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Un entrenador personal para aprender a comer bien

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Una especie de «super nanny» dietética para enseñar pautas alimenticias correctas a toda la familia, es lo que propone un estudio publicado en la revista Archives of Pediatric and Adolescent Medicine.

Autor: Alejandra RODRÍGUEZ

Una de las claves que, en opinión de los especialistas, contribuiría a revertir la epidemia de obesidad que nos amenaza es recuperar los hábitos dietéticos saludables. Eso pasa por hacer partícipes a los más pequeños de las tareas de la compra, la selección de artículos y la confección de los menús planificándolos y, en la medida de lo posible, cocinándolos. También se ha propuesto recuperar la buena costumbre de hacer la mayor cantidad de comidas en familia, de apagar la televisión a la hora de sentarse a la mesa y de desayunar mejor.

Sin embargo, a la hora de la verdad, los adultos están faltos de conocimientos suficientes para llevar a la práctica todas estas teorías. No tienen la formación suficiente en materia de nutrición y dietética y tampoco recursos para introducir hábitos saludables debido a las jornadas laborales (demasiado prolongadas) y al ajetreo de la vida diaria (que obstaculiza un mínimo de planificación). Para ayudar a superar estas dificultades se están ensayando diversas soluciones y, si bien en la mayoría de los colegios ya se presta atención a este asunto para procurar que los pequeños aprendan a comer de manera sana, hay otras alternativas fuera de las aulas. Una de ellas es la que propone un estudio publicado en la revista Archives of Pediatric and Adolescent Medicine y no es ni más ni menos que poner un entrenador que enseñe todas estas pautas a la familia entera. Así, como Un entrenador personal para aprender a comer bien una especie de super nanny dietética, la persona en cuestión se dedicaría a enseñar a la familia a modificar sus estilos de vida en función de sus circunstancias particulares (número de miembros, horarios de estudios y trabajo, actividades extraordinarias, práctica de deporte y hobbies, gustos personales…).

En realidad, la figura del entrenador se está imponiendo en muchas esferas de la vida diaria. Así, son cada vez más las personas que hacen deporte con uno de estos profesionales. Los ejecutivos asisten a cursos en los que un entrenador psicológico les enseña a sobrellevar el estrés, a manejar situaciones difíciles y muchas psicoterapias se basan en acostumbrar a la mente a actuar y a pensar de manera equilibrada. Todas estas estrategias se complementan con instrucciones, consejos y pautas que se repiten y recuerdan convenientemente para ayudar a fijarlas en la memoria y que finalmente acaben adoptándose de manera automática, casi inconsciente. ¿Por qué no intentarlo a la hora de comer? El resultado parece esperanzador.

LA EXPERIENCIA

Un equipo de científicos franceses especializados en nutrición y hábitos de vida saludables diseñó un seguimiento en el que participaron algo más de un millar de chavales con sus respectivas familias. Este grupo fue dividido en tres colectivos. El primero actuó como control, de manera que siguió haciendo su vida de manera normal. El segundo recibió instrucciones precisas para tratar de disminuir la ingesta de grasas a menos del 35% de la energía diaria, así como para elevar el consumo de carbohidratos complejos (cereales integrales, legumbres, verduras…) a más de la mitad de los requerimientos energéticos cada día. El tercer grupo, además, fue entrenado para reducir la cantidad de azúcares de su dieta habitual.

A lo largo de los ocho meses que duró la intervención, todos los participantes tenían acceso a una página web en la que rellenaron cuestionarios sobre su dieta, actividad física, preparación de la comida y calidad de vida. Asimismo, los dos grupos que estaban siendo entrenados recibieron llamadas telefónicas en las que un dietista discutía con las familias acerca de sus hábitos alimenticios, sus preferencias culinarias y, en función de las respuestas, ofrecía consejos para mejorar en esta área. Al cabo de este tiempo, tanto los padres como los hijos habían alcanzado las metas que les habían propuesto los especialistas en lo referente a la calidad de su dieta. De hecho, los adultos habían conseguido bajar de peso y se encontraban en un umbral más sano. En cambio, los chavales no notaron este efecto beneficioso (muchos de ellos estaban obesos), lo que, en opinión de los expertos, indica la necesidad de orientar a los más pequeños en otras materias, además de sólo en la nutrición, como la actividad física, el deporte y otros trucos para quemar las calorías sobrantes. En cualquier caso, estos investigadores sostienen que la figura del entrenador personal induce transformaciones relativamente rápidas (siempre se ha dicho de que los hábitos de conducta son extremadamente difíciles de modificar) que, además, perduran en el tiempo, lo que multiplica enormemente sus beneficios a medio y largo plazo.

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