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Dossier Espacio para el análisis y la reflexión

Estimular el lenguaje de los niños en Navidad

Son múltiples las ideas que los padres pueden tener en cuenta para continuar con el aprendizaje y la estimulación del lenguaje de sus hijos en Navidad.
Guzmán Azagra BlancoMiércoles, 21 de diciembre de 2022
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Hay que aprovechar estos días para divertirse con los más pequeños y estimular su lenguaje al mismo tiempo | ©Viktoria

La Navidad está a la vuelta de la esquina, una época muy esperada para los niños, en la que ellos son los verdaderos protagonistas. Durante estas vacaciones tienen más tiempo libre para jugar y estar con la familia, y es por ello por lo que hay que aprovechar estos días para divertirse con ellos y estimular su lenguaje al mismo tiempo.

Durante estas fechas de celebraciones es frecuente realizar juegos, dulces navideños o aguinaldos. A continuación, se proporciona una serie de ideas exitosas para desarrollar el lenguaje y la creatividad de los niños, que los maestros pueden pautar a los padres de sus alumnos para esas semanas sin clase e incluso trabajarlas ellos mismos con anticipación en el aula:

  1. El simple hecho de salir de casa ya es una oportunidad perfecta para estimular el lenguaje de los niños. Las calles están decoradas de adornos y luces, las tiendas y los supermercados están repletos de artículos que no se encuentran el resto del año. De este modo, con la denominación (¿Qué es esto?) y la enumeración de estos conceptos navideños se amplía su vocabulario. También, se puede trabajar la descripción de los adornos y artículos más llamativos que el niño indique, o bien jugar al veo veo definiendo un objeto distinto cada uno con la intención de que el otro lo adivine.
  2. La decoración navideña de la casa también ofrece una valiosa oportunidad para la estimulación lingüística. Por un lado, preparando el árbol de Navidad se puede aprovechar a: observar las bolas, cintas, luces, espumillones y aprender sus colores y formas, así como percibir sus texturas; contar bolas o segundos del ritmo de intermitencia de las luces; percibir sonidos que producen las bolas de diferentes materiales al chocarlas; o categorizar bolas por color o medida. Por otro lado, montar el belén permite enseñar los animales y los sonidos que producen (las onomatopeyas); dar instrucciones para colocar las figuras, esto requiere de comprensión, precisión y coordinación óculo-manual; o explicar los oficios que representan las figuras (este es un pastor y lo que hace es…).
  3. En lugar de comprar adornos navideños, aprovechar a confeccionarlos con los niños. De esta manera, se puede trabajar la organización de tareas y la estructuración de frases: qué material se necesita, con qué se va a empezar, qué se hará después… Además, con las manualidades se está trabajando la atención y la motricidad fina.
  4. Como se ha comentado, hay una gran cantidad de productos novedosos que se pueden comprar en estas fechas, por lo que realizar la lista de la compra con los pequeños y clasificarlos por categorías semánticas es una tarea provechosa. Por ejemplo: anotar o decir primero los dulces, luego las frutas, después los pescados… De la misma manera, escribir la deseada carta a Papá Noel o los Reyes Magos puede dar lugar a hacer un listado por campos semánticos: ropa, juguetes, juegos de mesa, cuentos…
  5. Escribir postales de felicitación navideña a familias y amigos posibilita ejercitar la estructuración del lenguaje escrito, así como la organización de una carta. Igualmente ayuda a expresar deseos y asimismo a valorar la importancia de los detalles.
  6. Cocinar juntos una receta, no importa cuál sea, aunque los dulces navideños siempre son una motivadora idea para los más pequeños y golosos de la casa. En esta actividad se estimula la comprensión y la expresión, solicitándoles que lean y/o escriban los ingredientes y cantidades que se van a necesitar o simplemente pidiéndoselo (¿Me pasas el azúcar?).
  7. Poner la mesa en los días más señalados indicando al niño qué, cuántos, cómo y dónde deben colocarse los elementos (el mantel, la vajilla…). Con esta sencilla tarea, se desarrolla el vocabulario y se practican conceptos básicos como arriba/abajo, grande/pequeño, nuevo/viejo, oscuro/claro… Por ejemplo: Coge los cuchillos del cajón de arriba, Abrid el paquete de las servilletas oscuras…
  8. Los villancicos navideños son un recurso ideal para trabajar la expresión oral y la prosodia de los niños, así como una buena ocasión para aprender nuevo vocabulario. La opción de un karaoke navideño permite también ejercitar la lectura sin que ellos apenas sean conscientes.
  9. Interpretar o teatralizar un cuento de temática navideña en familia entrena la pragmática del lenguaje. Los niños deben aprender frases, practicar turnos de conversación, realizar gestos, poner voces diferentes, expresar emociones y sentimientos e incluso pueden tener el reto de interpretar a personajes diferentes. Podéis dejar volar su imaginación y diseñar disfraces. Así, también se trabajará el juego simbólico al interpretar a otras personas y utilizar diferentes objetos (adorar a un muñeco, dar vida a animales…). Si el niño es muy pequeño, los padres pueden leer el cuento mientras el pequeño solo actúa, potenciando de este modo su atención y su comprensión lectora.
  10. Esta época mágica se inmortaliza cada año. Recopilar imágenes de navidades anteriores y rememorar esos momentos es un buen ejercicio para estimular lenguaje y memoria, ya que se puede hablar de cada imagen preguntándole al niño, por ejemplo, si se acuerda o no, qué estaban haciendo o qué sentían.

Son múltiples las ideas que los padres pueden tener en cuenta para continuar con el aprendizaje y la estimulación del lenguaje de sus hijos en Navidad. Los profesores pueden orientarles en la adaptación de estas actividades según las edades y necesidades de sus alumnos.

¡Feliz Navidad!

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