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¿Es bueno trabajar los debates en clase?

¿Es conveniente trabajar los debates en clase? Algunos profesores se plantean incluirlos en sus clases, ¿es una buena idea?
RedacciónViernes, 14 de julio de 2023
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En los debates en clase se debe evitar uno de los tics de nuestros políticos actuales, acostumbrados "a defender una cosa y la contraria con la misma cara, incluso en días sucesivos". © RUDZHAN

¿En qué consisten las ligas de debate?

Las ligas de debate se están poniendo de moda en Secundaria. ¿Qué son? Básicamente, competiciones intelectuales por equipos que adquieren el formato de los antiguos debates parlamentarios.

Las intervenciones de los oradores que integran cada equipo se suceden para asumir enfrentamientos sobre temas amplios que admiten puntos de vista contrapuestos. A la hora de decidir la dinámica, tras proponer el tema, se sortea el punto de vista de cada equipo. Es decir, hay que estar preparado para defender una cosa y su contraria.

Hay que estar preparado para defender una cosa y su contraria

Las ligas de debate pretenden fomentar la dialéctica, la oratoria y el intercambio de pareceres entre los estudiantes de Secundaria y de los centros universitarios.

Pros y contras de los debates en la escuela y en el instituto

Todo lo que permita hablar en clase y familiarizarse con la oratoria cuando antes es positivo para tus alumnos. En un post anterior te explicábamos cómo empezar a vencer el miedo oratorio en clase.

Por ello, entrenarse en los debates tiene consecuencias positivas para tus pupilos. Así, exige practicar y comenzar a dominar las artes de la elocuencia. Contribuye a mejorar la capacidad de improvisación y a recrear contenidos preparados. También ayuda a acumular experiencias oratorias enriquecedoras y amplía las ideas propias. Participar en estos debates supone escuchar puntos de vista coincidentes y, también, alejados de los propios, lo cual siempre aumenta el bagaje cultural.

Al mismo tiempo, al preparar los contenidos, exige empatía y profundidad. Dado que hay que poder defender oralmente una cosa y su contraria, la preparación del tema es esencial. Y 360º, porque se consultan unas ideas y sus contrarias. Esto, con una mentalidad amplia de investigación de la verdad, suele ayudar a conformar el propio criterio muchísimo mejor.

Sin embargo, no todo es positivo en los debates. Al contrario, cuando comienzan a trabajarse a corta edad, se convierte en una peligrosa arma de doble filo.

¿Cuál es el principal problema? Para entenderlo tienes que remontarte a la esencia misma de la comunicación oratoria. Comunicar es poner lo propio en común. Exige, por ello, dos cuestiones clave:

  • Que haya algo propio: ideas, sentimientos, vivencias o conocimientos.
  • Que se sepa poner en común o hacerlo llegar a los demás.

La naturalidad, la autenticidad, el compromiso personal, la convicción y el entusiasmo son imprescindibles para seducir y enamorar al público. Solo cuando defiendes tus ideas con absoluta integridad, logras arrastrar al auditorio, inequívocamente, en esa dirección.

Tu corporalidad refleja con exactitud ese estado interno emocional de convencimiento y auto-persuasión. Si no alcanzas esta convicción total, en vez de oratoria estás practicando la interpretación.

Es, precisamente, lo que sucede en la oratoria política actual. Nuestros máximos representantes acostumbran a defender una cosa y la contraria con la misma cara, incluso en días sucesivos. ¿Y cuál es la consecuencia? Un total descrédito y la mayor desconfianza hacia la clase política en general. Porque la comunicación es poner lo propio en común, no lo propio y su contrario.

Nuestros máximos representantes acostumbran a defender una cosa y la contraria con la misma cara, incluso en días sucesivos

Por ello, y sobre todo entre un público joven con estas características, las ligas de debate pueden educar hacia la manipulación. En puridad, las técnicas oratorias son herramientas que hacemos buenas o malas con el uso.

Adolf Hitler las dominaba, y convenció a todo su pueblo para que le votara. Pero no fue un buen orador, porque la oratoria debe servir al público, no a uno mismo. Dominar las técnicas de hablar en público no supone, necesariamente, ser un gran orador.

Este es un serio peligro de trabajar los debates en clase. El riesgo de inocular en el alumnado la sensación de que pueden utilizar estas técnicas para manipular y servirse.

¿Cuándo y cómo es conveniente trabajar debates en clase?

Los debates, como ejercicios dialécticos y entrenamientos oratorios, poseen rasgos positivos que ya hemos comentado. Es interesante fomentarlos y, no lo dudes, ofrecen puntos de vista y argumentaciones diferentes que mueven a descubrir la verdad.

El peligro radica en alejarlos de las propias convicciones. Si da igual lo que piensas, todo vale en el manejo de las técnicas oratorias hoy. Eso es lo que debes evitar. Para conseguirlo, solo debes aplicar un criterio innegociable: cada cual defiende sus ideas, no las ajenas.

Por ello, está muy bien que fomentes en clase estas ejercitaciones. Pero antes de asignar los roles respecto al contenido, pide a tus alumnos que se informen y se posicionen. Solicítales que analicen unos y otros enfoques, para prepararse y conformar sus ideas propias. Pero a la hora de hablar en clase sobre ellas, solo defenderán su postura.

De este modo, trabajar los debates en clase se convierte en una experiencia enriquecedora, motivadora, positiva y memorable para todos. Es un estupendo ejercicio para ayudar a crecer a tus alumnos como oradores.

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