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Patricia Ferrández: “Pensar que el orden lo aprenderán de manera autónoma es un error”

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Patricia Ferrández es la autora del libro ‘Enseña a tus hijos a ser ordenados’ (La Esfera de los Libros) y la fundadora de la empresa Armonía Home que ayuda a las personas a mejorar su vida a través del orden. 

 

Por Gema Eizaguirre

Esta licenciada en Economía es coach de organización cuya labor consiste en “crear sistemas de organización y a mantenerlos en el tiempo para que las personas recuperen así el control de sus espacios y de su vida”, explica. Es la fundadora de la empresa Armonía Home que ayuda a las personas a mejorar su vida a través del orden.

¿En qué se basa su método?

Mi método está basado en mi experiencia como organizadora profesional y facilitadora en educación positiva a las familias, así como de los talleres y cursos que he impartido en esta materia. A lo largo de estos años he visto como los retos a los que se enfrentan las familias son siempre los mismos “discusiones o gritos para recoger”, “prisas por las mañanas” … Por eso decidí crear un método basado en mis conocimientos y experiencia con el fin de cambiar la mirada y conseguir la armonía familiar.

El libro está estructurado como un manual. ¿Cuál es su uso más adecuado?

El libro está orientado a madres, padres o educadores de niños desde su nacimiento hasta aproximadamente los 10 años de edad. En él propongo una serie de pasos a dar para ayudar a los niños a ser ordenados y adquirir los valores que esto conlleva. Está estructurado en siete capítulos en los que encontrarán numerosos ejemplos y herramientas para empezar a ponerlas en práctica con los niños.

¿Por qué educar en el orden?

Para mí el orden es la base de todos los valores. Si queremos fomentar en los niños valores como la responsabilidad, la autonomía o la confianza, tenemos que empezar por el orden. El orden exterior les ayudará a ir estructurando sus ideas, sus pensamientos y a ir adquiriendo muchas otras habilidades de vida. Cuando pregunto a los padres si les gustaría que sus hijos fueran ordenados todos suelen responder que sí, en cambio muy pocos o ninguno les enseña la manera de hacerlo. Pensamos que es algo que aprenderán de manera autónoma y esto es un error.

¿Hay distintos tipos de orden?

El orden es algo totalmente personal. Lo que para ti puede funcionar para otros no. El orden hay que adaptarlo a cada persona, a su espacio y a su vida. Por eso es importante empezar por pensar qué tipo de estilo de vida nos gustaría llevar o cuál es nuestra relación con los objetos y a partir de ahí, ir adquiriendo una serie de hábitos coherentes con esto.

¿Cuáles son las principales ventajas del orden?

El orden para mí supone un estilo de vida, pero siempre visto desde la flexibilidad ya que si no podríamos estar hablando de patologías. El orden y la organización nos facilitan la vida, nos aporta tranquilidad, nos permite ahorrar tiempo y dinero, nos ayuda a tener el control de nuestra vida y esto es igual de importante en niños que en adultos. Si nosotros como adultos tenemos integrado el orden en nuestra vida será algo que el niño experimente desde que nace y esto le va a ayudar a estructurar todos los ámbitos de su vida.

Muchas veces se ve el orden como lo opuesto a espontáneo y creativo…

Yo creo que siempre hay un término medio y hablar de orden no significa hablar de rigidez. La vida es puro cambio por lo que siempre hay que dejar espacio a la improvisación y a la flexibilidad. Tener un ambiente ordenado nos va a aportar claridad, paz, armonía, pero esto no significa que de vez en cuando ese ambiente se desordene. Además, también habrá épocas en que pasemos por cierto desorden interior y esto se refleje en nuestro exterior, pero yo creo que la clave está en lograr un equilibrio. Puede que una persona creativa tenga un ambiente de desorden o quizás que tenga su propio orden dentro del caos, sin embargo, no creo que por tener un ambiente desordenado nos volvamos personas más creativas. El orden es muy subjetivo y cada uno ha de que estar cómodo en su propio espacio y con las cosas que le rodean.

¿Cómo inculcarlo a los niños sin que resulte un aburrimiento o casi un castigo?

A los niños hay que hacerles ver el orden como algo natural, como parte del juego. Si se lo imponemos o ellos lo perciben como un castigo entonces terminarán por no hacerlo. Nos toca tener mucha paciencia y conectar al máximo con ellos. Nuestra actitud será determinante y para ello podemos emplear canciones, paneles visuales, juegos, preguntas, el sentido del humor…

El plano emocional lo relaciona con el orden. ¿Cómo es esto?

Nuestro espacio refleja cómo nos sentimos por dentro y viceversa. Las emociones tienen un papel muy importante en nuestra vida ya que tomamos decisiones en base a ellas. Lo que pensamos o lo que hacemos está guiado por nuestras emociones por eso es importante conocerlas y saber qué está detrás de nuestra conducta. En el caso del orden, los objetos nos conectan con emociones y muchas veces el miedo, por ejemplo, no nos permite deshacernos de algo. Ser conscientes de la emoción que hay detrás nos va a ayudar a tomar decisiones. Aquí nos encontramos con que la mayoría de los adultos no sabe ponerle nombre a eso que está sintiendo en ese momento por lo que tenemos que empezar por aprender a identificar nuestras emociones para poder enseñar a los niños a que aprendan a expresar como se sienten en cada momento.

Uno de los capítulos del libro analiza y da pautas de actuación según el espacio: zona de juego, de descanso, de estudio. ¿Hay alguna zona especialmente compleja?

Si el espacio está bien organizado y se adquieren una serie de hábitos y rutinas no tiene porqué suponer ningún quebradero de cabeza. Si bien es verdad que la zona de juego en muchos casos se convierte en una zona más delicada. Es la de mayor uso y en la que suelen entrar una gran cantidad de juguetes por lo que debemos hacer un mayor esfuerzo por tenerla especialmente bien organizada y con una cantidad acorde de juguetes para que los niños puedan mantener ese orden fácilmente y no les suponga un esfuerzo devolver todo a su lugar. En la sencillez está la clave.

¿La buena comunicación en esto resulta fundamental?

Sí. Tendemos a dar órdenes sin más a los niños como “recoge tu cuarto”, “ordena tu ropa”, y muchas veces los niños no saben qué es lo que les estamos pidiendo ni como lo tienen que hacer. Si lo pensamos, la comunicación que empleamos con ellos no debería alejarse mucho de la que empleamos con un adulto ¿a quién le gusta que le den órdenes? Una buena comunicación basada en el respeto mutuo y la colaboración nos va a ayudar y mucho.

¿A qué edad se puede empezar a enseñar a ser ordenado?

No hay una edad concreta, lo mejor es observar al niño y ver sus propias capacidades. De manera general podríamos decir que en torno a los dos o tres años puede ser un buen momento para empezar ya que en esas edades los niños suelen pasar por el período sensible del orden. En esta etapa necesitan de ese orden exterior para ir estructurando su mente y lo van a aprender de manera natural, espontánea, sin esfuerzo, por lo que es una gran oportunidad.

¿Díganos alguna pautas que ayudan y otras que «desayudan» en esta labor?

Aunque estoy segura que cada persona lo hace lo mejor que puede, creo que tendríamos que parar más a observarnos, sin entrar en juicios de valor.

Evitar gritos, castigos o amenazas por ejemplo. Este tipo de comportamientos no nos ayudarán a motivar al niño a que quiera ordenar. Son viejos patrones educativos que deberíamos desaprender para dar paso a otro tipo de mirada.

Confiar en los niños, llegar a acuerdos con ellos, implicarlos en la toma de decisiones, darles responsabilidades o que adquieran rutinas son algunas de las pautas que podríamos empezar a emplear, pero sobretodo lo que podemos empezar a hacer es poner el foco sobre lo que decimos y hacemos nosotros como adultos, porque en la gran mayoría de los casos cambiando nuestra actitud conseguimos que todo a nuestro alrededor cambie.

 

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