicaciones a nivel emocional y desarrollo personal.

 

¿El querer tenerlo todo aquí y ahora es una insatisfacción continua? porque en el momento que tienen una cosa ya quieren otra.

Efectivamente, nunca va a estar feliz con lo que tiene. Es cierto que los niños necesitan cambiar constantemente y esto está asociado a su desarrollo cognitivo y de atención. Por eso hay veces que están jugando con una cosa y enseguida pasan a jugar con otra. Hay que estar con ellos y acostumbrarles a que alarguen más los tiempos, que no vayan dejando las cosas, sino que después de jugar con una cosa la guarden antes de pasar a otra y que cuiden los juguetes. Pero siendo conscientes que cambiar les motiva, también es interesante poder guardar unos juguetes que tengamos y no tenerlos todos a mano de tal manera que de vez en cuando sacamos uno y les parece que es nuevo. Es una forma de valorar lo que tenemos, porque aquellas personas que piensan constantemente en lo que no tienen están insatisfechos y no son felices.

 

Esto significa criarles a contracorriente ¿Cómo les influye la presión del grupo?

¿Cómo les ayudamos a ser el diferente?

Es muy complicado, pero todos los educadores estamos viendo la importancia que tiene en el desarrollo humano el hacer bien estas cosas. En las sesiones de orientación familiar insisto mucho a los padres para que tengan muy claro lo que quieren para sus hijos, con independencia de lo que la sociedad marque. Es difícil, pero de ahí salen personalidades fuertes que saben qué es bueno para ellos y que saben decir que no a muchas cosas en la sociedad y esto es muy importante

Hay etapas más complicadas, como la adolescencia, pero si lo hemos hecho bien desde pequeños y están acostumbrados a que eso es así, será más fácil. Desde luego, aquellos que están acostumbrados a tener todo lo que quieren van a tener más conflictos durante la adolescencia porque tienen mayor insatisfacción.

 

¿Qué importancia tiene el ejemplo que damos los padres?

En la educación de los hijos los padres somos modelos para todo. Lo que no puede ser es que les digamos que ellos no pueden tener el juguete de moda y que a casa estén llegando todos los días paquetes de tiendas online. También tienen que ver que hay cosas que te gustaría tener pero que no lo compras porque ahora no es momento o realmente no lo necesitas. Hay que hablarlo con normalidad y no significa que no se tengan cosas, no se trata de que nos vayamos a los extremos.

 

En estos momentos, muchas familias que están pasando por momentos difíciles ¿como afrontan con los niños el bombardeo consumista?

He tenido la experiencia de ver familias que lo están pasando muy mal, que no pueden pagar apenas los gastos mensuales y que siguen dándoles a sus hijos lo que piden, porque no quieren que sus hijos sufran. Están en un bucle del que no saben como salir. Son situaciones en las que realmente hay que hablar con los niños. No se trata de angustiar a los niños, sino de darles la información a su medida ya que no tienen la madurez de un adulto para encajar las cosas, pero no les podemos abstraer de la verdad. Esto es una oportunidad muy grande para que los niños maduren y aprendan lo que realmente es importante en la vida. En estos momentos, lo positivo es que si lo hacemos bien nuestros pequeños que están viviendo esta pandemia van a valorar muchas cosas cuando se pase. Todos podemos aprender mucho si lo hacemos bien.

 

La vida nos ha demostrado que no podemos garantizar una vida sin problemas a nuestros hijos. De repente todo cambia.

Lo que necesitan los niños es el amor de sus padres y el tiempo y es algo que ha estado durante mucho tiempo carente. Ahora hay muchas familias que se han quedado sin trabajo y que ahora tienen la oportunidad de estar más tiempo con sus hijos y darles cariño y atención, afecto, tranquilidad y al final eso es lo importante y lo que queda.

Tenemos que centrar la atención en lo importante.

 

 


Estrategias para el día a día

Manejar la frustración de un niño que quiere algo y lo quiere ya

Aprender a aceptar el no. Es lo que denominamos terapia de choque. Se trata de crear situaciones en las que el niño realmente se de cuenta que no le queda otro remedio que aceptar el no, que a pesar de que él esté deseando una cosa determinada, sus padres le van a decir que no.

Pensar muy bien lo que les concedemos. Que el niño desee cosas y que tenga ilusión por las cosas es bonito. Pero sabiendo que no lo va a obtener en el momento, sino que va a tener que esperar y para eso le tenemos que hacer esperar.

Evitar compensaciones económicas: Hay que intentar evitar dar compensaciones económicas por aquello que hacen bien, que es algo en lo que se está cayendo mucho hoy en día. Efectivamente hay que reforzar el comportamiento positivo, pero no es necesario algo material.

Hacerle ver que tiene muchas cosas y muchas que no utilizan. Porque como tienen tanto no juegan con nada. “Si realmente quieres esto, pues todo lo demás que tienes lo vamos a regalar porque hay niños que lo necesitan y tú no lo estás utilizando. Hacerle ver que quizás tiene que jugar más con lo que tiene.

Acostumbrarles día a día que no pueden pedir constantemente cosas porque no se les va a dar. Las pueden tener como ilusiones, pero sabiendo que las tendrán cuando toque, que será en momentos especiales.

Alargar las necesidades. Es decir, por un lado, valorar si es necesario o no, y si es necesario igual hay que comprarlo, pero a veces también podemos esperar. Hay necesidades que a veces hay que saber alargar un poquito para vivir con un poquito de austeridad y no tener todo perfecto en el momento en que queremos.

Son estrategias para que el niño vaya sintiendo que tiene que aprender a negar sus impulsos y sus necesidades. El niño se va a enfadar los primeros días cuando le decimos que no, pero en el momento que vea que es así y que es inamovible, los niños son muy inteligentes y no van a malgastar esfuerzos. Ellos lo intentan siempre.

 

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