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Diez medidas para mejorar la salud mental de niños y jóvenes

Investigadores y profesionales del ámbito de la educación, salud y terapia familiar piden decisiones políticas, a nivel nacional y autonómico, para lograr la coordinación necesaria entre sanidad, familia y escuela.
RedacciónMartes, 27 de febrero de 2024
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Merete Nordentoft, psiquiatra experta en prevención del suicidio. Modelo Dinamarca.

Investigadores y profesionales coinciden en que la prevención de problemas de salud en la infancia y juventud es una inversión para evitar problemas en la adultez como la integración social o laboral, adicción a sustancias, conflictos intrafamiliares graves o violencia.

Expertos del ámbito de la educación, salud y terapia familiar proponen diez medidas sociosanitarias para prevenir y mejorar la salud mental infantojuvenil. Este documento ha sido elaborado en el contexto del congreso científico “Prevención y tratamiento familiar para la mejora de la salud mental infantojuvenil”.

Mediante charlas, talleres, debates y aprendizaje de casos de éxito sobre prevención en otros países, se concluyeron una serie de medidas necesarias para trabajar en un plan sólido que aborde la problemática de la salud mental infantojuvenil:

  • Promover la colaboración público-privada y el trabajo en red de los diferentes dispositivos y entidades que trabajan en contacto con la infancia y la adolescencia.
  • Aumentar el presupuesto en salud mental infantojuvenil, tanto en el ámbito del ministerio de educación como del ministerio de sanidad.
  • Promover el desarrollo de una figura profesional del psicoterapeuta en España, que regule mejor la profesión y así garantizar unos buenos estándares de calidad y reduzca las tasas de intrusismo profesional.
  • Aumentar la inversión en transferencia de conocimiento en el ámbito de la ayuda a la infancia, desde los ámbitos Educativo, Psicológico y Legal.
  • Reforzar la figura del coordinador de bienestar y protección, liberando a la persona que asuma estas funciones de otras, y dotándole de recursos de apoyo y formación específica. Así como a equipos de orientación, con figuras especialistas en la perspectiva terapéutica e integradora.
  • Implementar programas de desarrollo de competencia emocional basados en la investigación.
  • Visibilizar el papel central de la familia en la salud mental infantojuvenil y promover iniciativas que busquen formar y dar mayores competencias y apoyo a los padres y madres.
  • Realizar un acuerdo interministerial y una alianza entre comunidades autónomas para desarrollar intervenciones innovadoras y basadas en la investigación científica.
  • Promover la mejora de las condiciones laborales de los centros de atención a la infancia-adolescencia, mejorando la estabilización de los profesionales, para permitir que se establezcan relaciones de cuidado a largo plazo y contextos emocionales más seguros.
  • Promover una verdadera humanización de la salud mental infantojuvenil, desarrollando iniciativas políticas y legales que cuiden a los cuidadores. Esto incluiría, conseguir una mejora en las condiciones laborales de los profesionales que trabajan en el contexto del cuidado a la infancia y la adolescencia.
Mayor inversión y coordinación entre familia, escuela y sanidad

“La atención a la salud mental infantojuvenil es clave para la sociedad. Para poder responder al reto actual en este campo se necesita mejorar la coordinación y colaboración entre los profesionales clínicos, los centros educativos y las familias”, concluyen los expertos que se dieron cita este fin de semana en el congreso científico.

El 20,9% de los adolescentes españoles entre 10 y 19 años sufre algún problema de salud mental (UNICEF), y el suicidio es la causa principal de muerte entre 15 y 29 años (Observatorio del Suicidio en España). El 75% de los trastornos mentales debutan antes de los 18 años.

“La verdadera prevención debe trabajarse desde el origen, porque no es posible realizar la inclusión si no se invierte en prevención”, asegura Pilar Berzosa, presidenta del Comité Organizador del Congreso.

En este sentido, Martiño Rodríguez González, presidente de la AEI+DTF, profesor e investigador de la Universidad de Navarra, explica que “los problemas de la salud mental en la infancia y la juventud derivan en muchas ocasiones en problemas posteriores en la juventud o la adultez como la adicción a sustancias, conflictos intrafamiliares graves, y problemas de violencia, de integración social o laboral”. Por ello, los expertos manifiestan que una adecuada inversión en prevención en la salud mental infantojuvenil es una inversión social con unos efectos positivos indiscutibles, visibles a largo plazo.

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