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El potencial de la escuela y recetas para compensar desventajas del mundo rural en colegios

El fomento de una mejor educación y con más opciones en zonas rurales y el mantenimiento de los centros con baja matriculación son retos que afrontan la Administración y la comunidad educativa, para que las políticas educativas sirvan para compensar obstáculos y para favorecer las oportunidades de acceso a servicios que en las ciudades están mucho más a mano.
Pilar PalazuelosLunes, 5 de febrero de 2024
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La Junta de Personal Docente indica que en Cantabria preocupa la escuela en los pueblos y también la baja matriculación en algunos centros.

A nadie se le escapa que las zonas rurales precisan medidas específicas para compensar las desventajas naturales o demográficas que arrastran y fomentar la cohesión territorial, la inclusión social, y el desarrollo económico. La educación es una de las herramientas clave y, en este sentido, la Consejería de Cantabria reconoce que los centros con pocos alumnos se dan en la comunidad prácticamente sólo en zonas rurales. Su política es mantener abiertos los centros docentes mientras tengan demanda, especialmente si están situados en municipios en riesgo de despoblamiento, explican a Efe fuentes de este departamento. Y en las zonas urbanas, dependiendo del barrio en que están ubicados, «se puede decidir algún cierre si desaparece la demanda y no se atiende al alumnado que, por sus necesidades, requiera atención personalizada», abunda la Consejería.

La Junta de Personal Docente, órgano de representación del profesorado, indica a Efe que en Cantabria preocupa la escuela en los pueblos y también la baja matriculación en algunos centros, dado que la mayor parte del territorio de la región es rural. Según resalta, «cada vez se está haciendo más patente y evidente el reto demográfico a todos los niveles, no solo el educativo».

La Junta de Personal asegura que siempre ha percibido como un eje prioritario de acción el fomento de la escuela rural, si bien en este órgano no notan «el mismo compromiso por parte de la Administración pública».

Un servicio adecuado

«La política que debe seguirse es la de garantizar la presencia de estos centros rurales, dotados con los recursos necesarios para garantizar un servicio adecuado en estos entornos, a través de la financiación”, señala la Junta de Personal Docente. E insta a los poderes públicos a desarrollar políticas «que reviertan el despoblamiento de estas zonas». Pide que se garantice la continuidad de los centros en riesgo de despoblación y advierte de que entre finales del siglo pasado y comienzos de éste «se cerraron más de 50 escuelas en Cantabria». «Debiera fomentarse la reapertura en núcleos poblacionales que tengan una demanda mínima de escolarización», apostilla la Junta de Personal.

Algunas reivindicaciones

Este órgano incide en que los escolares del mundo rural tienen de media que madrugar más y destinar más tiempo a desplazarse a los centros, y por eso destaca la importancia de ampliar la red. Además, señala, en las etapas posobligatorias (Bachillerato, Formación Profesional o Universidad) no tienen garantizado el transporte escolar público y ven limitada su oferta educativa. Por eso pide una mejora del transporte, un elemento vital.

Entre sus reivindicaciones principales está el apoyo a la escuela rural por medio de escolarización temprana de cero a tres años; el fomento de la continuidad de los docentes en los centros y la creación de plantillas estables con incentivos; el apoyo de mancomunidades y ayuntamientos; el servicio de comedor; o unas extraescolares de calidad.

La Federación de Enseñanza de CCOO anota otras iniciativas positivas para el alumnado en núcleos rurales: el aumento de las partidas para salidas culturales o viajes de intercambio, ayudas y becas específicas, becas de transporte y comedor, mejora de las conexiones digitales y los equipos tecnológicos, o más recursos para detectar necesidades especiales.

Zonas ‘calientes’ en Cantabria

CCOO ha hecho un estudio sobre la situación de la escuela rural en Cantabria que concluye que 31 centros educativos de zonas rurales –prácticamente un tercio de los municipios de la comunidad– podrían catalogarse como «de especial protección» porque se encuentran en lugares donde la población disminuye, sin perspectivas de crecimiento y con «brechas de inequidad» en cuanto al acceso a servicios y medios de transporte. Se trata por ejemplo de centros en Puente Viesgo, Valdáliga, Voto, San Felices de Buelna, Corvera, Ribamontán al Monte, Mazcuerras, Selaya, Hermandad de Campoo de Suso, Campoo de Enmedio, Arnuero, Arenas de Iguña, Villacarriedo, Riotuerto, Soba, Santiurde de Toranzo, Valdeolea, Rionansa, Valderredible, Cabuérniga, Camaleño, Vega de Pas, Luena, Udías, Bárcena de Pie de Concha y Ruiloba. También en Campoo de Yuso, Herrerías, Cieza, San Pedro del Romeral y Polaciones.

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