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La revolución “Smart Sustainable Education”: el horizonte de las 'smart cities'

Las elecciones de estilo de vida poco saludables de los niños, futuros ciudadanos, son una gran preocupación para las futuras 'smart cities', ya que las enfermedades no transmisibles (ENT) representan el 71% de las causas de muerte y enfermedad que pesarán sobre ellas haciendo nuestros sistemas insostenibles.
RedacciónMartes, 22 de febrero de 2022
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Sheila Romera, vicepresidenta y directora general de Smart Healthy Children and Foundation.

Los problemas de salud mental afectarán a una de cada cuatro personas en el mundo tras la pandemia que nos ha asolado. Para evitar esto, la llamada «Educación inteligente» es un clave en el desarrollo de ciudades inteligentes. Las fortalezas en Educación básica, capacitación avanzada e innovación son parte de lo que define a una «ciudad inteligente». «Para que los ciudadanos de una ciudad inteligente prosperen, primero debemos colocar la Educación en el centro», señala Sheila Romera Aznar, vicepresidenta y directora general de Smart Healthy Children and Foundation.

El programa Smart Healthy Children, impulsado por Smart Healthy Foundation, es un programa y metodología española, que está cambiando los contextos de muchas ciudades, instituciones y colegios, creando un nicho nuevo de trabajo para «smart cities» que está revolucionando los foros internacionales. SHC se puso en marcha en 2018 en ciudades e instituciones para actuar “como un acelerador de cambio” para crear una ciudadanía más inteligente a través la Educación. Con la misión de lograr la salud de los «smart citizen» y como fin último trabaja la sostenibilidad de la población.

Este método educativo y su Fundación desarrolla en la actualidad ocho proyectos como con una red de centros educativos saludables y sostenibles, investigación, pilotajes en ciudades, IA, herramientas smart, formando parte a su vez de comités de prestigio como son el Comité del Tercer Sector de Asociación Española de Marketing, Fundación Ciudad y Comercio, U4SSC, etc.

Este método educativo y su Fundación desarrolla en la actualidad ocho proyectos como con una red de centros educativos saludables y sostenibles, investigación, pilotajes en ciudades, IA, herramientas smart...

Dicho programa utiliza una metodología consolidada gracias a la Iniciativa U4SSC, (iniciativa de la ONU coordinada por la UIT, la CEPE y ONU-Hábitat) que publicó un ilnforme Simple Ways to be Smart, dirigido por UNU-EGOV, donde hace referencia, por primera vez, a la idea de sentar las bases de un autocuidado para «smart cities» y sus poblaciones inteligentes. Donde además se pusieron de relevancia algunos de los récords que tiene en su haber este Programa en 2019 como fue la reducción del índice de sobrepeso, logrando reducir el 14,50% de IMC de toda una población infantil en la ciudad española de Córdoba o las más de 1.1280 familias en su proyecto SHC At Home.

Su directora e investigadora Sheila Romera, afirma que  Smart Healthy Citizen (anterior programa de SHC) y Smart Healthy Children tienen el convencimiento de que «un cambio en el estilo de vida de la población infantil es el único camino para evitar la extensión de enfermedades cardiovasculares, respiratorias, sobrepeso…».

Con este propósito, la Fundación SHC dedica sus esfuerzos a crear un marco de referencia de lo que significa y conlleva una Educación que incida en la adquisición de hábitos saludables desde la infancia, a fin de promover un mundo donde niños, jóvenes y adultos tengan la capacidad de actuar positivamente hacia su salud. Porque si la sociedad reduce riesgos, también reduce el impacto de las enfermedades y mejora su sostenibilidad.

La Fundación SHC dedica sus esfuerzos a crear un marco de referencia de lo que significa y conlleva una Educación que incida en la adquisición de hábitos saludables desde la infancia

Por primera vez, esta Fundación revela algunos hallazgos de un experimento de campo a través de Smart Healthy Children & Smart Schools 3.0 que involucra a 9.261 personas y unas 125 observaciones de niños a la semana, de los cuales, 1.945 son alumnos Smart Healthy Schools y el 73% de sus familias. Este experimento evaluó si proporcionar una Educación multidisciplinar basada en un modelo de autocuidado con incentivos a corto plazo puede estimular la adquisición del hábito en niños, garantizando su continuidad, y analizamos su espectro social en el impacto de salud urbana, es decir, el impacto en su territorio haciéndolo más inteligente.

Algunas de sus conclusiones son: en relación con una tasa de referencia promedio del 39%, proporcionar pequeños incentivos duplicó la fracción de niños que realizan actividad física con la familia; mejoró en 35,4% la tasa de niños y familias que realizan tareas mentales o practican yoga y triplicó la realización de actividades nutricionales como niños que comen al menos una porción de frutas o verduras.

«Analizamos –señala Romera– resultados que revelan cómo la práctica de hábitos de vida saludable desde la infancia, conectando los distintos agentes o stakeholders de una «smart city», y estimulando el hábito a corto plazo, previene y favorece los niveles ideales de salud, mejora las relaciones de resiliencia y socialización (74,5% aumento de actividades sociales) actuando diariamente en la mejora del nivel educativo y reduciendo los trastornos de comportamiento y ánimo, así como triplicando el poder de adherencia del hábito hasta un 61% de familias intervenidas».

Sheila Romera, vicepresidenta y directora general de Smart Healthy Children and Foundation "

La práctica de hábitos de vida saludable desde la infancia social conectando los distintos agentes o stakeholders de una "smart city", y estimulando el hábito a corto plazo, previene y favorece los niveles ideales de salud

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Según Sheila Romera, «esto pone en evidencia que educar para la sostenibilidad según SHC es mucho más que seguir unas orientaciones en colegios y ciudades». «Es un aprendizaje que vincula el conocimiento, la indagación y la acción para ayudar a los estudiantes a construir un futuro saludable para sus comunidades y el planeta», añade.

«Los pasos siguientes pasan por el desarrollo de un concepto sostenible de ciudades y comunidades o centros salduables para lanzar y escalar intervenciones de vida saludable en todo el mundo y compartir y establecer nodos de aprendizaje con todo tipo de agentes de sectores público privados», añade Romera.

«El horizonte de un nuevo modo de entender las ‘smart cities’ y el futuro de nuestra salud es poniendo a la persona en el centro, educando en un nuevo modelo que les permita desarrollarse en contextos para los que ha de adaptarse, es velar por su sostenibilidad», concluye Romera.

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