fbpx

Del plurilingüismo a la hipocresía lingüística

Diego Francesch
Redactor jefe de Magisterio
20 de septiembre de 2023
0

Estos días asistimos a una muestra más de la hipocresía de algunos de nuestros políticos. La hipocresía lingüística de los nacionalistas catalanes se suma a la hipocresía que han demostrado en otros ámbitos como el económico, el social, etc. Y es que el vicio, como la virtud, nunca vienen solos. Si uno miente en su tesis de doctorado, en su currículum, en sus relaciones sociales, en su ideario, es de esperar que mienta también en otras esferas de la vida.

Sabíamos que la virtud no es propia de quienes, como los nacionalistas catalanes, defienden la insolidaridad social, el desprecio al otro, a su patria, a sí mismos incluso. Ahora asistimos al desprecio hacia la lengua común de todos, cosa que, además de una supina ignorancia, revela un complejo de inferioridad empobrecedor, y un notable un menosprecio a la libertad de los demás, cuando no a una clara conculcación de derechos…

La libertad de comunicarse en tu propia lengua es directamente proporcional a la defensa de la libertad del otro a hacer lo mismo. Si defiendes la pluralidad lingüística en el Congreso de los Diputados, no es coherente que luego pretendas imponer una dictadura lingüística en tu propio territorio, a tus alumnos, en tus aulas, etc

La libertad de comunicarse en tu propia lengua es directamente proporcional a la defensa de la libertad del otro a hacer lo mismo. Si defiendes la pluralidad lingüística en el Congreso de los Diputados, no es coherente que luego pretendas imponer una dictadura lingüística en tu propio territorio, a tus alumnos, en tus aulas, etc, dictadura que impide a tus conciudadanos aprender o comunicarse en la lengua o lenguas que crean conveniente, máxime si esa lengua es la común de todos, el castellano, español o como quieras llamarlo.

En definitiva, ya no estás defendiendo el derecho a usar esa lengua tuya propia como derecho sino como imposición, no como vehículo de comunicación, de educación y de cultura, sino como barrera para separar a unos de otros, como herramienta para levantar barricadas y para señalar (en función del idioma que hables) quién merece ser llamado catalán y quién no, quién puede ser ciudadano de tu país o extranjero, en un claro ejemplo de xenofobia lingüística, equivalente a la xenofobia por razón de raza, de religión, de credo, de origen… El racismo lingüístico, que ya se había impuesto en las aulas de algunos de nuestros centros escolares, se extiende ahora a la sede de la soberanía nacional, pero, ¿de qué nación?

0
Comentarios