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¿Con qué alimentamos a nuestros niños y niñas?

Cada vez son más los educadores que vuelven a una enseñanza con sentido. Cada vez son más los educadores que aprecian la importancia de que lo experiencial y lo instructivo se den la mano, valorando los beneficios de ambas líneas educativas, en lugar de entrar en conflicto, en la eterna ficción de la evolución metodológica.
Alicia M. Maroto
Editora y asesora educativa
18 de enero de 2024
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La pedagogía de la actividad, en ocasiones, confunde movimiento con aprendizaje, y en esa continua experiencia creamos niños y niñas inquietos sin capacidad de concentración ni de respetar ciertos límites. Si los juegos son demasiado intensos, los dibujos demasiado rápidos, los tonos de voz y de la música demasiado fuertes, les estaremos robando capacidades internas muy valiosas que se cultivan con el silencio, con actividades manipulativas, cotidianas e instructivas con las que aprender a desenvolverse en su entorno de forma adecuada, y con estéticas y ambientes amables, no invasivos, que proporcionen descanso a los sentidos.

Una educación armónica e integral da cabida a ambas tendencias y las fusiona. El descanso no es solo algo que se obtiene a la hora de la siesta o en la noche. Un organismo no podrá descansar si ha estado sobreexcitado todo el día. De ahí, la importancia de fomentar durante las actividades y juegos diarios, entornos, palabras y tonos armónicos que puedan llevar a los niños a un disfrute sosegado, a un desarrollo integral y a un mejor descanso.

Con este objetivo podemos cuidar los recursos que consumen nuestros niños y niñas; poner a su alcance aquello que sea nutritivo, saludable y equilibrado. Seleccionar el volumen, la temática y la cantidad de recursos que ponemos a su alcance en los primeros años de vida, eligiendo aquellos que preserven la dulzura, la curiosidad y la calidez de sus expresiones infantiles, sin adelantar o acelerar etapas, es fundamental para un equilibrio posterior, si lo que buscamos son entornos y relaciones armoniosas.

Con este fin, es importante reducir la exposición descontrolada a las pantallas y no olvidar los libros y el papel y lápiz como herramienta de juego y aprendizaje, dejando las pantallas para mucho más adelante. No nos equivoquemos y pensemos que “es lo que más les gusta”. Recordemos que están desarrolladas para ser adictivas por lo que la voluntad y elección quedan reducidas y cada vez más seducidas, hasta el punto de creer que es una elección personal y que son inevitables.

Es importante reducir la exposición descontrolada a las pantallas y no olvidar los libros y el papel y lápiz como herramienta de juego y aprendizaje, dejando las pantallas para mucho más adelante

Tampoco pensemos que “es lo que todos hacen”. Numerosos especialistas nos recuerdan que los desarrolladores de las tecnologías más avanzadas no llevan a sus hijos a centros educativos con tecnologías ni ponen a su alcance móviles o tabletas en las primeras etapas de la infancia y de la Educación Primaria. Por el contrario, buscan que crezcan en entornos que permitan asentar los potenciales creativos innatos, en contacto con el entorno natural, potenciando relaciones y valores de convivencia respetuosa básica.

Tenemos a mano grandes aliados que pueden llevarse en un bolso. Los cuentos, los puzles, las pastas de modelaje, los cuadernos de dibujo o recursos para jugar con lápiz y papel, como los cuadernos «OBSERVO +», desarrollados por profesionales en el ámbito educativo. Se trata de un material que familiariza a los peques con alternativas más saludables para su tiempo de ocio, realizando actividades muy sencillas y manipulativas, cuya finalidad no será, obviamente, el que las realicen perfectamente, sino la focalización de la atención, además de activar otros numerosos beneficios a nivel psicomotriz y cerebral.

Aún hay quienes eligen y se comprometen con una educación de verdadera atención. Resulta satisfactorio observar cómo, en un restaurante, una familia sienta a su hija en una trona y sacan del bolso un libro puzle para atenderla y jugar con ella, en lugar de un móvil para que se distraiga absorta en la pantalla. No puede evitar levantarme y felicitarlos por esa elección.

No olvidemos que educar proviene de “educare” que significa ‘criar’, ‘alimentar’. Os invito a cuidar los “alimentos” que consumimos y los que aportamos y ponemos al alcance de nuestros niños y niñas.

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