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Tus mejores pinches duermen en casa

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Los expertos ya no saben cómo decirlo: alimentarse de manera sana y equilibrada sienta los pilares de una salud de hierro. Para acercar a los niños a la cocina, la reconocida periodista británica Mandy Francis ha escrito una obra con mil consejos y otras tantas recetas.

Autor: ALEJANDRA RODRÍGUEZ

Si hablamos de las cifras de obesidad infantil que presenta el mundo desarrollado, y de manera especialmente preocupante España, no estaremos descubriendo nada nuevo.
Tampoco es ninguna exclusiva el hecho de que los especialistas hacen, prácticamente a diario, llamamientos para que las dietas de nuestros pequeños adquieran mayor calidad no sólo en casa, sino en los comedores escolares y en los establecimientos de restauración.
En opinión de los especialistas, la alimentación de los más pequeños de la casa debe mejorar al mismo tiempo que lo hace la de los mayores, que no se pueden permitir el lujo de no predicar con el ejemplo. El beneficio será para todos los miembros de la familia.
Asimismo, aconsejan implicar a los chavales en todas las tareas relacionadas con la nutrición y éstas van desde llevarles a hacer la compra hasta dejar que nos ayuden en la cocina, incluso desde edades muy tempranas. El objetivo no es otro que enseñar a los críos que la clave de la salud reside en una dieta sana, variada y equilibrada, y que si bien no hay alimentos buenos y malos, sí es necesario restringir el consumo de algunos de ellos y potenciar el de otros.
Sin embargo, los propios padres en ocasiones se quejan de que ellos no cuentan con la formación necesaria para impartir estas enseñanzas o de que llevar la teoría a la práctica (sobre todo a la hora de meter a los peques en la cocina o introducirles nuevos sabores) no es una tarea fácil.
Para facilitar esta labor, Mandy Francis, una colaboradora habitual del Daily Mail y con una larga trayectoria en las secciones de salud de algunas de las mejores cabeceras británicas, ha escrito Cocina Sana para Niños (Editorial Nowtilus).
La autora parte de la base de que, en ocasiones, los padres ponen toda su buena voluntad, pero las pataletas de los niños, el ajetreo diario y el desconocimiento en materia de dietética hacen difícil una tarea (dar de comer) que a priori parece extremadamente simple.

Soluciones sencillas

Por ello, Francis ha querido responder a las dudas y planteamientos más habituales ofreciendo soluciones sencillas y asequibles para la inmensa mayoría de los hogares.
Cómo variar la dieta, interpretar etiquetas, útiles de cocina necesarios para preparar sus menús, conocimientos sobre vitaminas, minerales, la importancia de la leche o del pan y sus derivados. Qué alimentos pueden sustituir a otros en caso de alergias o intolerancias, cómo limitar grasas y azúcares sin perder sabor. Qué hacer con los productos procesados. Dar con la mejor elección cuando se acude a un establecimiento de comida rápida, alternativas a los refrescos con gas, trucos para fiestas de cumpleaños… Y así hasta un largo etcétera que resolverá muchos de los conflictos que a diario se presentan en todos los hogares en referencia a la comida.
Por ejemplo, se destaca que los niños no son computadoras y que no todos están listos para alimentarse con sólidos a la misma edad (y que no ocurre nada por ello). También que, si se recupera el hábito de preparar y congelar alimentos, no sólo mejorará la dieta, si no también la economía familiar.
Uno de los apartados más útiles hace referencia a la dieta de los niños con necesidades específicas (alergias, intolerancias…) o bien a los que, por ejemplo, son vegetarianos. Francis destaca que, siguiendo unas normas sencillas, el hecho de alimentarse fundamentalmente de productos vegetales no tiene por qué repercutir en la salud de nuestro vástago.
¿Y qué hacer con los que no comen? Según esta especialista, es absolutamente contraproducente convertir la hora de la comida en un suplicio para el pequeño o amenazarle con llenarle más el plato si no se lo termina todo.
Es preferible hacer raciones más pequeñas y no introducir nuevos alimentos a la fuerza por aquello de que hay que comer de todo. Lo normal, según los expertos, es que haya que presentar un nuevo producto entre ocho y diez veces para que el niño se decida a probarlo.
Asimismo, y aunque es una tarea pesada, es recomendable que padres e hijos coman juntos. En este sentido, hacer partícipe al niño de la compra y de la preparación de los alimentos es vital para conseguir que comer no sea una pesadilla.
Finalmente, la obra se complementa con unas recetas que muestran cómo confeccionar menús saludables, nutritivos y divertidos para los pequeños; cómo presentárselos de forma atractiva y cómo conservarlos para que la tarea de cocinar sea más productiva.

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