fbpx

Comprensión y respeto por la diversidad familiar

Esmeralda Velasco
Orientadora del Colegio Europeo de Madrid
30 de junio de 2023
0

Sin duda, vivimos en una sociedad donde, hoy por hoy, existen muchos tipos de familia. De hecho, según el mundo social que nos envuelve y la parte del mundo en la que nos encontremos, el concepto de familia puede ser muy distinto. En nuestro país, el modelo tradicional se basaba únicamente en una familia compuesta por un matrimonio de padre y madre y sus hijos.

No obstante, si buscamos el significado de la palabra familia en el diccionario, el resultado que vamos a encontrar es el siguiente: “Grupo de personas, normalmente unidas por lazos legales, que conviven y tienen un proyecto de vida en común”, por lo que esto abarca, por suerte, a muchos tipos de familia. Así pues, gracias a los avances sociales de las últimas décadas donde tanto se ha luchado por avanzar en los derechos humanos, en la sociedad actual encontramos muchos modelos de familia, todos ellos igual de válidos: desde familias monoparentales, familias multiétnicas, familias homoparentales, familias separadas, familias con hijos de matrimonios anteriores, familias adoptivas…

Está claro que para un niño que vive en una estructura familiar distinta a lo que era conocido como “tradicional”, su familia es tan normal como cualquier otra. No obstante, lamentablemente, todavía hoy existen prejuicios que pueden hacer que, en diferentes entornos, estos niños se sientan fuera de lugar si no se trabaja en la diversidad e igualdad familiar para hacer ver, al resto de niños, que la pluralidad familiar existe y que absolutamente todas las familias son igual de válidas.

Para ello, una vez más, tanto el entorno educativo como el familiar, juegan un papel fundamental. Por ello, padres y docentes debemos trabajar de manera constante en educar a los más pequeños en el respeto absoluto y en el conocimiento hacia la diversidad. Ahora bien, ¿cómo podemos trabajar esto en el día a día de manera totalmente natural?

  1. Fomentar la empatía y el respeto por la diversidad: Sin duda, la empatía y la inteligencia emocional deben ser el pilar básico de cualquier sistema y modelo educativo. Por ello, es muy importante que desde los primeros años académicos se eduque a los niños en la empatía y el respeto hacia los demás y, por supuesto, hacia la diversidad, en cualquier aspecto de la vida.
  2. Fomentar valores como la igualdad: Una educación basada en valores, tanto en el colegio como en casa, será clave para formar a niños mucho más tolerantes por encima de cualquier ideología, pensamiento o condición social. Hacerles ver en su día a día que todos somos exactamente iguales, hará que crezcan en un entorno muchísimo más respetuoso y hará de ellos niños más solidarios socialmente.
  3. No hablar de la familia dando por hecho que solo existe la familia nuclear heterosexual: Todavía hoy tendemos a hablar de la familia y pensar en la familia nuclear heterosexual, es decir, aquella formada por un padre, una madre y sus hijos, y esto es un absoluto error. Lo primero que debemos hacer los adultos es interiorizar el concepto de diversidad familiar para, de este modo, poder transmitírselo a los niños en su vida cotidiana. Los niños nacen exentos de prejuicios, lo que les permite disfrutar de cualquier aspecto de la vida sin juzgar absolutamente a nada ni nadie de su entorno. Sin embargo, son la sociedad y la educación quienes crean esas barreras sociales y marcan unas diferencias que, trabajando diariamente, podemos romper.
  4. Hablarles desde muy pequeños de los distintos tipos de familias que existen: Si no hablamos de algo, parece que no existe. Por eso, es muy importante que no solo evitemos hablar de un tipo de familia como familia universal, sino que podamos sentarnos con nuestros hijos y explicarles todos los tipos de familias que hay, que lo hagamos cada vez que se hable del entorno familiar. Además, es importante que, si en su entorno existe algún niño con una familia distinta a la suya, podamos hacer hincapié en ella para que entienda el ejemplo gracias a la cercanía del mismo. Además, estaremos ayudándole a respetar y a entender la familia de ese otro niño, sin ningún tipo de problema, y fomentando también el respeto hacia él.
  5. Leer libros que hablen de distintos tipos de familia: La lectura es, sin duda, una de las cosas que más beneficios aporta a la infancia y hoy por hoy encontramos un sinfín de libros educativos en los que se trabajan muchos valores para acabar con la desigualdad social: desde el racismo, el machismo, la xenofobia… Y por supuesto, también libros donde se explica que la diversidad familiar es una realidad y que debemos respetar del mismo modo todos los tipos de familias que existen.
  6. Apostar por películas infantiles donde aparezcan varios tipos de familias: Al igual que con los libros, también hay películas de animación, y cada vez más, donde se trabaja el respeto por la igualdad y donde podemos encontrar distintos tipos de familias, todas igual de válidas.
  7. Utilizar un lenguaje inclusivo, evitando comentarios discriminatorios: Si queremos que nuestros hijos crezcan en una sociedad donde el respeto y los valores cobren protagonismo debemos evitar a toda costa hacer cualquier comentario despectivo o discriminatorio hacia cualquier tipo de familia. Sin duda, los adultos somos su mayor ejemplo y, por ello, tenemos la gran responsabilidad de transmitirles todo aquello que queremos que absorban y de evitar aquello que será negativo para su personalidad y su futuro.

En definitiva, no hay nada más importante en la educación de un niño que trabajar y fomentar el respeto, la tolerancia y la empatía, haciendo que entienda la situación y sentimientos de cualquier persona que le rodee y haciéndole ver que somos muy afortunados por vivir en un mundo tan diverso, donde tantas personas pueden ser felices.

0
Comentarios

  1. Jesús
    7 de julio de 2023 16:26

    En educación hemos de aspirar a que nuestros alumnos desarrollen su personalidad con visos a alcanzar su felicidad y contagiarla al resto de la sociedad.
    La felicidad sólo se alcanza cuando vamos de la mano de la verdad en busca del bien. Y la verdad es que todos llegamos a la existencia gracias a la colaboración necesaria de un hombre y de una mujer. Y no hay nada mejor para un niño que sus propios «fabricantes» se encarguen de cuidar a su más preciada creación.
    Tenemos que aspirar a la excelencia y ésta va de la mano de la verdad: todo niño tiene derecho a un padre y a una madre.
    Eso sí, respeto absoluto para todas personas de forma incondicional, aunque en su actuar no busquen el bien superior del menor. Eso es lo que debemos criticar y tratar de cambiar. Respeto por la persona y llamar a cada cosa por su nombre.