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Gemma Díaz Ruiz: "El sentido del humor es la herramienta más importante que tenemos las familias"

Gemma Díaz Ruiz promueve una Eduación en conciencia que sea respetuosa y creativa para construir una sociedad mejor. Así lo refleja en su primer libro, 'La magia de los niños', una guía práctica que propone diferentes actividades para comprender mejor la psicología infantil y educar desde el respeto.
Raquel Hernández MorontaJueves, 28 de abril de 2022
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Gemma Díaz es psicóloga especializada en Musicoterapia y Arteterapia.

Gemma Díaz Ruiz es psicóloga, formada en Musicoterapia y Arteterapia y todo lo relacionado con lo juegos. También es madre de tres hijos y como ella misma dice “adoro a los niños”. Es la creadora del blog Educa con Humor donde comparte artículos sobre psicología infantil, juegos, ideas y manualidades con el objetivo de promover la Educación de niños y mayores para construir una sociedad más consciente, respetuosa y emocionalmente sana. Recientemente ha publicado su primer libro, La magia de los niños, ya que escribir también es otra de sus pasiones. En él quiere transmitir ese entusiasmo por los niños y promover una Educación en conciencia donde los niños sean realmente respetados.

¿Qué significa una Educación consciente?

—Educar a conciencia, y ya no solo educar a los niños a conciencia, sino a la hora de vivir: pensar a conciencia, comer a conciencia, pasear a conciencia, hablar con los demás a conciencia… Es simplemente fijarnos en lo que hacemos, hacer las cosas prestando atención a lo que transmitimos, conectando con lo que significa vivir y con los niños especialmente, teniendo en cuenta sus particularidades, procurando el bienestar de todos.

¿Qué papel tiene el sentido del humor en esa Educación consciente?

—Pues todo. El sentido del humor es la herramienta más importante que tenemos las familias, que tienen en la escuela y en la vida. Porque cuando nosotros estamos bien, estamos de buen humor, todo se resuelve mejor y es muchísimo más fácil. Poder cerrar la puerta a lo tóxico es importantísimo para estar bien. Tenemos que hacer por estar bien, cuidar nuestras emociones, hacer técnicas de relajación. Todo eso para poder tener el sentido del humor de forma duradera, que sea algo sustancial, por eso es importante mirar hacia dentro para estar bien y hacer cosas para estar mejor nosotros.

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Hacer las cosas prestando atención a lo que transmitimos, conectando con lo que significa vivir y con los niños especialmente, teniendo en cuenta sus particularidades, procurando el bienestar de todos

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¿Qué herramientas según tu experiencia permiten conectar mejor con los niños?

—Básicamente el juego. El juego es el lugar seguro de los niños, es esencial que los niños tengan tiempo para jugar. El tiempo que nosotros le dedicamos a jugar con ellos es un regalo que les hacemos. Con el juego ellos aprenden, resuelven y se expresan y nosotros mostramos interés por sus gustos nutriendo su autoestima, que es esencial. Es una de las cosas más importantes y, por supuesto, siempre actuar desde la comprensión. Entender el comportamiento de un niño no como decepcionante o como amenazante, sino desde la comprensión, desde ponernos en su lugar, desde investigar qué sucede, por qué se comporta como se comporta y cómo puedo ayudarle, con buenas preguntas que nos muevan a la acción. Esas son las herramientas más importantes: la comprensión, el humor y el juego.

¿Cómo puede una persona adulta volver a conectar con el juego?

—Volviendo a la realidad. Yo creo que los niños tienen magia -por eso se llama La magia de los niños mi libro- y si uno deja las prisas en el cajón y se conecta de nuevo a la vida y los observa, les escucha, se ríe con ellos y vuelve a conectar con eso, se da cuenta de que el juego aporta muchas cosas chulas.

¿Cómo ha sido tu experiencia en la Educación de tus hijos con respecto al juego?

—Yo tengo una ventaja y es que soy como una niña pequeña. Me encanta jugar, me encanta inventar y me encanta crear y, en ese sentido, tengo muy pocos problemas. Muchas veces la gente me dice “pero es que yo no tengo tiempo para hacer todo eso”. Al final no es el tiempo, son las ganas, es el entusiasmo que le pones a las cosas. Yo tengo dos hijos, unas mellizas y un niño un poco más mayor y jugamos muchísimo, cada uno respetando su maduración, sus gustos y su personalidad.

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Si uno deja las prisas en el cajón y se conecta de nuevo a la vida y los observa, les escucha, se ríe con ellos y vuelve a conectar con eso, se da cuenta de que el juego aporta muchas cosas chulas

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¿Cómo surge la idea del libro La magia de los niños?

—Surge como una idea de prevención, yo miro alrededor, veo las noticias y creo que es necesario pararse y reflexionar sobre cómo tratamos a los niños y cómo pasamos por la vida en general. Tenemos que replantearnos nuestras maneras para evitar perpetuar formas educativas que no van a favor de las personas y que no promueven la autoestima. Si queremos una sociedad sana, si queremos una sociedad con gente que se mueva segura por el mundo debemos educar más para la cooperación y no tanto para competir, no tenemos que enseñar a los niños a ser mejores que otros, sino a superarse a ellos mismos.

Pienso que hay muchos libros de crianza, pero parece que no son suficientes. Hacen falta unas normas claras, ya que hay muchas familias perdidas, atascadas en el día a día que están muy estresadas, simplemente les faltan esas pautas y es necesario tomar conciencia de eso.

¿A quién está dirigido el libro?

—Está principalmente dirigido para las familias, pero también para los educadores y los profesionales porque se proponen muchos recursos, muchos juegos y muchas ideas, hay mucha información en el libro. Pero, al fin y al cabo, todos tenemos relación con niños y todos hemos sido niños. Muchas veces en momentos de crisis resurge ese niño interior: cuando tenemos tendencia a caer mil veces en la misma piedra, cuando tenemos una dificultad en algo… En esos momentos tenemos que revisar y mirar dentro, ya que muchas veces estos comportamientos se deben a las cosas que nos han enseñado de niños, a esa seguridad que hemos ganado o perdido en la infancia.

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Tenemos que replantearnos nuestras maneras para evitar perpetuar formas educativas que no van a favor de las personas y que no promueven la autoestima

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¿Por qué es tan importante la Educación emocional?

—Las emociones son nuestra brújula. Somos equilibrio, buscamos siempre equilibrio, y con las emociones igual. Somos como termostatos: nuestro nivel de azúcar, nuestro nivel de temperatura y nuestras emociones también. Los adultos tenemos que entender nuestras emociones para poder conectar con los demás y para poder enseñárselas a los niños. Hay familias donde falta mucho vocabulario emocional, donde no se habla de emociones, y las emociones tienen que ser algo natural. Les tenemos que enseñar a los niños que las emociones ni se reprimen, ni se esconden y, por supuesto, no se intentan cambiar. Las emociones son las que son, son válidas siempre. A la hora de expresarlas, tenemos que enseñarles cómo hacerlo sin herir a los demás.

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Los adultos tenemos que entender nuestras emociones para poder conectar con los demás y para poder enseñárselas a los niños

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¿Qué papel deben tener las familias en la Educación de los niños? ¿Y los maestros en la escuela?

—Obviamente el primer aprendizaje somos las familias, somos su ejemplo. La familia tiene que ser su puerto seguro. Pero las escuelas también tienen un papel importante. Tenemos que ir todos a una como sociedad y trabajar conjuntamente. Cuando el niño tiene un problema o alguna dificultad tiene que trabajar conjuntamente la familia, la escuela, los amigos, sus extraescolares, es un todo. Tenemos que ir a una conjuntamente.

¿Qué consecuencias tiene la digitalización de la sociedad en la Educación de los más pequeños?

—La verdad que es un tema complicado, no podemos entender las tecnologías como el enemigo porque no lo son y forman parte de nuestra vida. Tenemos que usarlas con mucho sentido común y tener en cuenta que los niños muy pequeñitos no tienen que estar con pantallas, ya que es muy perjudicial. Luego, los que son un poquito más grandes tienen que tener unas normas muy claras y un uso muy responsable y de mucho sentido común. Si no, se pueden generar muchos problemas o muchos trastornos que tienen que ver con comportamientos de irritabilidad, problemas de concentración y atención, e incluso problemas de adicciones, son adictos a ruidos de fondo.

Lo que limita la digitalización son ciertos aprendizajes, como el de la paciencia. O te quita tiempo para jugar a cosas que son más importantes: juegos creativos, salir al parque a jugar… No podemos estar con pantallas continuamente porque es muy perjudicial.

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Cuando el niño tiene un problema o alguna dificultad tiene que trabajar conjuntamente la familia, la escuela, los amigos, sus extraescolares, es un todo. Tenemos que ir a una conjuntamente

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