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Pesadillas infantiles: consejos prácticos para superarlas

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Son frecuentes y muy normales en la infancia, pero si son recurrentes y persisten en el tiempo es preciso consultar con un especialista. En la mayoría de los casos, si conocemos y atajamos las causas e incorporamos hábitos saludables de sueño, irán remitiendo hasta que desaparezcan.

Por Eva R. Soler

“Has tenido una pesadilla mientras dormías, pero ya ha pasado todo”. Si tu hijo o tu hija se despierta después de haber tenido una pesadilla y le dices una frase de este tipo, de una forma tranquila y con una voz suave, estarás dando un primer gran paso para que consiga superarlas. Son episodios molestos pero que, por lo general, obedecen a procesos normales que se dan durante el crecimiento y tienen un carácter transitorio ¿Qué pueden hacer los padres al respecto? Natalia García Campos del Centro de Psicología y Psiquiatría para niños, adolescentes y sus familias Psikids proporciona una serie de consejos para actuar en estos casos, aunque recalca que cada niño es diferente y no todos sufren las pesadillas de la misma forma, por lo que siempre conviene tener muy en cuenta la peculiaridad de cada uno.

1.IDENTIFICA LAS CAUSAS: “A veces, los contenidos de los sueños que tienen los niños están relacionados con algo que han visto o que los ha sucedido durante el día, pero otras veces no. No se puede generalizar. Si es verdad que, en ocasiones, pueden coincidir con épocas de mayor estrés para los niños o de más agitación diurna. Es importante señalar que estas emociones no siempre están provocadas por acontecimientos negativos, sino que los niños se pueden mostrar nerviosos ante cualquier cambio, situación novedosa o altamente estimulante. En ocasiones, las menos, cuando son pesadillas repetitivas o terrores nocturnos pueden tener un origen orgánico, en respuesta a un tratamiento farmacológico o trastornos de la respiración durante el sueño, por ejemplo.

2.DIFERENCIA ENTRE PESADILLAS Y TERRORES NOCTURNOS: Hay que saber diferenciar entre ambas, comenta García Campos. En este sentido, la psicóloga explica que aunque las dos se engloban dentro de lo que se conoce como parasomnias su expresión es diferente. Las pesadillas implican, normalmente, despertares provocados por sueños de contenidos terrorífico, que dejan recuerdos vividos una vez que el niño o la niña se despierta. Al despertarse, recupera rápidamente el estado de vigilia y no se muestra desorientado. “Lo ideal en este caso, es acudir a tranquilizar al niño, que sienta que está en un ambiente protegido y que comprenda que sólo ha sido un mal sueño”, aconseja la experta. En el caso de los terrores nocturnos, en cambio, el niño se despertará de manera brusca, con frecuencia gritando de angustia y con sintomatología de activación fisiológica como, por ejemplo, taquicardia o sudoración. “No responde igual que en el caso de las pesadilla cuando se le intenta tranquilizar (pues no está consciente) y a la mañana siguiente, no recuerda el episodio”, explica la responsable de psicología de Psikids.

3.ESTABLECE UNA BUENA RUTINA DE SUEÑO COMO FORMA DE PREVENCIÓN: Los niños deben tener una rutina que les permita ir apagándose de manera progresiva, por lo que no es conveniente que utilicen tecnología antes de irse a dormir y mucho menos, una vez metidos en la cama. “Hay que evitar también las discusiones familiares o peleas entre hermanos antes de irse a dormir”, apunta. Además, el dormitorio tiene que tener una temperatura media, haberse ventilado durante el día y que no haya ruidos.

4.SI TU HIJO ES INTROVERTIDO, AYÚDALE A EXPRESAR SUS PROBLEMAS Y EMOCIONES: “Hay rasgos de personalidad que tienen una predisposición a padecer este tipo de alteraciones. Son aquellos niños a los que les cuesta exteriorizar sus problemas y las emociones que llevan asociados. Los niños herméticos que no son capaces de expresarse y canalizar el malestar que les puede generar los problemas cotidianos son más vulnerables a que estas emociones emerjan en forma de malos sueños. “Cuando identifiquemos estos rasgos en un niño tenemos que ayudarle a externalizar sus conflictos y a expresar las emociones de una forma asertiva”.

5.NO EXPONGAS A TUS HIJOS A CONTENIDOS QUE NO SABES CÓMO LES VAN A AFECTAR: Los niños dependiendo de la edad y de su madurez emocional no están preparados para digerir algunos contenidos. Hay que tener cuidado en festividades como Halloween o el Día de todos los Santos. Si en Halloween quiere disfrazarse y celebrarlo fenomenal pero si les angustia la idea no hay que obligarles porque creamos que se lo van a pasar bien. Lo mismo ocurre con Todos los Santos que aunque no tenga que ver tanto con el folklore, conecta con los mismos conceptos, si bien tamizados con creencias religiosas que pueden ayudar a que los niños lo vivan de una manera menos angustiosa aunque no siempre es así, ya que les pueden despertar una serie de dudas que tal vez no sepamos contestar y generen incertidumbres y temores, opina García Campos.

6.SI SON REPETITIVAS, INTERFIEREN EN EL SUEÑO Y EN EL DESCANSO DEL NIÑO O DE LA NIÑA, LO IDEAL ES CONSULTAR A UN ESPECIALISTA. “Aunque algunos estudios realizados por investigadores en el Reino Unido indican que si las pesadillas o los terrores nocturnos ocurren con regularidad persisten en el tiempo y a lo largo de los años pueden ser signo de enfermedad mental, Natalia García Campos tranquiliza en este sentido y comenta que esto suele ser poco frecuente. No obstante, puntualiza que las pesadillas sí pueden ser un síntoma común en los trastornos post-traumáticos, consecuencias de experiencias negativas, pero en sí mismas, de manera independiente, no conforman el cuadro. Hay veces que forman parte de la sintomatología de trastornos afectivos y del ánimo. En estos casos suelen ser repetitivas y altamente interferentes en el sueño y, por ende, en el descanso del niño. “En estos casos lo ideal es consultar a un especialista”, puntualiza.

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