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Niños y niñas, las víctimas invisibles de la trata de seres humanos

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Con ocasión del Día Mundial contra la Trata de Personas, celebrado el pasado 30 de julio, Accem quiso centrar la atención en los casos de trata de niños y niñas, por tratarse de situaciones invisibilizadas y cuyas víctimas se encuentran en una situación de extrema vulnerabilidad.

 

Muchos niños y niñas son captados en sus países de origen, aunque a menudo lo son en los países de tránsito cuando viajan solos durante sus trayectos migratorios. En otros casos la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran en los países de destino les expone a ser reclutados por las redes de trata, también debido a una falta de protección adecuada. De entre el extenso catálogo de formas que toma la trata de personas, además de la explotación sexual, los y las menores se ven abocados a otros tipos de explotación mucho menos visibles, como son el ejercicio de la mendicidad y la criminalidad de manera forzada o contraer matrimonio en contra de su voluntad.

 

Dificultades para la detección de víctimas de trata en el sistema español

Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), casi un tercio de las víctimas de trata es menor de edad. Este dato contrasta con los últimos datos ofrecidos por el Ministerio del Interior, que muestran que entre 2013 y 2017 fueron detectadas cerca de 100.000 personas en situación de riesgo de ser víctimas de trata. Sin embargo, finalmente solo fueron reconocidas como tales 1.097, de las cuales, únicamente se tuvo constancia de 67 menores de edad.

Para Accem, entidad con una experiencia avalada con el reconocimiento de la Organización Nacional de Trasplantes por su actuación en el primer intento fallido de trata para la compra-venta de órganos en España, esta diferencia pone de manifiesto las dificultades existentes en la recopilación de datos y las carencias en las herramientas existentes para llevar a cabo una correcta identificación de las víctimas de trata, especialmente en lo que respecta a niñas y niños.

Entre las causas que impiden hacer una identificación eficaz, Accem argumenta que la realidad de la trata es un fenómeno en constante cambio: “Las redes de trata se adaptan continuamente a las nuevas rutas y flujos migratorios, a la vez que modifican sus métodos de captación y perfeccionan sus técnicas de manipulación y coacción para asegurarse el control de las víctimas. De esta manera, los protocolos y herramientas para combatir este fenómeno quedan rápidamente obsoletos”.

Más formación y recursos para hacer frente a las redes de trata

Desde la ONG, que en 2014 logró en nuestro país el segundo reconocimiento como persona refugiada a una víctima de trata, se apunta a los estereotipos como uno de los elementos principales en las deficiencias en el sistema de detección: “Entre las víctimas no solo hay mujeres nigerianas y rumanas. Limitar los perfiles a unos cuantos estereotipos solo consigue que pasen desapercibidos otros tipos de víctimas y no se haga frente a las redes de trata como debiera hacerse”.
Para poder superar estas dificultades Accem destaca que “hace falta más formación para visibilizar todas las formas de trata más allá de la explotación sexual, y todas las personas que pueden ser afectadas”. Del mismo modo, se requieren más recursos y herramientas, no solo para visibilizar todas estas formas de trata invisibilizadas, sino también para garantizar la seguridad de las víctimas a la hora de denunciar estos casos, ya que muchas de ellas no lo hacen por las coacciones de los responsables de las redes criminales y por miedo a las represalias contra ellas o contra sus familias en sus países de origen.
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